La frialdad que se había instaurado en ella era algo difícil de dejar de lado, no es como si siquiera tuviese la posibilidad de hacerlo pero había momentos, personas que conseguían despertar algo en ella, algo bueno y una de esas personas, a pesar de su fachada de chica dura, había sido Sif, su prima, su familia.

Se había quedado algo preocupada tras la charla con esta, temía que fuese a tomar una decisión bastante drástica respecto a su propia vida y simplemente sentía que no podía permitirlo. Astrid ya había tenido algún encuentro, o más bien desencuentro, con Einar en el pasado y aunque este también había cometido errores incluso con su hermano estaba dispuesta a dejar todo eso de lado con tal de que pudieran cooperar para ayudar a Sif.

-Einar-lo llamó con seriedad al verle junto a otros campistas-necesito hablar contigo, me he enterado de algo que vas a querer saber-comenzó de forma algo crítica observando a aquellos que tenía el chico alrededor-en privado mejor-le dedicó volviendo la mirada al licántropo, necesitaban hablar sin interrupciones y si aquella conversación no llegaba a oídos de Sif entonces mucho mejor, tampoco quería que se enterase todo el campamento de los asuntos personales de su prima.

"Einar"

La mirada del rubio se iluminó cuando se cruzó con la de la menor de los Lanvik, olvidándose completamente de las personas con las que se encontraba charlando. No era ningún secreto que, en el pasado, fue una de sus crushes.

— ¡Astrid! ¡Has venido! — fue hacia ella con los brazos bien abiertos, aunque los dejó caer al percibir la seriedad en el semblante de esta —. Si claro. ¿Va todo bien? — le preguntó preocupado, haciéndole una seña para que lo siguiera.

En realidad, Einar ya intuía que nada iba bien. Los Lanvik eran una manada muy peculiar y si bien Einar se llevaba bien con algunos de ellos, mientras más lejos tuviera al alfa, mejor.

Una vez que estuvieron dentro de una de las cabañas más apartadas y comprobó que estaban a solas, se volvió hacia la loba.

— ¿Qué sucede, Astrid? ¿De qué quieres hablar? — se cruzó de brazos, mostrándose preocupado por esta. Cualquier cosa que necesitara, sabía que podía contar con él.

Quizá y solo quizá de ser las cosas distintas en otras condiciones Astrid hubiese correspondido el abrazo que el contrario buscaba obtener de ella pero lo cierto es que la pequeña de los Lanvik distaba mucho de ser la persona que el contrario una vez conoció por lo que simplemente se limitó a agachar la cabeza por un par de segundos para después soltar un suspiro.

El tema que estaban por tratar era uno realmente serio por lo que no sólo por su estado actual sino también por el bien de su prima debían de tomárselo con la seriedad que el tema merecía-No, lo cierto es que no todo va bien-admitió con una pequeña mueca, hasta ahora era como si sólo su familia hubiese conseguido sacar a relucir sus sentimientos que pensaba habían quedado sepultados en un lugar aislado de mente y se sentía algo vulnerable hablando de aquellos que le importaban pero debía de hacer el esfuerzo por Sif.

Por eso siguió a Einar cuando este accedió a su petición de hablar en privado, puede que el contrario fuese alguien con tendencia a tomarse la vida algo a risa pero a la par le había demostrado que cuando la situación era crítica estaba ahí para los demás, lo había podido ver cuando este acogió a su prima en el campamento-He estado hablando con mi prima, Sif-no sabía bien cómo comenzar aquello ni sería una conversación fácil-Teniendo en cuenta cómo es mi tío respecto a estos temas así como la forma tan radical con la que la ha educado ya es un logro que siga viva-puede que sonara cruel pero Astrid en el fondo sentía alivio de que así fuera-Sin embargo no está bien, Einar, los Lanvik son una manada muy cruel con aquellos que presentan cambios como la hibridación o lo que sea que le haya sucedido a Sif, estoy segura de que ya has podido comprobarlo-ella misma pudo comprobarlo con su hermano mayor.

-Te lo cuento porque confío en ti y estoy segura que de aquí eres con diferencia la persona que más aprecia Sif pero...-comentó haciendo una pausa mientras buscaba la forma de llegar a la conclusión que necesitaba tomándose un segundo para hablar de un tema tan duro como lo era aquel-mi prima no piensa con claridad, la charla que hemos tenido me ha dejado patente que podría cometer una locura, Einar, creo que podría intentar quitarse la vida al ser incapaz de aceptar los cambios por los que está pasando-y en parte la comprendía porque no podía ni imaginarse lo que sería que su padre la mirara a los ojos y la repudiara.

Era evidente que algo no iba bien, no necesitaba la confirmación de la contraria para saberlo, por lo que esperó a que esta expresara en voz alta lo que rondaba por su cabeza.

Sif.

— Tu tío es un capullo — no evitó dar su opinión, pues era lo que pensaba del alfa de los Lanvik —. Sé que no está siendo fácil para Sif esta transición — asintió. Al fin y al cabo, aunque habían pasado varios meses, la herida era todavía reciente —. He estado hablando antes con ella. No parece que vaya a cometer una locura, pero... Está preocupada por lo que pueda hacerle su padre a Thorsen si se sigue acercando al campamento — por supuesto, no mencionó el resto de la conversación que tuvo con ella ni como se sonrojó cuando admitió sus sentimientos por el licántropo. Algo que le pareció muy tierno, por cierto.

— Pero tranquila, no le voy a quitar el ojo de encima — le prometió. Einar creía firmemente que, algún día, Sif podría superar su condición, que la acabaría asumiendo. Y quería estar allí para ella en todo momento —. Ahora Sif también es parte de mi familia. No voy a permitir que le suceda nada — esbozó una sonrisa. Si bien las palabras de Astrid lo habían preocupado, no quería que la joven lo percibiese. Algo le decía que ella cargaba con un peso muy grande —. Y tú también, Astrid... Si alguna vez necesitas un hogar, las puertas del Valhalla siempre estarán abiertas para ti — colocó una mano sobre su hombro, en señal de apoyo. Si Astrid necesitaba ayuda, ahí estaba él para tendérsela.

-Lo es-confirmó con cierta frialdad, quizá incluso hubiese algo de rencor en su voz pero era difícil de discernir incluso para ella misma-entre otras muchas cosas, eso lo sé muy bien-sus palabras dirigidas con cierta dureza hacia quien en su día consideró importante en su vida, alguien que a sus ojos ya no podía sino ser un monstruo, uno que tenía cada vez más poder y con el cual había de ser cauta-Y tiene razones para ello, Einar-confirmó la Lanvik-En cuanto mi tío se entere, y se acabará enterando, va a querer acabar con él, yo no tengo miedo, soy su sobrina al final del día y sé que eso me protege en cierto modo pero Oskar no es la primera vez que sufre las consecuencias  de seguir a una de nosotras-se lamentó, aquellos castigos recibidos por su culpa aun pesaban en su conciencia.

Pero para su suerte no todo era malo, Einar era alguien en quien podía confiar respecto a un tema tan delicado como lo era aquel-Gracias, Einar, por todo-agradeció, una pequeña sonrisa dibujándose en sus labios mientras se sorprendía a sí misma al darse cuenta de que una solitaria lágrima caía por su mejilla, quizá fuera la sinceridad de las palabras de Einar tras toda la crueldad que había tenido que soportar en su encierro, puede que el cariño, la dedicación del contrario la hubiera conmovido más de lo que fuese consciente realmente-pero mi lugar está con mi manada, allí quedan personas que me importan, personas buenas que aun son fieles a mi familia y no puedo dejarlas atrás-explicó la loba limpiándose con la mano la lágrima que mojaba su mejilla mientras se aproximaba a la puerta.

-Sé que quizá sea algo difícil de entender que quiera volver a un lugar como ese pero al final del día soy una Lanvik, la hija de un Alfa-estuvo a punto de decir una heredera pero eso no sería algo que por el momento saliera de sus labios-la manada no es sólo parte de mi familia sino también mi legado y si algún día quiero que otros eviten sufrir lo que mi hermano mayor o Sif están sufriendo entonces he de volver porque rendirme no cambiaría nada-por unos segundos sus ojos brillaron de color ámbar quizá dejándose llevar por la decisión en sus palabras-Algún día aspiro a ser tan fuerte como lo fueron mis padres y reclamar mi sitio en la manada pero haciendo las cosas a mi manera-confesó con determinación-Hasta que nos volvamos a ver, Einar-el esbozo de una sonrisa se dibujó en sus labios mientras dejaba el lugar de la improvisada reunión dejando patente lo mucho que Astrid había cambiado desde que volvió a la manada, ya no era una muchacha asustada, ahora era la orgullosa hija de un Alfa y quienes conocieron a su madre podrían ver rasgos parecidos en ella, Astrid ya no era una niña.