Esa tía diabólica de antes lo ha dejado hecho trizas, casi de manera literal. Lukas apenas ha sido capaz de respirar desde que aquel buen héroe lo ha ayudado a llegar hasta el callejón. De no ser por él, ahora lo único que quedaría de él serían cenizas. En su lugar, solo se ha quemado. Nada grave, pero las zonas más afectadas, que vienen siendo los brazos y el torso, le arden en sobremanera. Es un dolor que lo hace querer morirse en ese momento.

—¡Ufff! —Se queja en voz alta mientras trata de incorporarse. No deja de sangrar, ya no solo por las quemaduras, sino también porque la maldita de Andy causó varios cortes por todo su cuerpo con uno de sus hechizos —Perdona que... No te haya dicho nada... Hasta ahora. —Suelta hacia el alma cándida que tiene en frente —Es que... Estoy hecho mierda. —Dicho esto, abandona el intento de incorporarse y permanece en el suelo.

Al cerrar los ojos de nuevo, queda al borde de la inconsciencia. Es entonces cuando recuerda que ese lugar está plagado de vampiros. Con la poquísima energía de la que dispone, logra abrir los ojos durante un segundo para volver la mirada a su salvador —Un... Vampiro. —Es todo lo que susurra antes de volver a cerrar los ojos y quedar fuera de combate.

Solo la sangre de un vampiro lo curará y evitará que sus quemaduras sean permanentes. Pero el contrario debe darse prisa, porque sino será tarde.

— Tranquilo. Ya me invitarás a una cerveza cuando te recuperes — a pesar de que fue un intento de broma, sonó de demasiado serio, pues estaba preocupado —. Ahora lo importante es sanar tus heridas. No te muevas — le pidió, aunque parecía que el sifón ya había llegado a esa conclusión por sí solo, pues desistió en su intento.

Examinó sus heridas, más allá de las quemaduras, pudo ver también que algunos de los cortes que tenía en el cuerpo seguían sangrando. Rápidamente, usó su estela para grabar sobre la piel de torso de este una runa: Rauðarunar. Iba a dolerle un poco, pero con todas las heridas que tenía, apenas lo notaría,

— Esto ralentizará la pérdida de sangre — le explicó, alzando la mirada hacia la de este. Apenas pudo escuchar el susurró que escapó de sus labios antes de que cayera inconsciente —. ¿Vampiro? Estás delirando, yo soy un brujo rún... — no terminó la frase, pues por primera vez en mucho tiempo, la bombilla en la cabeza de Ace hizo conexión y se iluminó —. ¡Joder, claro! ¡Un vampiro! — exclamó, poniéndose en pie —. Aguanta, ya vengo — no le gustaba dejarlo desprotegido en aquel callejón, pero, con suerte, no tardaría mucho en dar con alguien.

Salió a la calle principal a toda velocidad. Esta estaba concurrida de gente, por lo que empezó a tocar sin ton ni son a todos con los que se cruzaba. Hasta que lo sintió.

— Necesito que vengas conmigo — se trataba de un chico, bastante joven en apariencia. No tenía tiempo para pararse a analizarlo, si era uno de los buenos o de los malos —. Ahora te lo explico — tiró de él, prácticamente arrastrándolo al callejón. Si era de los buenos, ayudaría. Y si era de los malos... Pues tendría que ser por las malas.

Definitivamente nunca obtendría su momento de descanso.
Se había distanciado unos segundos de su grupo para comprarse un Mars. La pieza de chocolate había conseguido llegar hasta la altura de sus labios, cuando sintió el tirón de su brazo:—NO, MI MARS—a pesar de la fortaleza del individuo, Logan volvió a agacharse a tiempo para coger su dulce del suelo y darle un mordisco.
Si había suciedad o no le importaba poco porque ya estaba muerto.
—¿Qué sucede? ¿A dónde me llevas?—parecía alterado el desconocido, pero no le daba la sensación de que fuese mala persona:—Huelo a sangre—a pesar de que su paladar estaba totalmente engatusado con su Mars, su fino olfato pudo captar el olor metálico de la sangre:—Hay alguien herido—se metió todo el chocolate en su boca para enfocarse en la estela que le estaba señalando su nariz:—Ese está mal. ¡Ahí!

— Ya lo sé. Por eso te necesito — no tenía mucho tiempo para darle explicaciones, por eso, prácticamente lo arrastró hasta el callejón en donde Lukas se encontraba tirado, semiinconsciente —. Tienes que ayudarlo a sanar sus heridas — no se lo estaba pidiendo, era una orden.

Y aunque no dudaba que si le daba un poco de tiempo para procesarlo, el mismo muchacho incluso podría darle su sangre, lo cierto era que en ese momento, Ace no tenía mucha paciencia.

Antes de que el vampiro pudiera reaccionar, le agarró la palma de la mano y con uno de sus cuchillos, le hizo un corte sobre esta, que no dudó en acercar con otro tirón hacia el moribundo sifón, para que pudiera beber y sanar sus heridas.

— Te pondrás bien, chaval... Lo dos... — susurró, soltando la mano del vampiro cuando se aseguró de que Lukas ya había bebido lo suficiente para recuperarse. Ahora, ya solo era cuestión de segundos que este recuperara del todo la consciencia.