El Sol comenzaba a ponerse sobre el campamento. Las actividades empezaban a llegar a su fin, pero todavía quedaba el main even de la velada.

— Un segundo puesto no esta tan mal — comentó, tratando de sonar optimista y convincente —.Para ser la primera vez que participas en una carrera de canoas y encima con Damon como acompañante. A mí me parece todo un logro que hayáis sido la única canoa que no ha volcado — lo que le recordaba cierto incidente que sucedió durante la carrera —. Y sé que no te habría parecido justo ganar de forma sucia — añadió, acercándose para darle un beso.

A esa hora ya no quedaba casi nadie cerca del río, la mayor parte de los asistentes a la jornada, se encontraban disfrutando del resto de actividades antes de que iniciase el concierto de Einar. Lo que les brindaba cierta intimidad.

— ¿No tienes la sensación de que el verano está llegando a su fin demasiado rápido? — volvió la mirada hacia su novio. Ya era el último día de agosto. Las vacaciones de verano se estaban acabando y con la llegada de Septiembre, el inicio de la vida adulta estaba cada vez más cerca —. No ha estado nada mal. Vivir el sueño adolescente que no había tenido la oportunidad de disfrutar — tomó con cariño la mano de Jeremy entrelazando sus dedos con los de este —. Además, he conseguido verte en traje en dos ocasiones en el último año. Ese ha sido mi logro de este año — bromeó, dejando escapar una risa.

En verdad sí, lo había sido.

Jeremy no tenía un mal perder, sin embargo sí que sentía cierta rabia al verse tan cerca de la victoria, tan cerca... No se cansaría de culpar a Damon por haber volcado la canoa de Einar, quien al final había llegado antes a la meta. Solo podría tratarse de karma.

—Lo sé, no está mal... Pero me da rabia. Encima Damon me culpa a mí, tendré que escucharlo durante una o dos semanas —suspiró con exasperación. En ocasiones el vampiro lo sacaba de quicio; algo mutuo, porque él tampoco se quedaba atrás, provocándolo o actuando de forma temeraria—. Ya... No habría sido justo, aunque él piense que sí —comentó con cierta resignación, admitiendo su derrota con respecto no solo a la carrera, sino también al Salvatore.

—Gracias por animarme. Mi hermana y tú lo habéis dado todo —una sonrisa de idiota se instaló en sus labios al recibir el beso de la pelinegra, cuya cintura rodeó con el brazo derecho mientras caminaban por la orilla del río, con el sol del atardecer a sus espaldas—. Ha sido un buen verano, ¿verdad? No quiere decir que no vaya a haber más —Jeremy no solía ser el más optimista del mundo, pero eso cambiaba cuando Anna estaba a su lado.

En realidad, temía que la situación en el pueblo fuera a estallar. Hasta ahora, todo había estado tranquilo... Pero los losers ya habían aprendido que toda calma presidía a la tormenta; y, con cada cual, las consecuencias empeoraban.

—Dos veces me parecen demasiadas. Eso quiere decir que este año que viene me libro de llevar traje —bromeó, pasando a tomar la mano de su novia, y observando el reflejo del cielo en las aguas calmas—. Ahora que hemos acabado el instituto, se supone que nos debemos convertir en adultos... Aunque tú teóricamente ya lo seas —la miró de reojo, preguntándose cuantas vidas habría vivido, cuantas Annas habría sido durante sus años huyendo junto a su madre, o buscándola.

—Sé que es una pregunta muy abierta, pero... ¿cómo te ves este año? ¿Qué es lo que más te gustaría hacer? —inquirió, aprovechando aquel rato de privacidad para hablar de temas más profundos, más suyos. Conocía sus sueños, sus aspiraciones, pero era hora de ponerles nombre y dejarlos volar.

Dejando de lado el mal sabor de boca de una derrota karmica, lo cierto era que se lo habían pasado muy bien durante ese día. Habían participado en varias actividades y disfrutado del final del verano entre amigos.

— El primer verano de muchos. Y cada uno mejor que el anterior — un pensamiento optimista que trataba de imponerse a la preocupación o al miedo de volver a perderlo otra vez —. Yo no cantaría victoria tan rápido. Te recuerdo que vives en Mystic Falls — lugar en el que se sacaban una fiesta de la manga al menos una vez al mes —. [b]Al menos este año te libras de Miss Mystic Falls — aunque en realidad no que ninguna tortura. Ambos lo pasaron muy bien a pesar del segundo puesto.

Apoyó la cabeza sobre su hombro, contemplando el atardecer sobre la superficie del lago, deseando que el tiempo se parara en ese instante de calma y paz.

— Si he de ser honesta, lo único que quiero es un año tranquilo para todos — aunque más que honesta, lo que estaba siendo era ilusa —. No estaría mal, algo de paz, sin tener que salvarnos los unos a los otros cada pocas semanas — comentó, dejando escapar un suspiro. Lo último, había sido el secuestro de Tyler, que todavía seguía reciente —. Me conformaría con que mi única preocupación durante el próximo año fuera el ver como cuadramos nuestros horarios para poder vernos cada semana — porque en pocos días, Anna se trasladaba a Whitmore para iniciar su vida universitaria, mientras que Jer se quedaba en Mystic Falls —. ¿Podrás sobrevivir sin mi presencia diaria? — lo pico. En realidad no estaban tan lejos, tan solo un par de horas de distancia en coche —. ¿Sabes lo que me encantaría? Un viaje, los dos — uno en el que no tuvieran que rescatar a nadie —. [b]Si todo va bien. Podríamos organizar uno para las vacaciones de navidad — y es que, aunque en todo el tiempo que llevaba viva había tenido tiempo de recorrer el mundo, nunca lo había hecho por placer. Siempre había sido para huir, ocultarse o buscar una pista con la que liberar a su madre de la tumba.

Ojalá pudiera capturar ese momento y guardarlo para siempre. Sentía su calor, su cercanía... Ella había apoyado su cabeza en su hombro, y él había optado por entrelazar los dedos de una mano con la suya, acariciándola de forma distraída. En momentos como ese podría decirse que se sentía plenamente feliz, tranquilo.

—Siempre puedo aprovechar esas ocasiones para ir a verte... Estaría en Whitmore prácticamente todos los días —bromeó, aún haciéndose a la idea de que año estarían separados... No era la primera vez que no estaban juntos, aunque siempre había sido por desgracias y circunstancias que no podían controlar—. Te voy a echar de menos, me he acostumbrado a verte todos los días demasiado rápido —le confesó sin miramientos, sintiéndose un poco idiota al hacerlo. ¿Pensaría que era demasiado cursi?

—Un año tranquilo... Suena muy idílico, aunque también me gustaría —admitió con un suspiro. Después de todo lo que habían pasado se lo merecían, ¿no? Y el cazador ya se había acostumbrado a que esa sería su vida; no quería escapar de ella, al contrario, pero unas vacaciones para todos no estarían nada mal— ¿Un viaje? ¿Como una pareja normal? —volvió a bromear, con una sonrisa. Era algo que, entre tantos problemas, no había llegado a plantearse.

—Me imagino que habrás visto muchos lugares... Yo apenas he salido del estado —lo había hecho cuando era pequeño en alguno de los viajes junto a sus padres y Elena— ¿A dónde te gustaría ir? —le entró la curiosidad. En cuanto él la respuesta era fácil: iría a cualquier parte si ella estaba a su lado.

Puede que, en unos días, todo su mundo volviera a derrumbarse. Puede que volvieran a estar en peligro, sobre todo cuando una cazadora implacable rondaba el pueblo. Pero, al menos por una vez, se valía soñar... ¿no?

En realidad, Whitmore no estaba muy lejos. Por eso había elegido esa opción, rechazando la beca en Harvard que había obtenido y de la que el Gilbert no tenía ni la más mínima idea. El único al que se lo había contado era a @Matt Donovan y sabía que este le mantendría el secreto.

— Yo también voy a echarte de menos. Mucho — se sinceró ante la confesión del contrario, la cuál la enterneció —. Pero vendré todos los fines de semana o vendrás tu a verme — quería convencerse de que, en realidad, el tiempo pasaría tan rápido que antes de que terminaran de despedirse, volverían a estar juntos una vez más.

— Exacto, planes normales para una pareja normal — después de todo por lo que habían pasado, se merecían ese tipo de cosas que eran las que deberían preocupar a los chicos de su edad —. Pues creo que ya es hora de sacarte de aquí — comentó, esbozando una sonrisa — En realidad, aunque he estado en muchos sitios... No he tenido tiempo de disfrutarlos o apreciarlos, como realmente me gustaría — comentó. Su vida siempre había consistido en dos cosas; Huir y esconderse —. Pero me encantaría que pudiéramos hacerlo los dos juntos — concluyó. alzando la mirada en busca de la del contrario —. No sé, creo que podríamos plantearnos un viaje por Europa. Sería guay — comentó, ilusionada ante la idea de poder salir de América con él — Aunque, siempre podemos empezar por ir a Nueva York, por ejemplo — concluyó, apretando su mano con cariño. Era evidente su entusiasmo ante el futuro que les esperaba a los dos.