Había sido invitado por Selene a aquella jornada un tanto peculiar. El campamento era un lugar del que había oído hablar —especialmente de la licántropa— pero que no había visitado con anterioridad, por primera vez tenía la oportunidad de hacerlo de manera larga y tendida y conocer así a aquellos con los que compartía un vínculo que desconocían.

No obstante, la había visto demasiado ocupada como para molestarla cuando llegó; su turno acabó a mitad de mañana y su presencia en el campamento no tuvo lugar hasta llegada la hora de comer. Así que se dispuso a acercarse hacia la zona de descanso donde ya empezaba a arremolinarse la multitud para tomar los bocadillos que con tanto cariño (o eso esperaba) habían preparado los acampados.

Escogió para sí mismo uno de bacon y queso. No solía comer demasiada carne en su día a día por una decisión propia de reducir el consumo de la misma, pero en ocasiones especiales le hacía ilusión pegar un bocado de esta. Y a punto estaba cuando, no muy lejos de él, la figura de una persona bastante conocida apareció.

—¿También has venido? No sabía que te encontraría por aquí —le preguntó con la boca llena—. Anda, siéntate. ¿Has comido algo ya? ¿Qué bocadillo te apetece? —Mientras le preguntaba, alzó su mano para captar la atención de una muchacha que pasaba por allí con varios bocadillos en la mano y esta se acercó—. Venga, pide.

Llevaba rato ya ahí. Había explorado solo algunas atracciones del campamento, pero tenía el resto del día para conocerlas todas. Por lo pronto, había conocido a algunos presentes y también comido un poco. No esperaba, ni de lejos, que hubiera tanta comida en el campamento. Tampoco es como si se quejara por ello, pues gracias a eso acababa de hacer una nueva amiga.

Cuando menos lo esperó, una voz conocida se hizo eco entre las voces del gentío, llamando la atención de Owen. Giró para localizarlo, y al verlo, sonrió: era Lorin. En cuestión de instantes se puso a su lado.

—Supongo que es normal que no lo imaginaras dado que estamos en un campamento infantil. —Le contestó sin borrar la sonrisa de su rostro. Lorin le agradaba, pues las veces que habían coincidido le había parecido un buen sujeto. Lo consideraba de sus pocos amigos en el pueblo —Pero no sé. Tenía el día libre y nada que hacer. —Y por el momento no se arrepentía de su decisión de ir.

Tomó asiento al lado del contrario —Vaya, gracias —Le dijo cuando llamó a una de las meseras del lugar —Con permiso. —De la bandeja que llevaba la chica, tomó un bocadillo de bacon y queso. Básico, pero cumplía a la perfección. Pese a que ya se había comido mil desde hacía rato, no iba a negarse a otro.

Cuando la chica se marchó, Owen llevó su mano derecha hasta el hombro de su amigo y le dio unas cuantas palmadas —Tampoco sabía que vendrías. ¿Cómo has estado? —Con su otra mano libre, llevó el bocadillo hasta su boca y empezó a comer.

Palmeó el asiento vacío a su lado instándole a sentarse junto a él. Desde que lo hubo conocido en el Mystic Grill de manera completamente casual, su relación había avanzado a pasos agigantados para la desconfianza que el noruego tenía hacia todas las personas de su alrededor. Sabía con toda seguridad que Owen no haría nada por descuadrar el esquema mental que Lorin tenía de él y que podía depositar su confianza en el humano. Era lo más cercano a un amigo que tenía. Mentira, era su amigo con todas las letras de la palabra.

—La suerte de algunos... —agregó a la mención que Owen hizo sobre el día libre. La verdad, Lorin tampoco podía quejarse porque solo tuvo que hacer unas cuántas horas por la mañana, no obstante, el hecho de madrugar provocaba que llegadas a esas horas, poco a poco el sueño empezara a atraparlo—. Yo salí hace un rato del trabajo. Una mañana tranquila por esta celebración.

Pegó otro bocado a su bocadillo, mirándolo con absoluto deseo y tragó antes de responderle a su amigo—: Bien, bien. Trabajando, como siempre. —Se encogió de hombros. No habían eventos recientes en su vida más que uno: la dicusión. Aún así, obvió su mención. Otra de las razones por las que había acudido a la jornada de puertas abiertas había sido para no estar pensando a cada minuto en ese tema—. ¿Y tú? ¿Cómo has estado? Hace días que no te veo por el Grill. —Intentó cambiar de tema.

De inmediato hizo caso a su amigo y se sentó a su lado, acompañando el gesto con una sonrisa perpetua —Normal que tuvieras una mañana tranquila, si todo Mystic Falls está por aquí metido. —Por lo que había visto en el campamento, muchísima gente del pueblo había ido a echar un vistazo.

—¿En serio? ¿Y ya está? —Ya sabía que Lorin trabajaba, y quizás tampoco tendría mucho más que hacer dado que era relativamente nuevo en el pueblo, pero Owen no creía que no tuviera ninguna novedad para contarle —He estado liado en el hospital, por eso no me has visto tanto últimamente, pero confío en que la mala racha pase pronto. —Le respondió a la pregunta, dando otro mordisco al bocadillo que sostenía en una mano. Estaba delicioso.

—¿Sabes? Tenemos que salir más juntos. Paso los días en el hospital o en casa. —Sus labios se torcieron un poco al decirlo. Era cierto, y lo repateaba que así fuera —Estos días solo quiero dormir 25 horas al día, o morirme, pero te preocuparías al ver que no voy al Grill. —Bromeó, volviendo a reír un poco por la ocurrencia. Estaba exagerando —Aunque aquí no se está mal, ¿No? —Estaban en la naturaleza, rodeados de niños gritones, árboles, y bocadillos de todo tipo. ¿Es que acaso se hallaban el paraíso?

—Sí, he visto a más de uno de los habituales en el Grill por aquí. —Asintió e instintivamente elevó la mirada para pasearla entre los asistentes para corroborar lo que decía. En el recuento, pudo identificar a varios más que previamente no había visto, confirmando otra vez lo sospechado.

—Sí —mintió mientras se encogía de hombros. Hablar sobre el bache actual en su relación con Gøran no era el mejor tema de conversación por el efecto que tenía sobre su estado de ánimo. Además, había asistido a la jornada para intentar no tenerlo siempre en la cabeza, alejar el asunto le vendría mucho mejor—. ¿Ha habido algún problema últimamente? Que mira que trabajo en el Mystic Grill, pero hay cosas de las que no me entero. —Porque de sobra era sabido que aquel espacio del pueblo confiaba muchos secretos, sus paredes habían escuchado y callado demasiadas cosas. También sus trabajadores.

—Tienes mi número de teléfono para algo, cuando quieras salir solo tienes que marcarlo y en un santiamén estaré contigo —replicó con insistencia. Disfrutaba mucho el tiempo que pasaba con Owen, cada segundo invertido en conocerse el uno al otro, y le sorprendía el hecho de que, en tan pocos meses, se hubiera convertido en alguien tan importante para él. Era ese gozo el que le incitaba a dedicarle tanto tiempo—. No, la verdad, y me alegra haberte encontrado aquí —confesó ampliando una sonrisa que dejó entrever varias migas de pan en sus labios, asqueroso pero un gesto sincero—. Además, he escuchado que buscan voluntarios para el Campamento y estoy replanteándome seriamente presentarme. ¿Tú qué opinas?

Algo en Lorin le pareció raro cuando le respondió a la pregunta. Era como si se estuviera guardando algo para sí mismo. Owen lo entendió y decidió no hacer más preguntas, pues no quería incomodar a su amigo —¿Algún problema? Todos los días hay. Pero nada grave. —Quitando el hecho de que Mystic Falls estaba plagado de seres sobrenaturales, pues no, no había ocurrido nada relevante. De todas formas, él ya estaba acostumbrado.

—Tomo nota pues. —Soltó una risa por lo bajo y permaneció sonriente. No podía evitar pensar en los símiles que compartía con su amigo, que todo sea dicho, era de las personas que mejor le caían del pueblo. Además, tampoco era un lugareño, por lo que relacionarse con él era distinto, porque ambos estaban en la misma situación —Ya. —Le hizo gracia ver la cara del contrario sonriendo con migas de pan por toda su boca —Yo también me alegro de que coincidiéramos. —Añadió segundos después.

—Opino que... Si eso te hace feliz... —Bromeó, fingiendo que le parecía una pésima idea lo que Lorin acababa de contarle —Creo que es buena idea, siempre y cuando tengas tiempo. —Él, por su parte, ni se lo hubiera planteado, porque para empezar, el tiempo que tenía era muy justo y no quería dejar el hospital —Porque eso de ser voluntario no es a tiempo completo, ¿Verdad? —Inquirió luego, curioso. Era su camarero favorito en el Grill, no podía dejar que se fuera así como así.

Había sido escueto en su respuesta, todavía no contaba con la suficiente confianza como para relatarle todo lo que ocurría en su vida con Gøran. No supo si había sido lo suficientemente convincente como para que aquella respuesta diera sus frutos o había generado una inquietud más en el contrario. Aún así, no se frenó para comprobarlo. Continuar con el hilo probablemente haría que aquello se desviara y no volvieran a tocar el tema.

—¡No, que va, no es a tiempo completo! Bueno, o eso tengo entendido. —Se encogió de hombros y torció sus labios demostrando cierta duda—. Todavía tengo que hablar con los organizadores para contar con más información antes de tomar una decisión, pero me estoy planteando entrar porque ahora mismo tengo demasiado tiempo libre. Y además, quizás esto me ayude a conocer a más gente, tanto del pueblo como de los alrededores, que eso nunca viene mal. —Hizo una pausa hasta que finalmente desveló un secreto—. Y coño, que adoro a los niños. A los adolescentes no tanto, pero tendré que acostumbrarme. No creo que aquí sean muy problemáticos.

Por supuesto, que ciertos temas no se atreviera a hablarlos con él no significaba que tuviera que guardarse todos sus secretos para sí mismo. Ser padre había sido un sueño desde pequeñito y por pequeñas obviedades, se truncó en cierto momento de su vida. A día de hoy, poder participar como voluntario allí podría ayudar a que, de alguna manera, ese sueño se cumpliera.

—Creo que voy a seguir dando un paseo por la zona, que no he recorrido el campamento entero, ¿te quieres venir? —Esperó paciente de pie a una respuesta. Owen había aparecido en su vida para cambiarla, de eso estaba seguro, y en él había encontrado un gran amigo. Esperaba que nadie rompiera lo que estuvieran creando.