SUCKER PUNCH
SUCKER PUNCH
Todo parecía ir en orden. Gente vestida de blanco —para su desgracia— transitando la calle con toda la tranquilidad que podía haber en plena festividad y jazz sonando desde el escenario del centro de arte contemporáneo. David permanecía tranquilo admirando el ambiente, y llegó a la conclusión de que iba a volverse loco si pasaba más de media hora ahí. No le gustaba nada la fiesta que celebraban ese día. Nunca le había gustado.
Se hubiera planteado el irse ya a casa, pero mientras observaba a los transeúntes desde un lado del escenario, vio a un tipo que no iba de blanco. Éste llamó su atención, por lo que se mantuvo mirándolo con cautela desde su sitio. Fue cuestión de segundos hasta que se atrevió a introducir su mano larga en el bolsillo de una mujer, tratando de robarle Dios sabe qué, y proceder a empujarla para poder empezar a huir.
David no pudo quedarse de brazos cruzados, así que mientras el ladrón corría hacia el final de la calle para burlar los controles, él realizó un simple movimiento de muñeca para provocar que cayera bruscamente al suelo, pero la rabia afectó el efecto del hechizo, que terminó causando que al ladrón se le rompieran los huesos de las piernas en el proceso.
—Vaya, qué patán, ¿No? —Se acercó a otra de las transeúntes, justo una que iba cerca de la afectada por culpa del ladrón, al cual entre varios ya habían pillado para evitar que huyera —Ponerse a robar cuando no sabe ni correr... —Añadió con sarcasmo.
Se hubiera planteado el irse ya a casa, pero mientras observaba a los transeúntes desde un lado del escenario, vio a un tipo que no iba de blanco. Éste llamó su atención, por lo que se mantuvo mirándolo con cautela desde su sitio. Fue cuestión de segundos hasta que se atrevió a introducir su mano larga en el bolsillo de una mujer, tratando de robarle Dios sabe qué, y proceder a empujarla para poder empezar a huir.
David no pudo quedarse de brazos cruzados, así que mientras el ladrón corría hacia el final de la calle para burlar los controles, él realizó un simple movimiento de muñeca para provocar que cayera bruscamente al suelo, pero la rabia afectó el efecto del hechizo, que terminó causando que al ladrón se le rompieran los huesos de las piernas en el proceso.
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31/08 • 20:10 • @Jade T. Crimson
DON'T KNOW IF. . .
. . . I'M GONNA MAKE IT OUT ALIVE
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SUCKER PUNCH
SUCKER PUNCH
El color blanco brillaba por su ausencia en el armario de Jade, le recordaba a una pureza que hace mucho perdió, una infancia perdida en el fondo de su memoria. Por ello, y para evitar momentos incómodos consigo misma, sus vestimentas tendían a ser, en su mayoría, de tonalidades oscuras, dejando entrever esa oscuridad que siempre había formado parte de su vida.
Tiró del borde de su vestido para cubrir cuanto pudiera sus piernas mientras caminaba por la calle principal donde se celebraba la festividad. No le gustaba nada mostrarlas, por más que le hubieran piropeado por la figura que le hacían. Enseñar partes de su cuerpo era algo que odiaba a más no poder.
De pronto, sintió como unas manos se aferraban a su brazo para no caer de bruces contra el suelo. Sus reflejos felinos actuaron rápido y sujetó a la mujer para evitar su caída, reparando rápidamente en lo que acababa de suceder: un robo. Su mirada se abalanzó hacia el frente, con ayuda de todos sus sentidos, para buscar al ladrón. Pero alguien más lo había interceptado.
Una caída —ahora sí— peculiar, incluidos el sonido de varios huesos rotos que pudieron ser imperceptibles para la gran mayoría de los transeúntes excepto para ella, y una voz irónica que parecía dirigirse a su persona.
—No te preocupes, recuperaré lo que te hayan quitado. —Intentó calmar a una agitada mujer, quien lloraba por el robo de su teléfono móvil. En otras circunstancias, le parecería una tontería, pero entre jadeos pudo distinguir dos palabras: fotos y fallecido, lo que rápidamente identificó como que no solo era un teléfono, sino también un baúl de los recuerdos.
—Seguro que ha sido un traspiés —se dirigió entonces al desconocido que le había dirigido la palabra con el mismo tono irónico—. ¿No vas a ayudar a recuperar lo que le han quitado a esta señora? —Alzó una ceja echando a andar hacia el fugitivo retenido con tranquilidad.
Tiró del borde de su vestido para cubrir cuanto pudiera sus piernas mientras caminaba por la calle principal donde se celebraba la festividad. No le gustaba nada mostrarlas, por más que le hubieran piropeado por la figura que le hacían. Enseñar partes de su cuerpo era algo que odiaba a más no poder.
De pronto, sintió como unas manos se aferraban a su brazo para no caer de bruces contra el suelo. Sus reflejos felinos actuaron rápido y sujetó a la mujer para evitar su caída, reparando rápidamente en lo que acababa de suceder: un robo. Su mirada se abalanzó hacia el frente, con ayuda de todos sus sentidos, para buscar al ladrón. Pero alguien más lo había interceptado.
Una caída —ahora sí— peculiar, incluidos el sonido de varios huesos rotos que pudieron ser imperceptibles para la gran mayoría de los transeúntes excepto para ella, y una voz irónica que parecía dirigirse a su persona.
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31/08 • 20:10 • @David G. Laurent
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