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Elijah MikaelsonSáb Mar 16, 2024 9:35 pm
THERE'S CHAOS
IN US
En el pasado, Lucretia apareció en su vida justo en un momento de vulnerabilidad: Elijah había fracasado una vez más en otra relación sentimental. Y si bien el noble original estuvo reacio a fijarse tan pronto en otra mujer, Lucretia llegó innegablemente a intrigarlo y conquistarlo, resultando difícil de evadir. Durante aquella relación, la pasión y seducción de la vampiresa lo consumió lo suficiente como para pasar página con su anterior amor; la combinación de habilidades —intelectuales y físicas—, belleza y versatilidad de Lucretia, le convencieron de que merecía la pena escogerla como su refugio.

Y aunque fuera transitorio, puedes apostar a que Elijah lo recuerda muy bien al punto de tener presentes ciertos detalles.

A sus ojos, la madurez que Lucretia siempre ejerció cuando se relacionaron íntimamente, les permitió quedar en buenos términos después de su separación. Proeza que el Original no ha conseguido con demasiadas de sus amantes sobrenaturales, por no decir ninguna. Incluso, eso hizo posible que hoy día, Elijah continuase ejerciendo cierto nivel de confianza en Lucretia, como para haberla aceptado como un elemento permanente en su entorno, además de, llegar a confiarle tareas muy privadas como vigilar a Katerina Petrova, por ejemplo.

De hecho, observando todos esos detalles, Lucretia se ha comportado perfectamente profesional. Ha mantenido las debidas distancias, ni siquiera ha hecho algún tipo de insinuación; en resumen: no le ha buscado de esa manera. Y Elijah ha correspondido de igual forma. Al menos hasta hoy...

Elijah tontea con aquella vieja línea que no debería ser cruzada.

Original y vampiresa se encuentran presentes, y a su vez pareciera que no, compartiendo una melodía especial que solo ellos pueden escuchar —y no se refiere precisamente al piano—, además de disfrutar tanto como la primera vez que la escucharon hace tanto tiempo: un flirteo totalmente espontáneo.

«Ya sabes que siempre disfruto de tu compañía. Y de tu atención.»

—Tu grado de sutileza siempre fue atractivo, y sobre todo, acertado.—Reconoce, curvando sus labios en una inusual sonrisa. Y no, no está criticando su carente sutileza, en verdad le agrada. Ahora mismo quiere a su alrededor, personas que sepan lo que quieren y no teman exponerlo.

Invadiendo arbitrariamente el espacio personal de Lucretia, el vampiro toma asiento a su lado en el banquillo. Inevitablemente sus brazos se rozan, separados tan solo por la tela de su traje.

—Tú eras enigmática… Tal vez, demasiado. Desde el primer momento supiste cómo generar interés.—Y eso la hizo merecedora de su atención. Elijah no gira el cuello para encontrar la mirada de su interlocutora, sino que desliza sus orbes hacia el teclado, recorriendo el contorno de los delicados dedos ajenos, notando que uno se encuentra en la tecla inadecuada.

«Siempre... ha sido así. Incluso antes de conocerte.»

Elijah no se sorprende. Para bien o mal, su reputación y leyenda le preceden.—Entonces cuando nos conocimos, creías poseer cierta ventaja sobre mí.—Lógicamente es lo que viene a su mente y con toda certeza, encontrándose una figura como Deucalion Atreides —uno de sus primeros hijos vampíricos en los Strix— de por medio.—Y sí la tuviste…—Aunque tal vez no como lo esperaba la vampiresa, quién sabe.—Sabías exactamente qué tipo de mujer era capaz de captar mi interés.—Y puede que sea la razón por la que Lucretia se haya sentido conectada con él cuando se conocieron.

O puede que no. Elijah solo puede limitarse a conjeturar.

Aunque algo le dice que la vampiresa no tardará en aclarar su mente. Los dedos de Elijah entran en juego, deslizándose el piano, apenas tocando las teclas, buscando su objetivo.

«[...] fue como si te conociera desde siempre.—»

—Nos entendimos bien, Lucretia.—Susurra, concediéndole al nombre ajeno cierto énfasis solemne.—Sin demasiadas palabras, sin… la tragedia asediándonos.—Con sinceridad, todo fue relativamente más fácil al lado de Babilonia.—Aunque sí una falla imperdonable en las teclas…—Al volver la mirada hacia la vampiresa, posa los dedos de una mano sobre los ajenos para cambiarlos hacia las teclas correcta, tal y como lo hiciera la primera vez que le escuchó tocando esa melodía.

Por supuesto, ambos saben que la ejecución perfecta de aquella pieza, no es algo que Lucretia sea incapaz de hacer. Aquel se está convirtiendo en un juego donde ambos son capaces de observar lo que ocurre con cada movimiento, y además, son totalmente conscientes de sus consecuencias en caso de que se atrevan a cruzar esa delgada línea.


19 enero • 21 pm • @Lucretia C. Kóvacs
Lucretia C. KóvacsVie Feb 16, 2024 1:14 pm
THERE'S CHAOS
IN US
Dicen que el tiempo pone todo en su lugar.

La relación entre Elijah y Lucretia fue... muy particular desde el principio. Especial, habría añadido ella. La vampiresa se sintió fascinada por el original desde que lo conociera, y aunque aquello no puede considerarse algo fuera de lo normal —no es difícil sentirse fascinado por el aura que emite Elijah Mikaelson; que se lo digan a la mayoría de los Siete Sabios—, le gusta pensar que entre ambos sí existió una conexión un poco exclusiva.

Sus intachables modales, la gracilidad de sus movimientos engalados en un buen traje, su exquisito vocabulario... ¿Cómo Lucretia podría no haberse fijado en él?

Sin embargo, Elijah es un hombre de corazón voluble, fiel únicamente al símbolo de su familia. Lucretia aprendería con el tiempo que ella podía ser más útil para él en otros campos que nada tuvieran que ver con el corazón, y él...

Él, en fin: difícilmente se desprendió de sus amores del pasado. Y Lucretia no es mujer que pueda considerar compartir a ninguno de sus amantes. ¿Otro de los motivos por los que su historia con Cancún no funcionó, quizá? Sea como fuere, por primera vez en muchos años, pareciera que el corazón de Elijah vuelve a estar disponible, y Lucretia...

Lucretia encuentra en aquel vampiro, un refugio seguro desde el que escapar de su cruenta realidad. —Ya sabes que siempre disfruto de tu compañía.—Le sonríe, descendiendo la mirada.—Y de tu atención.—Añade, no sin cierta osadía. Las manos de Lucretia acarician con suavidad las teclas del piano, de momento, sin volver a sonar.—Siempre... ha sido así.—Admite, con expresión nostálgica.—Incluso antes de conocerte.—Rememora acto seguido.—Aún recuerdo bien la primera vez que mi creador me habló de ti. Elijah Mikaelson... toda una leyenda.—Una leyenda que no fuere bien recordada por individuos como Deucalion Atreides: el hombre que le concediera la inmortalidad.—Cuando vine a Nueva Orleans por primera vez... y te vi —añade, alzando la mirada—, fue como si te conociera desde siempre.—Y de suerte que Elijah logró embelesarla desde el principio... porque, ¿a que no adivinas qué hacía Lucretia en Nueva Orleans?

Enviada como Caballo de parte de la organización Strix, e ignorantes de los catastróficos resultados que habrían tenido sus decisiones, Lucretia Kóvacs fue enviada a aquella ciudad para encontrarlo... y para matarlo.

Pero ambos sabemos que aquella historia tomó un rumbo muy diferente, ¿no es cierto?


19 enero • 21 pm • @Elijah Mikaelson
Elijah MikaelsonSáb Feb 03, 2024 5:28 pm
THERE'S CHAOS
IN US
Elijah, apoyado en el marco de la puerta, dueño de un aspecto impecable, observa a Lucretia con una atención silenciosa mientras ella desliza sus dedos sobre las teclas del piano. Su presencia imponente irradia un aura de elegancia y poder, imposible de ignorar cuando se combina con una mirada penetrante y analítica.

No, Elijah no solo está observando a Lucretia por su maestría con aquel instrumento musical. Su mirada mucho más intensa que en otras ocasiones, lo traslada a otra época. La primera vez que conoció a Kovács… Mientras era él quien tocaba el piano.

«Pensaba que sabías que no es educado observar tan indiscretamente a una dama.»

Elijah, manteniendo su compostura impenetrable, responde con una inclinación de cabeza apenas perceptible: —Las damas, como tú bien sabes, merecen ser admiradas con discreción. Pero a veces, la esencia de su arte y presencia trasciende las normas convencionales.—Sus palabras sugieren que hay más en su observación de lo que se revela. Pero se limita a  abandonar su posición para adentrarse en aquel ambiente.—Y entonces, nos vemos expuestos.—Al admirar de más, perdiendo los cuidados.

Cuando el noble original entra en el campo de visión de Lucretia, avanza sus pasos y se aposta cerca del instrumento. Jamás ha tomado asiento cuando una dama se encuentra sumergida en el piano.

—Aunque eso no nos aplica.—Elijah alza las comisuras de los labios, fugaz y muy sutilmente, como si la hubiera pillado.—Querías ser observada.—Hasta donde recuerda el Original, a la vampiresa le agrada mucho.—Y no por cualquier individuo.—Sino por él. ¿No era pues, esa melodía, aquella que tocaba él mismo cuando ambos se conocieron?

No le sorprendería si aquello fuese producto de la casualidad, como tampoco si la vampiresa hubiera decidido hacerse con el toque sutil de una sirena. Sea como fuere, el marinero ha acudido a ella.

Destilando su habitual majestuosidad, Elijah se erige con las manos entrelazadas detrás de su espalda. Su postura, una exhibición de elegancia natural, resalta su acostumbrada tranquilidad sobria. Y además, algo nuevo: un interés genuino en continuar escuchando aquella melodía.

Y por eso, hasta el momento, no ha mencionado una sola línea que incluya a Katerina Petrova.



19 enero • 21 pm • @Lucretia C. Kóvacs
Lucretia C. KóvacsSáb Feb 03, 2024 11:30 am
THERE'S CHAOS
IN US
Por irónico que pueda resultarte —y por más que Roma se empeñe en afirmar lo contrario—, la discreción es un elemento clave para Lucretia Kóvacs. Ya hace meses que Elijah le encomendó la misión personal de mantener vigilada a Katerina Petrova, de forma mucho más sutil que Estambul, encargado de la protección personal de Nadia —y en cierto modo, también de su madre. Sin embargo, también hace meses que no ha vuelto a concederle a su superior reporte alguno sobre la situación actual de la vampiresa.

Elijah no se lo ha pedido, pero Lucretia le conoce bien —quizá más que otros de sus Sabios. Sabe hasta qué punto aquella seguirá siendo importante para él, pero también sabe reconocer cuándo el original trata de marcar distancia. La realidad es que, de otro modo, él mismo se habría encargado de la protección de Petrova, pero decidió delegar aquella tarea en alguien más...

Sea cual fuere aquella historia, parece haber llegado al desenlace.

Sin embargo, pudiendo sentir la mirada del original sobre su nuca, Lucretia no puede evitar preguntarse si esta noche será distinto. La vampiresa se halla sentada delante del piano de cola, con su pie izquierdo sobre el pedal de sordina, atenuando la intensidad del sonido y suavizando las notas del instrumento. Hope ya se habrá ido a dormir, y la Plantación se encuentra en silencio... o prácticamente. —Pensaba que sabías que no es educado observar tan indiscretamente a una dama.—Se toma la libertad de dirigirse a él con una familiaridad que algunos de sus compañeros —de nuevo, más bien Roma—, habrían tachado de irrespetuosa. Pero ni ella le falta al respeto, ni Elijah ha sido indiscreto.

De hecho, él sabe perfectamente que le encanta que la miren.

Y le sonríe en silencio. ¿Tal vez hoy quiera por fin saber de Katerina? Estará preparada en cualquier caso. Hace diez días, la vampiresa búlgara partió a Mystic Falls, donde viene estando asentada desde entonces —¿Tal vez buscando lo mismo que el propio Elijah? ¿Marcar distancia?

Debe reconocer que la escasez de detalles sobre aquel idilio le suscita aún más curiosidad, si cabe.


19 enero • 21 pm • @Elijah Mikaelson
Niklaus MikaelsonSáb Sep 30, 2023 7:03 pm
I GOT ADDICTED TO A LOSING GAME

Puso los ojos en blanco ante la pequeña corrección del mayor. Siempre tenía que tener la última palabra, como si aquello fuera un juego de niños. Aunque, puestos a criticar, ¿quién había comenzado primero...? Vale, puede que hubiera sido él, pero nadie le había pedido a Elijah que se metiera en sus asuntos.

Nadie te ha pedido que limpies mis, como acabas de mencionar, desastres —repuso, apretando los dientes en una mueca sonriente. Sí, eso tampoco se lo había pedido nunca—. O recuérdame las veces que lo hecho a lo largo de los siglos... Exacto, ninguna —se respondió a sí mismo con arrogancia; una muestra de que, en efecto, estaba ofendido.

En ocasiones sí que echaba de menos a sus híbridos, sin embargo habían demostrado ser un peligro que se volvería en su contra y en la de su familia, y no podía volver a caminar el mismo sendero.  

¿Y qué? —se giró hacia el vampiro al escuchar que alzaba la voz, mirándolo con cierto aburrimiento— La próxima vez le enviaré una carta de invitación y un coche privado. ¿Es lo que habrías hecho tú? —no era una pregunta, tan solo se estaba metiendo con él y su costumbre de hacer las cosas bien. ¿Cuándo aprendería que la nobleza no tenía cabida en un mundo como el suyo?

Si no existe esa posibilidad, al menos sabremos cómo fue creado, si puede haber más como él, cómo destruirlos... si se convierten en una amenaza —agregó en un tono más sombrío. Aquella posibilidad le preocupaba. Si la ciencia era capaz de crear seres así, ¿qué más podrían hacer? ¿Cuántas amenazas más podrían crear de la nada?— Detesto esta época, ¿tú no? Los humanos se creen dioses con la ciencia como aliada —cambió de tema, como si en medio de aquella discusión pudieran ponerse a conversar sobre un tema así. Como era de esperar, Elijah no picaría el anzuelo.

¿Qué insinúas, que no estoy actuando como lo haría un padre? —alzó la voz, molesto por aquella insinuación. Claramente el mayor acababa de tocar una fibra sensible, adentrándose en terreno pantanoso— Oh, sí, seguro que has estado de lo más ocupado... Escaqueándote para ver a tu querida Katerina. Otro de tus dramáticos romances —contraatacó, buscando hacer daño pero también provocarlo para ver su reacción. Que hubiera ignorado este hecho, no significaba que no sospechara... Su hermano tenía la mala costumbre de encariñarse con quien no debía.

¿Cómo de trágico será el final esta vez? —dejó la pregunta en el aire, con un brillo cruel en su mirada. Si no había investigado más en aquella sospecha, poniendo tierra entre ambos, era precisamente porque sí había cambiado... o, al menos, lo había intentado. Pero, en ocasiones, volver a sus viejas costumbres era demasiado tentador.

BROTP: #KLALIJAH #KALIJAH
MENCIÓN ESPECIAL: @Katherine S. Pierce

15/07 • 00 pm • @Elijah Mikaelson
Katherine S. PierceDom Sep 17, 2023 11:58 am
540 years
of solitude
—¿Justificarme?—La vampiresa deja escapar una carcajada sorda, sonriendo con incredulidad.—¿Sabes? Tal vez tengas razón.—Concede entonces.—Klaus se ha convertido en justificación a muchas de mis decisiones, porque quinientos años de huida y terror me convirtieron en lo que soy. En él.—¿O de verdad creías que Katherine ignoraba que Klaus y ella son iguales?—Ambos manipulamos. Controlamos. Sometemos… Pero al final del día, sólo uno de los dos necesita… una justificación.—¿O acaso no es el propio Elijah quien se encarga de justificar personalmente cada uno de los crímenes de su medio hermano, en nombre de su inviable redención?

—Nunca te he pedido que hagas caso omiso a mis decisiones.—Nunca se atrevería a hacerlo.—Y siempre… me pregunté, cuándo me verías de verdad. Cuándo comprenderías que amar a Katherine Pierce va en contra de todo lo que eres.—Aquel a quien llaman el noble.—Pero al final, me consolaba pensando que, si alguien como tú aún puede encontrar sentido en una redención para Klaus; si aún puedes ver más allá de todo lo que ha hecho… todavía podía haber esperanza para mí.—A fin de cuentas, ¿cómo ella misma habría podido concederse una segunda oportunidad, si nadie más podía hacerlo?—Siempre has sido así. No puedes evitar arreglar… lo que está roto.—Pero quizá aquella sea la gran diferencia entre Klaus y Katerina; la única diferencia.

Puede que Klaus aún tenga esperanza y arreglo… pero ella, no.

Y por eso, su relación no es más viable que una batalla perdida. —Por favor…—Sonríe con ironía, pero lo deja estar, no tanto porque crea que Elijah tiene razón, sino porque empieza a comprender que invertir esfuerzos en hacerle cambiar de opinión será algo totalmente en vano. Elena, ¿una moral definida? ¿Ella, que se convirtió exactamente en lo mismo que la propia Katherine en el pasado?

Jamás lo reconocería en voz alta —por orgullo, tal vez—, pero Elena y ella son muy parecidas, y no sólo en su aspecto físico. Sin embargo, y al igual que sucediera con Klaus, los actos y decisiones caprichosas de su réplica no son puestas en juicio, como sí lo fueron las de Katherine.

Comparten destino, más no fortuna.
«No es lo que estás pensando.»
«No es el momento...»

—Y nunca lo será.—Suspira, abatida. Lo sabe: hoy, por fin, y tal vez definitivamente, se están perdiendo el uno al otro. Es momento de que Elijah escuche toda la verdad.—Nunca lo será, porque mil años sembrando enemigos y conspiraciones… os obligarán a ti y a tu familia a recoger guerras una y otra vez, los próximos diez siglos…—y puede que un poco más. Cuando la guerra actual y presente termine, dará comienzo otra en su lugar… y así será, por el resto de la eternidad.

Sorprendentemente rota, su voz se quiebra. —Quinientos años, Elijah.—Necesita tomarse unos segundos antes de continuar. No puede derrumbarse ahora.—Quinientos años, y aún no conseguí… mi lugar.—Pero he aquí la clave; el gran quid al que no se han atrevido a enfrentarse.—Y nunca lo tendré. ¿No es cierto?—Condenado a aquella promesa —por y para siempre—, Elijah siempre tendrá otras prioridades. Conformarse con ser ese pequeño oasis de entreguerras, será su única opción para seguir adelante… juntos.

¿Es egoísta por querer más? ¿Por creer que merece más?
Sí, tal vez.

Pero, sorpresa: se trata de Katherine Pierce. Y puede que, aún después de todo… si sea capaz de ser egoísta con Elijah Mikaelson.

«Texto enmarcado aquí.»

Alzando la mirada finalmente hacia él, Katherine toma una respiración profunda antes de concluir—: Mi vida ha permanecido en una constante pausa desde que me convertí en vampiresa.—No hay más alternativas.

Katherine no esperaría más.

—Adiós, Elijah.—Una despedida más, quizá definitiva. La morena contiene la respiración y se vuelve para marcharse, consciente de que está vez no la retendrá.

Quiso pensar que fue el final de una estrofa, más puede que aquella fuera la última nota de una triste canción de desamor.

La misma que llevan tocando desde hace cinco siglos.

SHIP: #KALIJAH

4 junio • 23:30 pm • @Elijah Mikaelson
Elijah MikaelsonMiér Sep 13, 2023 4:45 pm
540 years
of solitude

El convencimiento de Elijah Mikaelson sobre sus propios argumentos siempre es tan elevado que muy pocos han conseguido disuadirlo alguna vez. Sin embargo, Katerina siempre ha sido una de esas excepciones, y no solamente porque Elijah deja que su juicio se vea afectado por sus sentimientos, sino que también la vampiresa resulta demasiado convincente.

Por eso no discutirá sobre los hermanos Salvatore. Después de todo, Katherine Pierce es su propia creadora, naturalmente les conoce como a la palma de su mano.

Como él a sus Strix, los cuales se rigen por un código de conducta que él mismo ha inventado.

Ante la mención de Niklaus, aspira una bocanada de aire profunda y desvía la mirada severa. Hace caso omiso a las siguientes palabras de la vampiresa, él sí hace un comentario al respecto:—Entonces así será siempre, con Niklaus en medio para justificarte.—¿De qué otra manera podría ser? El gran villano de su historia de amor con Katerina Petrova, el antagonista de antagonistas sigue siendo su hermano. Y Elijah no puede sentirse más hipócrita al estar dispuesto a pasar por alto un comportamiento de ese estilo, no dos.—¿Pretendes que haga caso omiso a tus decisiones erradas y me limite a observar cuál será el mejor momento para ayudarte a arreglarlas? ¿Pudiendo evitar todo esto? —A veces simplemente cree que Niklaus y Katerina son más parecidos de lo que creen.

Y puede que tal vez por eso Elijah siempre ha quedado atrapado en medio.

Sabe que Elena no es una santa, pero tampoco cree que pase por encima de su arraigada y famosa moralidad para empezar a comportarse como una mujer manipuladora. No. Elijah le ha mirado a los ojos y la chica ha sido tan transparente como siempre. Por más que habría deseado percibir algo de malicia para darle la razón a Katerina, no es el caso.

—Te manejas en esta conjetura como si la propia Elena posee la capacidad de tomar un encuentro fortuito —hace énfasis en la palabra —, y transformarlo en una caza de brujas contra ti.—Hasta el propio Elijah Mikelson piensa que Elena Gilbert es una chica demasiado básica para eso.—Ella posee algo que tú y yo no Katerina: una moralidad bien definida.—Aunque, si Katherine Pierce estuviera en lo cierto, ¿acaso no ve que el odio hacia ella está más que fundado? Y Katerina no ha hecho más que alimentar ese odio con sus acciones. Un ciclo tóxico, uno que le recuerda nuevamente a su medio hermano.

El fracaso persigue a todas y cada una de sus relaciones como abejas a la miel.

Y tal vez se deba al hecho de que casi todos las ha vivido tan privadamente que roza en lo clandestino. Una situación que no admitiría con tanta facilidad una mujer enamorada.—No es lo que estás pensando.—Sus orbes recorren los labios entreabiertos, Elijah sabe reconocer a una Katerina sorprendida y dolida.—No es el momento. Hay otras prioridades.—Proclamar a los cuatro vientos que por fin se permite disfrutar de la compañía de la mujer que ama no está de primera en la lista, te lo aseguro. Sin embargo, perpetuar la seguridad de esa mujer sí.

Y eso no es posible si ella misma se empecina en continuar conservando enemigos innecesarios.

«Cualquiera diría que ya te has involucrado demasiado conmigo»

Dejándose nublar por sus sentimientos, Elijah se desvía del tema Gilbert para avanzar hacia Katerina y tomar sus manos. Busca su mirada.

Con firmeza, Elijah toma su rostro con una mano. Le mira a los ojos, buscando conexión entre ellos y también, su propia alma.—Estoy aquí intentando entender el por qué no cortas de raíz con estos problemas innecesarios en tu vida, estoy aquí Katerina…—hace una pausa y humedece sus labios —amándote a pesar de que estoy en desacuerdo con tus métodos.—De lo contrario, se habría limitado a cortar aquella relación sin más. Si en verdad no le otorgara la importancia adecuada.—No me reproches el que no haya dado tu lugar. Vivo en medio de una guerra, y no te quiero en ella.—Suficiente tienen sus enemigos con saber que su familia es su debilidad, concederles el acceso a otra no está contemplado bajo ningún concepto.—Si amarme en la clandestinidad no es suficiente para ti, si eso está ocasionándote algún resentimiento hacia mí, y te lleva a omitir lo que sucede en tu vida —no quiere pensar que lo Elena ha sido sólo el comienzo—, entonces tal vez deberíamos plantearnos una pausa hasta que pueda ofrecerte lo que mereces.—Y así también, evitar las mentiras por omisión.

Elijah no lo desea, en verdad no quiere tomar ese camino. Sin embargo, no piensa permitir que su relación con Katerina sea casi una réplica de su relación con Niklaus, eso no.

—Si posees una alternativa más idónea para ambos, estoy dispuesto a escucharte.—Aprieta las delicadas manos, acariciando con sus pulgares la suave piel de los dorsos, deseando transmitirle que no quiere tomar su propia opción, pero que continuar una relación en las condiciones actuales tampoco es plausible.


SHIP: #KALIJAH

4 junio • 23:30 pm • @Katherine S. Pierce
Katherine S. PierceSáb Ago 26, 2023 1:03 pm
540 years
of solitude
—Se nota que no has tratado lo suficiente con los Salvatore.—La vampiresa deja escapar una risa sorda.—Son mucho más testarudos, y más hábiles que muchos vampiros más ancianos que ellos.—Y créeme: Katherine ha conocido a más de uno.—No te haces una idea de lo que son capaces… sobre todo Damon.—Sí: sobre todo el impulsivo y políticamente incorrecto Damon.

Puede resultar difícil de creer, pero la morena se toma sus amenazas muy en cuenta.

Sobre todo desde… bueno; desde que volvió a partirle convenientemente el corazón. —Podría hacerte la misma pregunta sobre Klaus conmigo.—¿Qué le queda a Katherine ante la falta de argumentos? Exacto: hacer de su mejor defensa, un buen ataque.—Pero te ahorraré la incógnita incómoda y la reflexión sobre cómo las disputas de algunos monstruos, tienen más justificación que las de otros.—No sería tan descarada como para negarlo a estas alturas.

Lo sabe: Katherine sabe perfectamente que no es una buena persona.

Pero aquello no debería suponer un problema. No para él, que convive a diario con la peor persona que, a buen seguro, el propio Elijah ha conocido en su vida.

—¿De verdad lo crees?—Le pregunta entonces, obligándole a cuestionarse todo lo que sabe… o lo que cree saber.—Piénsalo, Elijah. Si los Salvatore tienen motivos para odiarme, ella aún más.—El odio sólo es un sentimiento más. Katherine, simple y llanamente, no puede esperar que Elena pueda sentir nada diferente hacia ella.—Yo la convertí en vampiro.—Le recuerda, y de suerte que al menos, nunca llegó a ocultarle aquella realidad a Elijah.—Te quiere en mi contra.—Insiste una vez más.—No le conviene, a ella ni a ninguno de sus… perritos falderos, que cuente con el respaldo de un vampiro original…—Pero Elijah prosigue, firme y decidido, en sus creencias.

«Te equivocas, Katerina.»
«Elena Gilbert no tiene conocimiento de nuestra relación. Ni siquiera mi propia familia…»

Los labios de Katherine se entreabren, despacio, mientras una brecha de silencio comienza a separarla inevitablemente de la única persona en que, en más de quinientos años, ha podido confiar de verdad. —Claro.—¿Cómo el noble Elijah confesaría siquiera a sus parientes más cercanos, que vuelve a estar involucrado con la archienemiga de su medio hermano?

¿Se siente dolida? Sí. Por supuesto. Pero aferrarse a aquella distracción, podría ayudarla a desviar la conversación del foco principal. Un foco que no tiene claro que ambos, como pareja, puedan salvar.

La dulce e inocente, Elena Gilbert.

—Cualquiera diría que ya te has involucrado demasiado conmigo.—El mismo Elijah y su expresión, podrían confirmar aquella teoría.—Seguimos manteniendo esta… especie de relación furtiva y casi a distancia, mientras me prometes encontrar a la hija que nunca pude salvar.—¿Se conforma con poco… o pide demasiado?—¿Y de verdad me preguntas por qué no quise decirte nada?—Sin embargo, aunque suena a un argumento con cimientos sólidos… por desgracia, aquella sólo es una mentira más.

¿Que por qué no le confió aquellos planes a Elijah?

Fácil: porque ante él, siempre se sentirá avergonzada de todo lo que es. De todo lo que implica ser, Katherine Pierce. Exponerse ante él con todas las consecuencias, la hace sentir rota y vulnerable, porque en el fondo sabe la verdad.

Elijah jamás podría amarla sabiendo cien por cien lo que es ahora.

SHIP: #KALIJAH

4 junio • 23:30 pm • @Elijah Mikaelson
Elena M. GilbertMiér Ago 23, 2023 12:01 pm
SHE'S A MONSTER
AND SHE'S NOT COMING BACK
—No.—Confirma, dejando escapar un suspiro. Elena no es ninguna tonta: puede reconocer el brillo de decepción en su mirada; el mismo que se dejó ver en la mirada de Damon después de haberse visto engañado por ella por enésima vez. Porque eso es lo que hace Katherine Pierce: engañar, controlar, manipular...—Y nunca lo hará.—Afirma con severidad, aunque también, con transparencia.—Algunas personas no buscan la redención, Elijah.—Katherine, para su desgracia, es una de ellas.

Pero no puede juzgarlo cuando ella misma se ha esforzado siempre por hallar luz en las personas. La esperanza, a veces... es lo único que nos queda. Y sea lo que sea que Elijah espere de Katherine Pierce, aún tiene esperanza de que sea diferente.

Sorpresa: no lo es.
Y ya es hora de que asuma la verdad.

Pero Elijah tiene otros planes.

La réplica contiene la respiración mientras su mirada desciende a aquella mano sobre su brazo. Apenas tiene unos segundos para comprender lo que está a punto de pasar... y ni siquiera tiene tiempo de rogarle por que no lo haga.

«Vas a mantenerme informado si Katherine Pierce vuelve a causarte algún daño...»
«...quiero que lo olvides cada vez que me lo transmitas.»

Elena contiene la respiración mientras aquella información se almacena en su subconsciente, como una orden que no podría eludir. Aguarda, paciente, a que el original concluya su discurso, sin posibilidad alguna de negarse, o siquiera de moverse. Habría sido tan sencillo como pedírselo. Podría haberle pedido que la mantuviera informada si Katherine volvía a acercarse a ellos... pero no lo ha hecho.

Porque, a pesar de todo, Elena conoce la piedad. Si descubre la verdad de su relación con Elijah, ni siquiera a Katherine podría negarle aquel intento de felicidad; aquel vano intento por hacer las cosas bien.

Por increíble que pueda parecer... la habría encubierto. Y Elijah, cansado de las medias tintas, lo sabe.

Por eso, y pretendiendo asegurarse de que Elena dirá la verdad y sólo la verdad, formula aquella orden antes de retomar su búsqueda.

«Decir la verdad no siempre te garantiza ser libre.»

Y así, entornando la mirada en silencio, incapaz de comprender el contexto de su discurso, o siquiera de recordar la última parte de su conversación... Elena, lo ve marchar.


28 abril • 19.30 pm • @Elijah Mikaelson
Elijah MikaelsonLun Ago 21, 2023 5:29 pm
SHE'S A MONSTER
AND SHE'S NOT COMING BACK

«Puede que sea lo único que tengamos en común

Y afortunadamente, Elijah también lo cree. O de lo contrario, sin Katerina presente en su vida, habría nacido y crecido un interés particular en esta réplica. Después de todo, siempre le ocurre, ¿no?

—Y eso bastaría para derrocar imperios.—Menciona con una leve sonrisa. Aunque, al observar las acciones de la vampiresa, no puede evitar subestimar a Elena Gilbert…

La chica se le antoja tan transparente que duda seriamente si la palabra cizaña está en su diccionario. O… puede que sea la destacada. No lo sabe. Una de las debilidades del honorable original es su afición por creer en los rasgos de inocencia de los demás.

La extrañeza por aquel comentario de Elena se instala en sus facciones. Su rostro atento, aguarda más información por parte de la chica Gilbert. Asume que la morena se refiere a todos estos años donde las fechorías de Katherine han causado que Katerina Petrova sea rechazada por todos, y no a un evento en concreto…

Bien, se ha equivocado.

No le interesa que Elena Gilbert solvente sus propias dudas a costa de su privacidad, así que no se preocupa en aclarar su relación íntima con Petrova, ni mucho menos hacerla partícipe de sus sentimientos. De hecho, es impropio. Sin embargo, desde la ignorancia, la adorable y dulce Elena tira de una carta de la base de su castillo de naipes…

Y amenaza con arrasar todo lo que está construyendo con su amada Katerina.

No, evidentemente no sabía lo ocurrido con Elena Gilbert, propiciado por Katherine como un acto de venganza. Conociendo a su actual amante, y reconociendo de antemano la reputación de Elena de ser extremadamente sincera, Elijah decide dejarse sembrar la duda, sin olvidar que debe escucharlo de la propia fuente.

—Ya veo. Katherine Pierce no se separa de sus andadas.—Es toda su reacción, al igual que su expresión impertérrita, al menos en apariencia. Pensativo, Elijah desvía la mirada por un momento y embutiendo la mano en su bolsillo, da un suspiro.

Puede que enfrentando a Katerina consiga las respuestas que busca, pero no la seguridad de que no volverá a hacerlo.

Sin pensarlo demasiado, Elijah salva distancia entre Elena Gilbert y él, la toma por el brazo para asegurarla en su lugar antes de usar la compulsión con ella.

—Elena Gilbert —le mira directo a los ojos—, vas a mantenerme informado si Katherine Pierce vuelve a causarte algún daño, vas a relatar con detalles lo sucedido. Quiero nombres, lugares, quiero la verdad. Y sobre todo, quiero que lo olvides cada vez que me lo transmitas. No hablarás con ninguno de tus amigos ni los Salvatore sobre esto. Ni con la propia Katherine o alguien de mi familia y aliados.—Saber que Elijah está usando a Elena para vigilarla sería devastador para su relación.

Dicho esto, y ya todo hecho, Elijah rompe el contacto visual.

—Ten cuidado, Elena. Decir la verdad no siempre te garantiza ser libre.—Le recomienda con un susurro, volviendo a mirarla a los ojos antes de despedirse y marcharse sin reaccionar debidamente a las acusaciones contra su amante.

Quien necesita ofrecer explicaciones.


28 abril • 19.30 pm • @Elena M. Gilbert
Elijah MikaelsonSáb Ago 19, 2023 10:01 pm
540 years
of solitude

—No te equivoques, Katerina. No recrimino que tengas enemigos. Has vivido más de medio siglo de vida, sería un iluso si pretendiera que no. Yo tengo innumerables enemigos —se lleva la palma al pecho—, pero… Mi punto discutible es por qué estos vampiros ordinarios siguen siéndolo. No representan un peligro real.—De hecho, son un mero juego infantil innecesario para alguien como Katerina.

«Me amenazaron, Elijah»
«¿Qué se suponía que debía hacer?»

—Exactamente lo que hiciste —susurra sin apartar sus ojos de ella, asintiendo con la cabeza, visiblemente resignado y decepcionado—, es lo que hace Katherine Pierce: no enfrenta las consecuencias de sus decisiones, no cierra ciclos… —¿Es Katerina o Niklaus de quien habla?— Ni siquiera entiendo por qué sigues siendo su enemiga.—Pero una vez más es lo que atrapa al honorable vampiro de personas como Katerina, Niklaus, y en su momento de la misma Hayley Marshall: intentar entender el por qué actúan de determinada manera, y sobre todo, adjudicarse la tarea de arreglarlos.

Arreglar lo roto, lo defectuoso. O mejor dicho, lo que él cree defectuoso.

—¿Por qué no habría de hacerlo? No la creo incapaz de mentirme —y después de usar compulsión con ella no lo hará, no en cuanto a Katherine se refiere—, indisponerte contra mí no pudo ser su móvil.—Haciendo gala de su serenidad, contesta con una pregunta, ignorando la rabia de la vampiresa al mencionar a Elena Gilbert. A medida que la escucha, frunce el ceño poco a poco.—Te equivocas Katerina.—Insiste en cada argumento de la vampiresa. La contraria con rotundidad, y una marcada severidad se instala en las solemnidades de su rostro.—Elena Gilbert no tiene conocimiento de nuestra relación, ni siquiera mi propia familia sabe hasta qué punto hemos llegado —tampoco es un iluso para pensar que en la Plantación no se han percatado de que hubo algún tipo de cercanía esporádica con la vampiresa.

Que en realidad fue mucho más que eso para el original. Pero Elena Gilbert no pudo haber llegado a esa conclusión sin nisiquiera saber que estaban viéndose.

—Sin embargo, voy a concederte que conozca esa información y su incentivo sea la venganza.—En un caso hipotético.—Eso no explica mi ignorancia sobre esta situación.—Y eso no lo puede rebatir, Katerina.—Si elegí amarte con todo lo que significas, Katherine Pierce incluida, ¿por qué debo enterarme por otras personas? —Y sobre todo, ¿de qué más debe enterarse?


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4 junio • 23:30 pm • @Katherine S. Pierce
Elijah MikaelsonLun Ago 07, 2023 7:07 pm
I GOT ADDICTED TO A LOSING GAME

—Querrás decir, hoy me cansé de levantarme todos los días con el pie izquierdo.—Siguió aquel juego de ironía con una severa verdad. Pero, naturalmente eso a su hermano menor, no le importaba lo suficiente como para dejar de hacer esas contínuas bromas, las cuáles no hacían más que exteriorizar su indiferencia hacia cómo se sentían aquellos que lo querían.

Egoísta, eso era Niklaus. Estaba seguro de que su hermano aún tenía corazón suficiente para quererlos a todos a su manera, pero eso no impedía que siempre sus propios caprichos y deseos estuvieran por encima del resto.

Y eso no impedía que Elijah fuese el principal consentidor de tales caprichos y deseos, tan solo por el hecho de resarcir todas aquellas ocasiones en que no hizo algo cuando su hermano era terriblemente infeliz y rechazado. Ah, pero ese proceder le ha traído más problemas que beneficios.

—No lo serán —asiente con la cabeza como si repentinamente estuviera de acuerdo, sin embargo...—, para ti.—Alarga el brazo y le apunta con la mano extendida.—Lo serán para mí. Ahora que no posees híbridos, me he acostumbrado a limpiar tu desastre... Como antaño.—A Elijah no le queda más que restregárselo en cara para propiciar la reacción adecuada: Que debe parar con sus impulsos. Niklaus debe hacerlo. Y aunque no quiere obligarlo, puesto que sabe lo traicionero y peligroso que puede ser su hermano cuando siente presión, Elijah no encuentra otra alternativa.  

«[...] No pretenderás que lo deje libre, sin más

—Has obrado mal, Niklaus.—Siendo objeto de una especial impaciencia que solo si hermano consigue despertar en él, Elijah alza ligeramente la voz en un acto desesperado porque su hermano entienda las implicaciones de su gran idea.—Si el muchacho es un tríbrido, el primero creado —diferente a lo que probablemente podría convertirse en un futuro su sobrina Hope—, entonces ya no tenemos ninguna posibilidad de comprarlo para que esté de nuestro lado.—Elijah emite un suspiro cansado.

En definitiva, su mal humor está afectando con creces la gran dosis de paciencia que suele tenerle a su hermano, normalmente viéndolo como un niño pequeño cuyas travesuras acaban convirtiéndose en problemas reales. Pero hoy no. Hoy lo ve como siempre ha sido Niklaus en sí mismo: el problema.

—¡Entonces demuéstralo! Eres padre Niklaus, compórtate como tal y acaba con esto, deja de traer dificultades a esta casa que no necesitamos.—Que Katerina y él no necesitan en su relación, mejor dicho. Elijah respira hondo e intenta retomar las formas.—Estoy tomando acción, también Kol. Tengo gente a mi disposición para eso, no para ocuparse de las consecuencias de tus innecesarias decisiones. ¿Buscas en @Tyler R. Lockwood  un arma para marchar contra los aquelarres? Bien, es una idea brillante, Niklaus. Pero esta no es la manera, no puedes controlar lo que no comprendes.—Sin mencionar que necesitan aliados más que enemigos.

¿O es que Freya ha encontrado la manera? Lo duda mucho.



15/07 • 00 pm • @Niklaus Mikaelson
Elena M. GilbertLun Jul 31, 2023 9:51 pm
SHE'S A MONSTER
AND SHE'S NOT COMING BACK
Elijah no sólo es el original noble: también es un hombre de palabra y reconocedor de sus errores... o de los méritos en los demás. Elena contiene una sonrisa de orgullo, pues no le falta razón: como todos, ha terminado aprendiendo las reglas del juego.

Y ha aprendido a leer las señales. —Puede que sea lo único que tengamos en común.—Katherine le habló una vez del fuego Petrova, y en más de una ocasión repitió hasta qué punto han llegado a ser parecidas. Elena, por su parte, se niega a creer que tenga nada que ver con la réplica, más allá de su aspecto físico. De algún modo, Katherine se ha convertido en el perfecto ejemplo de aquello en lo que no desea convertirse, aun siendo un vampiro.

Pero algunos, al parecer, siguen siendo capaces de encontrar bondad en ella.

Y Elena... no puede evitar preguntarse, por qué. Por qué precisamente él, de entre todos los hermanos Mikaelson.

Conforme ante la mención de la Condesa Sangrienta, Elijah parece haber obtenido de Elena información suficiente, pero la conversación no termina allí. Abierto el melón de Katherine Pierce, la joven Gilbert sigue adelante, plasmando en voz alta el hilo de unos pensamientos que, quizá, hubiera hecho mejor en dejar reservados. —Es sólo que no... —Al principio, no le es fácil encontrar las palabras adecuadas.—No termino de entender por qué sigues trabajando con ella. Después de... todo lo que ha hecho.—Sin embargo, las palabras de Elijah revelan una información que, hasta el momento, se le escapaba.

Acto seguido, la expresión de Elena se descompone.

«¿Qué tiene que ver Katherine Pierce con Erzsébet Bathóry?»

—No lo sabes.—Elena deja escapar el aliento, mientras las piezas encajan en su mente con un ligero click. No: por supuesto que no lo sabe. ¿Cómo un hombre como Elijah habría podido colaborar con la villana, a sabiendas de los tratos que se trae a sus espaldas? La morena deja escapar un suspiro, sintiendo cierta culpabilidad por el original, pero sobre todo, lástima. Katherine es importante para él, y ni siquiera se hace una idea de la clase de mujer que es.

Tratar de ocultarlo sería inútil, por lo que Elena se limita a hacer lo que mejor se le da: decir la verdad. —Katherine se las ingenió para que la bruja Qetsiyah me hechizase.—Le explica entonces.—Estuve... meses sumida en un sueño profundo, pero no fue suficiente para ella. Mis amigos guardaban mi cuerpo en un ataúd, a la espera de hallar la manera de despertarme...—Sobra decir, que al final, lo consiguieron. Aunque no fueron exactamente ellos.—No se conformó, por supuesto.—Porque Katherine no se detendría hasta conseguir hacerla sufrir desde todas las perspectivas posibles.—Entregó la ubicación de mi ataúd a los esbirros de Erzsebét Báthory.—Y más concretamente, al protagonista de sus últimas pesadillas...

Kai Parker.


28 abril • 19.30 pm • @Elijah Mikaelson
Katherine S. PierceLun Jul 24, 2023 9:29 am
540 years
of solitude
—Sí, Elijah.—El suspiro de Katherine denota cansancio.—Tengo enemigos en Mystic Falls... y en muchas partes. Pero eso ya lo sabías.—Porque la vampiresa jamás ha ocultado su naturaleza frente a él. Elijah mejor que nadie sabe la clase de persona en la que se ha visto obligada a convertirse; las circunstancias la transformaron en una villana cruel, la única clase de mujer que hubiera podido sobrevivir.

Hizo todo lo que fue necesario para mantenerse con vida. Por eso, y porque Elijah conoce su historia, no entiende por qué parece haberle dado tanta importancia a una de sus tantas villanadas.

Quizá tenga que ver con que se trate de un evento reciente, pero que precisamente tenga que ver con su réplica es lo que consigue ponerle los pelos de punta. —Me amenazaron, Elijah.—En su expresión puede leerse que se siente ofendida. Por alguna razón, los pecados de Katherine nunca llegan a ser del todo olvidados, al contrario de lo que sucede con el resto de individuos infames que forman parte de la vida del original.—¿Qué se suponía que debía hacer? Los hermanos Salvatore habrían ido a por mí de todas formas. Debía... dejar de ser un objetivo.—Así que Elena se convirtió en una tarea en la que invertir su tiempo, muy lejos de Katherine.

Aunque no podría mentir: que Elena fuera ese nuevo objetivo, también fue muy conveniente para ella. Pretendió dar una lección, y salió ganando por partida doble.

Porque Katherine Pierce siempre gana... y cada vez que lo hace, pierde un poco más a Elijah.

—No me lo puedo creer.—¡Por supuesto! Para sorpresa de nadie, la réplica más aburrida y beata de todos los tiempos se ha servido de la lástima para conmover al vampiro original. No en vano, Pierce ha afirmado más de una vez que, en el fondo, ambas son iguales: aprovechan cada arma, cada ventaja en su favor. La diferencia es que, por alguna razón, sólo una de las dos ha sido juzgada por hacerlo.—Así que tú también crees a la dulce e inocente Elena Gilbert.—Todos lo hacían, tarde o temprano.—No te estás dando cuenta, ¿verdad? Todo lo que haya podido decirte, te lo ha dicho para ponerte en mi contra.—Porque a Elena y a sus amigos no les conviene que Katherine sea cercana a un original, pero sobre todo, porque cualquiera de ellos aprovechará a arrebatarle hasta la menor oportunidad que tenga de ser feliz.

Sin embargo, los precipitados argumentos de Katherine sólo tratan de ocultar una realidad: sabe que, quizá, Elijah mereció ser puesto al corriente de lo ocurrido, pero no fue así. Katherine jamás hizo mención alguna a Elena, a su ataúd o a Kai, por provecho, por vergüenza, por miedo; ahora, él sabe la verdad de todas formas, y la sabe a través de alguien más.

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4 junio • 23:30 pm • @Elijah Mikaelson
Niklaus MikaelsonLun Jul 17, 2023 12:26 am
I GOT ADDICTED TO A LOSING GAME

La voz de su medio hermano llegó a sus oídos, rompiendo su concentración. En realidad, el mayor no iba tan desencaminado; había interrumpido su monólogo interior, sus pensamientos de intenciones nada buenas.

Elijah —lo llamó por su nombre de igual modo, con falsa cordialidad. Era evidente que estaba molesto, y podía intuir cuál era el motivo detrás de tal molestia—. Parece que hoy te has levantado con el pie izquierdo —comentó con ironía a la par que se alejaba de la ventana, y de la vista que daba al jardín, para encararse al original, que no tardó en arremeter con exigencias que, en realidad, tenían fundamento. Klaus suspiró con impaciencia pues, con fundamento o no, nunca se las tomaba bien.

Querido hermano, ¿por qué simplemente no confías en mí y centras tu atención en otros asuntos? Elena y sus amigos no serán un problema —afirmó con una convicción sustentada en su ego. No serían un problema, hasta que descubrieran la verdad, algo que harían tarde o temprano—. Sea lo que sea Tyler, es una criatura de un poder que no habíamos visto antes; vampiro, brujo y licántropo en un solo ser. No pretenderás que lo deje libre, sin más —alzó la barbilla, manteniendo la mirada ajena.

El original parecía especialmente molesto, y Klaus se preguntó si se debía tan solo a sus villanías, o había algo más. En pocas ocasiones recordaba haberlo visto tan abatido.

Me ofendes, Elijah —en realidad, no parecía muy afectado—. Por mucho que atesore en mi memoria mi etapa en Mystic Falls, no es mi intención volver a repetirla —lo siguió con la mirada mientras se alejaba de él. Sus meses en su antiguo hogar habían sido, sin duda, fructíferos y revitalizantes; sin embargo, eran tiempos pasados— ¿Cómo pretendes recuperar lo que nos arrebataron? ¿Con la ayuda incomparable de tu querida diplomacia? —lo juzgó desde la hipocresía, pues él se mantenía en una posición pasiva con respecto al destino de Nueva Orleans.

Eso no quería decir que no ansiara recuperar su antigua posición para él y para su familia. Un entorno en el que su poder fuera tal que nadie osara agravarlos de nuevo, y Hope pudiera crecer en la calidez y la seguridad del Antiguo Complejo.

Si logramos controlar a Tyler, se convertirá en un arma útil y poderosa... que nadie más posee —reveló, al fin, sus intenciones. Viniendo de él, no podía ser de otro modo. Y estaba seguro de que Elijah tendría más de una objeción al respecto.


15/07 • 00 pm • @Elijah Mikaelson