A menudo la calma inquietaba a Freya, la ausencia de noticias por mucho que soliera decirse que significaba buenas noticias frecuentemente podía llegar a tratarse de sus enemigos fraguando a sus espaldas su caída y la bruja Mikaelson no podía permitirlo. Llegados a ese punto podría decirse que Freya vivía por y para proteger a su familia, había dedicado su vida a aquello sin que su resolución flaquease ante nada o nadie... por el momento.

Pero no podía evitar pensar que podría hacer más por recuperar su hogar, si bien su sobrina crecía en un lugar ciertamente seguro gracias a la labor de todos por protegerla este seguía sin ser el complejo donde debería criarse. El complejo Mikaelson no sólo era el hogar de la familia por excelencia sino también la herencia de su sobrina, Hope y a la mayor de los hermanos le gustaría recuperarlo para ella en algún momento. A su vez tenían otro problema, Kol no podía volver a su cuerpo original hasta que lo sanaran y el cómo no resultaría nada fácil.

Mientras jugueteaba con la piedra de su colgante entre sus dedos, no podía evitar pensar que para tener una oportunidad si quiera todos los hermanos debían de estar en sintonía así como tener un plan definido para lograrlo, no sería fácil pero nada en la vida de aquella familia lo había sido para ninguno de sus miembros-Elijah-lo llamó, tras tanto tiempo junto a su familia era capaz de reconocer las pisadas que distinguían a cada uno y el crujir de las tablas así como el replicar de unos zapatos elegantes le hacían saber que se trataba de él-no pretendo importunarte si has de estar en algún lugar pero hay algo de lo que creo que deberíamos hablar-quizá pudiera esperar a otra ocasión pero prefería hacerlo cuanto antes, puede que su hermano viera oportunidades donde ella carecía de dicha perspectiva.

Con el habitual garbo y sobriedad que le caracterizaba, Elijah Mikaelson acercó sus pasos hacia su hermana mayor. Esbozó una perceptible y breve sonrisa cuando ella le reconoció sin siquiera mirarlo al rostro.

Estaba claro que de haber crecido con Freya, ésta sería la hermana que se ganaría el título de conocerlo más de lo que el resto de sus hermanos.

—Hermana.—Pronunció con la debida solemnidad, aunque un poco más cariñoso.—Sueles tener consejos y opiniones merecedoras de mi atención, ¿por qué habrías de importunar? —Mientras no mencionara el tema con Niklaus, todo estaba bien.

Suficiente tenía Elijah con sus preocupaciones con el resto de sus hermanos, como por ejemplo, Kol.

Concediendo su total atención a su hermana, Elijah asintió muy suavemente con la cabeza.

—Te escucho.—Le invitó a proceder, haciendo un gesto con la mano.

Conocía a Freya, así que sabía que sería sobre la familia. ¿El qué de todos los problemas que se cernían sobre ellos como sombras asfixiantes en medio de la oscuridad? Solo su hermana lo sabía.