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Rowdy U. JørgensenBeta
Rowdy U. Jørgensen


My own
I use to call her...





Rowdy quería llorar de rabia, pero se negaba a concederle algo así a su padre, Vidar. No se lo merecía, no se merecía ni una de sus lágrimas, ni tampoco el sentimiento de añoranza de un pasado que, en realidad, nunca fue suyo; de los buenos momentos, idealizados con el paso del tiempo.

Lo arrastraba por la calle, aguantándose las ganas de respirar por la nariz por el fuerte olor a alcohol y vómito que desprendía, ignorando las miradas entre curiosas y acostumbradas de los pocos vecinos que se cruzaban por su camino. También ignoraba la lástima... Rowdy nunca había querido eso; tan solo quería una vida normal. Porque había intentado tenerla, había intentado arreglarlo a él desde que tenía uso de razón, madurando demasiado rápido, y nunca perdiendo la esperanza en lograrlo.

Incluso en momentos como aquel, cuando era evidente que no lo lograría, seguía creyendo que de verdad podía hacerlo.

Papá, ¿al menos podrías intentar no poner todo tu peso en mí? —se quejó, llegando a duras penas a su porche, y dejándolo apoyado al lado de la puerta mientras la abría. Él, por toda respuesta, soltó un murmullo inteligible— Dijiste que no volverías a hacerlo —lo miró, dolido, tan roto y decepcionado como tantas otras veces. Desde hacía unos años, era costumbre que se emborrachara hasta las trancas el día de su cumpleaños, y a Rowdy le daba la sensación de que era para huir de algo.

Su padre había dejado de ser valiente hacía mucho.

Vamos dentro, anda... —volvió a ponerle el brazo sobre sus hombros para ayudarlo a entrar, cerrando al puerta con un pie, y dejándolo con todo el cuidado que pudo sobre el sofá grande de la sala de estar. Incluso se preocupó por quitarle el calzado y traerle un vaso de agua, aunque no se lo mereciera.

Dijiste que no volverías a hacerlo —le reprochó, de nuevo, después de obligarlo a beber un sorbo de agua. Acto seguido se sentó en el suelo, apoyando la espalda contra el sofá, creyendo que todo sería más fácil si no lo veía—. Me han dicho que eres un caso perdido, ¿lo sabías? Supongo que sí, supongo que  te da igual... o, en realidad, puede que hasta te duela. Pero no harás nada por cambiar: dirás que lo harás, pero... —se le rompió la voz, y se vio obligado a hacer una pequeña pausa para controlarse. Se negaba a llorar, aunque tenía tantas ganas que sentía como si las lágrimas ardieran en su interior, en su garganta, reclamando ser liberadas.

Ambos sabemos que no lo harás —en el fondo, se sentía mal por estar siendo tan duro con él. En realidad, ¿qué importaba? A la mañana siguiente no recordaría nada—. Descansa, papá. No estaré cuando despiertes —dejó que el dolor se transformara en rabia. La rabia era mucho más fácil de procesar que aceptar la realidad, que asumir el dolor que eso le provocaba; no era más que el último resquicio de su esperanza, rebelándose contra lo imposible.

Habiendo logrado aguantar las ganas de llorar, Rowdy se levantó decidido. No obstante, antes de que pudiera irse, sintió que Vidar lo atrapaba al agarrarlo de un brazo. Sorprendido, se dio la vuelta y pudo ver que lo observaba con los ojos abiertos, a duras penas, mientras seguramente luchase contra el cansancio y la borrachera que llevaba encima.

Cuando ella te tuvo... le dije... le dije que seríais "mi todo" —farfulló, quedándose en silencio como si esa enigmática frase lo explicase todo. Lo cierto es que Rowdy no la entendió en ese momento, aunque lo haría más tarde. Con un movimiento brusco de su brazo, se soltó de su agarre, cogió su mochila y se marchó del único hogar que había conocido nunca.

Y no habría vuelta atrás. Cada paso que daba, lo alejaba más y más. Y, cuando quisiera volver, no encontraría a su padre en su casa; lo haría en la calle, tirado en un charco de su propia sangre, frío y pálido... asesinado por sus demonios.

Esos mismos de los que, al final, no había podido salvarlo.


12/02/2004
20 pm
Autoconclusivo



I use to call her "my own" ✘ AC. 7mb4jlI

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