No le gustaba hacer de niñera. Nunca había sido madre por motivos claros: no tenía madera para ello, y tampoco es que quisiera serlo. Pero le debía un favor a la familia Wyrm. Y ella era una mujer de palabras, asique no le había importado que el joven Mortimer la acompañase en esa nueva cacería que estaba por empezar. Además, el muchacho era joven, pero poderoso. Podía notarlo.

Había perdido la pista de los Originales, pero estaba segura de que no tardaría demasiado en recuperarla, o eso era lo que creía. Pero al menos había encontrado un grupo de vampiros estrechamente ligados con ellos. Empezaría por darles caza y quizás torturarles para que confesase antes de someterlos a un infierno personalizado. Un brujo con ansias de demostrar su potencial era perfecto. Porque Rayan de hecho no daba del potencial de Mortimer. En realidad, no dudaba de ningún miembro de la familia Wyrm.

— Abre bien los ojos muchacho —le dijo mientras se agazapaba entre las sombras varios kilómetros de su objetivo—. Es hora de que hagas uso de tu magia para ocultarnos de sus sentidos vampiros —le pidió, claramente para que el joven comenzase por ocultar su presencia. Necesitaba saber cuántos enemigos tenían y analizar cuáles eran los más viables.

Primero, saber cuántos había, y luego saber cuántos podía retener el brujo. Al fin y al cabo, era un chico joven, pero con un poder seguramente a la altura del de su padre. Habría sido mejor quizás que él le acompañase dado lo delicada que era la situación, pero… no podía permitirse dudar y demás, como ya se ha dicho, le debía un favor al padre del joven.

— ¿Estas listo? —pregunto finalmente clavando sus ojos en el—. Cuando los encontremos, espera mi señal para bajar el hechizo —añadió mirando de nuevo al frente. Mortimer sin duda aprendería mucho de ella aquella noche y puede que incluso Rayna descubriese algo nuevo de su poder o su familia. Puede que se formase algo parecido a una amistad.

—Estoy listo —un Mortimer tan sumamente joven estaba con Rayna Cruz, preparado para pelear, para batallar y dar el callo en este ámbito. Porque Mortimer tenía que ser el mejor y por tanto, tenía que darlo todo de sí mismo para convertirse en el próximo orgullo de la familia Wyrm, en concreto de su padre.

Necesitaba la aprobación de su padre. Su validación era importante para él. Cualquiera diría que años más tarde seguiría pasando lo mismo con su hijo y él.

—Hechizo listo —había pronunciado las palabras necesarias para promover el hechizo que fuera a protegerles de sus dotes vampíricos. Según sabía, acababan de encontrar un pequeño nido de vampiros que estaban estrechamente unidos con los Originales y, por tanto, se acercaban cada vez más a su premio gordo. Mortimer estaba ilusionado ante la idea—. Cuando tú me digas.

La cazador avería en el la misma emoción que ella había sentido en sus primeras cacerías. Quizás es por eso por lo que sentía cierta empatía aun cuando no era precisamente lo suyo. No le gustaba hacer de niñera y sin duda esperaba que Mortimer fuese útil. Parte de ella, no obstante, no tenía duda alguna de que fuese a ser así.

Con el hechizo levantado finalmente Raya avanzando seguida de aquel joven brujo. Encontró la localización perfecta desde la cual observar. Tres vampiros. Eran tres las presas que seguramente caerían aquella noche. Pero para ello la magia del brujo tendría que demostrar estar a la altura.

— Necesito que retengas a aquellos dos en lo que yo me ocupo de ese otro —dijo señalando a las que serían las presas del brujo, sin dudar en ningún momento de que su magia pudiese contener a los dos—. En cuanto nos acerquemos va a atacarnos, asique la rapidez es crucial —le recuerda antes de sonreír con cierto sadismo y avanzar—. Levanta el hechizo y contenlos —ordena conforme agarra le mango de la espada fénix y se lanza de forma implacable contra el vampiro más cercano a su posición.

Acierto: su ataque consigue cortar la carne y marcarlo.
Critico: directo al corazón y al interior de la piedra.
Fallo: el vampiro la descubre antes de tiempo y la esquiva.

Sabía que en aquel momento, Mortimer acapararía todo el conocimiento habido y por haber y lo haría suyo. Sabía que absorbería toda clase de experiencias provenientes de Rayna Cruz, que le ayudarían posteriormente en su cruzada personal contra los vampiros.

Mortimer asumiría el papel de juez, jurado y verdugo. Y estaría encantado de ejecutar cada uno de ellos.

—Tres... Entendido —asintió con la cabeza ante las palabras de la cazadora y se puso manos a la obra. Pronunciando sus palabras, el brujo intentó levantar el hechizo, tal y como Rayna le dijo.

Pero un desesperado Mortimer fue incapaz de hacerlo correctamente. Acababa de fallar y, por lo tanto, el factor sorpresa ya no podían usarlo—. ¡Mierda! —y todo por unos nervios y unas ansias incapaces de controlar.

Ha conseguido marcar el primero de aquellos tres vampiros, pero Mortimer ha fallado al levantar el hechizo que debía contener a los otros dos. Eso sin duda es un contratiempo y Rayna se ha dado cuenta al ver como los vampiros se han lanzado contra el joven brujo. La cazadora, chasquea la lengua y sin soltar la espada de su mano derecha toma el arma que siempre lleva consigo en la mano izquierda.

— Intenta contenerlos muchacho —le pide nuevamente mientras ella busca un disparo limpio para intentar acertar a uno de los vampiros que se dirigen hasta Mortimer. Lo cierto es, que siendo dos contra tres ellos tienen la desventaja, pero Rayna es demasiado astuta como para perder. En su intento de ayudar a Mortimer, aquel vampiros al que ha conseguido marcar se ha recompuesto, y se ha lanzado contra ella de nuevo, seguramente desconocido las consecuencias de ser atravesado por su espalda—. Sanguijuela —susurra antes de alzar la espada Fénix de nuevo.

Siempre ha sido una mujer astuta, que no se ha permitido perder en ninguna ocasión, y si lo ha hecho sin duda ha sido una ventaja en determinado momento. No puede permitirse un mundo con vampiros, y tardeo temprano acabara teniendo su mundo perfecto.

Critico: Rayna acierta en el disparo hacia uno de los vampiros que ataca a Mortimer, y al mismo tiempo el que va a atacarla a ella se encuentra con la espada clavada en su pecho (directo a la pierda fénix).
Acierto: únicamente acierta en el tiro al vampiro que ha atacado a Mortimer, pero aquel que va a atacarla a ella, consigue derribarla.
Fallo: ni lo uno ni lo otro. No protege a Mortimer, y ella acaba en el suelo..

El brujo había fallado con anterioridad y se sentía como un inútil, como si no valiera para nada. Las palabras de su padre resonaban en su cabeza constantemente, una y otra vez. Sin embargo, ver a la cazadora le instó para continuar. Lo motivó. No podía compadecerse de sí mismo cuando la misión aún no había terminado.

En realidad, no había hecho más que empezar.

—¡Cuidado! —un Mortimer tan joven observó como un vampiro se acercaba hasta él. No era el primero que veía pero sí de los primeros contra los que luchaba tan directamente. Zafarse de él fue fácil, sobre todo si tenía a la cazadora de su parte—. ¡Rayna

Pero la cazadora es mucho más astuta y rápida, así que le costó poco derribar a los vampiros. Aún así, Mortimer estuvo todavía trabajando en el hechizo para poder ayudarla. Lo necesitaban a fin de cuentas.

Acierto: El hechizo funciona.
Crítico: El hechizo es inmejorable.
Fallo: Mortimer no consigue su objetivo.

El aviso por parte del contrario y el tirón que siente ella misma cuando el vampiro queda incrustado en su espada, llegan al mismo tiempo. Rayna sonríe con maldad, mirando a aquella criatura. Extrae la espada fénix de su pecho y la piedra que alberga en su extremo empieza a brillar fuertemente, casi de forma cegadora.

— Disfruta de tu infierno personal, demonio —escupe antes de observar como aquel cuerpo cae aparentemente sin vida. Porque no. No está muerto. Su alma simplemente ha abandonado su cuerpo para enfrentar su destino—. Uno menos —añade para sí misma girándose hacia el contrario que finalmente ha conseguido levantar aquel hechizo para contener a los vampiros.

No pierde su tiempo en conjeturas ni alabanzas. No es el momento para eso. Por el contrario, sale corriendo en dirección a los dos vampiros restantes, lanzándose contra uno de forma directa—. Ocúpate de ese —le dice cuando finalmente consigue apartar a ambos y quedar finalmente en un combate uno contra uno. Rayna no pretende darle siquiera tiempo, al contrario. Ha ido directamente con la espada dispuesta a cobrarse su segunda víctima.

Critico: consigue hundir la espada en el vampiro y mandarlo a la piedra.
Acierto: consigue alcanzarle pero no hunde la espada, solo lo marca.
Fallo: el vampiro consigue derribarla.

«Encárgate de ese.»

La orden de Rayna llegó a sus oídos de inmediato. Asintiendo con la cabeza y buscando una aprobación que no sabía que quería hasta ese momento, Mortimer no duda en sonreír de manera cruel y mezquina hacia el vampiro—. ¿Últimas palabras?

Ni siquiera le dio tiempo a que pronunciara nada porque el brujo empezó a conjurar un hechizo muy simple pero, al mismo tiempo, muy potente.

Un hechizo que acabaría con la vida del vampiro en un suspiro; uno que, además, lo carbonizaría para siempre. Sin embargo, el vampiro fue más listo y se lanzó sobre el brujo para distraerle y, por supuesto, atacarle—. ¡Bastardo hijo de puta, bestia inmunda!

Acierto: El hechizo funciona.
Crítico: El hechizo es inmejorable.
Fallo: Mortimer no consigue su objetivo.

Casi lo tenían, Rayna seguía buscado la manera de que aquel vampiro acabase dentro de la piedra Fénix, pero no fue el caso. Asustado como se mostraba en ese momento comenzó a querer huir de ella. Y por su parte, la cazadora no tardo en darse cuenta de que Mortimer tenía problemas.

La cazadora chasquea la lengua. No quería aquello, porque no quería tener que hacer de niñera. Pero le debe un favor al padre del muchacho y por eso no puede permitirse regresar sola. Soltando un suspiro observa como aquel marcado se escapa, y gira en redondo solo para dirigirse al contrario aprovechando aquella distracción.

La espada no tarda en clavarse en la espalda del vampiro amenazante, que no tarda en desplomarse dejando que finalmente le brujo vea a la cazadora, observándole con cara de pocos amigos en ese momento—. Eres prometedor muchacho. Pero aun te queda mucho por aprender —cuestiona con un tono de voz neutro.

Esta molesta sí. Porque uno de los vampiros se ha escapado. No obstante, acabara encontrándolo, porque está marcado. Y ningún marcado escapa de ella—. Vámonos —añade al cabo de un rato sin molestarse en ayudarle de ninguna manera. Inaccesible y fría como es Rayna se dispone a salir de aquel lugar, de regreso a casa.