«Han estado esperando demasiado tiempo.
Y ese tiempo se ha acabado ya».

Los altos representantes de Dios han hablado y han sido ellos, los encargado de enviar el mensaje. Los encargados de elegir a uno de los suyos para que el mensaje sea transmitido. Y es Semangelof quien ha de encargarse de ese trabajo. Porque él estuvo desde el principio. Enviado para que Lilith regresade donde le pertenecía, fue un ángel cuya lealtad jamás fue cuestionada. Él y sus hermanos saben que la guerra esta próxima. Mas de lo que desean.

E igual que hay un elegido por parte de los ángeles. Hay una elegido humano. Elegido por los mismo ángeles. Y esa humana es @DYLAN R. AVERY.

Desde el mundo de los sueños, Semangelof ha sido capaz de contactar con ella, sumiéndose en el interior de los mismos. Apareciéndose ante ella como un humano normal, sin alas, sin esencia luminosa a su alrededor, para de esta forma presentarse mas acorde a las personas con las cuales la muchacha se ha relacionado siempre: meros humanos.

— Hola Dylan —saluda cuando ve a aquella muchacha. No sabe si es consciente de donde esta, o de lo que esta pasando. ¿Es consciente acaso de lo que significa tener la sangre de los suyos? Quizas no. Quizas por eso a sido necesaria su intervención—. Me llamo Semangelof —se presenta. No espera que le reconozca, pero si que su nombre al menos le indique que es un ser muy similar a ella.

No tenía ni idea de que estaba haciendo allí. Ni siquiera estaba segura de como había llegadoa ese lugar. Después de todo, Dylan hacía tiempo que no salía de casa por decisión propia. Trató de recordar sus últimos movimientos, pero su mente estaba completamente en blanco. Más no estaba sola en aquel lugar. Frente a ella, pudo contemplar la figura de un hombre que no tardó en hablarle.

— ¿Cómo sabes mi nombre? — fue lo primero que atinó a preguntar, mostrándose confusa en un principio. Aunque dicha confusión no tardó mucho en desaparecer cuando este se presentó, dándole su nombre —. ¿Eres uno de ellos? ¿Un Egregoroi? — fue lo primero que se le pasó por la cabeza. Hasta donde sabía, aquellos brujos rúnicos milenarios que los habían reclutado, se habían sacrificado para que estos pudieran romper el sello que los convertiría en nefilim. Y dejándolos solos a su suerte.

Mas aquel nombre le sonaba familiar, como si ya lo hubiera escuchado antes.

¿No sería...? No. No podía ser...

Aquel nombre, o más bien la pertenencia de donde procede… «Egregori». El los recuerda, claro que lo hace. En el pasado fueron parte de todo lo que giro en torno a aquella guerra que venía durando ya muchos siglos. Mas de una vida para todos ellos. Pero no, la contraria estaba muy confundida y Semangelof sencillamente esbozo una sonrisa ante sus palabras.

— Soy alguien mucho más importante en nuestro mundo muchacha —le responde no con dureza si no con cariño. El cariño que suelen irradiar los ángeles cuando acuden al encuentro de aquella de la cual quiere algo—. Mi lugar esta con lo que aquí llamaríais las altas esferas —una referencia humana, sutil que espera que sea capaz de comprender—. Los hijos de Dios habéis estado en la tierra, viviendo tranquilos mucho tiempo. Pero me temo… que es pronto cambiara —añade, directo y sin andarse con rodeaos. No necesita decir que es un ángel para que la contraria lo sepa. Sencillamente debería haber sentido su esencia, pero la confusión es la primera reacciones.

Sobre todo, porque hace siglos que no se presentan ante los humanos. Y aquella es una situación que les ha obligado a hacerlo. Porque ellos no pueden tomar cartas en el asunto. No de momento. Y por eso, necesitan a los Nefilin en la tierra, y Dylan, es aquella que más conciencia tiene de liderazgo y carisma. Por eso, ella es la elegida por los ángeles—. Eres sumamente importante para nuestra causa Dylan. Y tengo un mensaje para ti de quienes hace tanto tiempo que no sabéis nada. Un mensaje de tus padres. —Y habal de forma simbólica. Porque está claro que la muchacha tuvo padres humanos, pero no son los padres de los Nefilin.

"Mi lugar esta con lo que aquí llamaríais las altas esferas."

La mandíbula no se le desencajó de puro milagro, comprendiendo que quien se encontraba ante ella era alguien mucho más divino. De repente, se sentía indigna ante su presencia y eso que la Avery nunca había sido religiosa o creyente... Al menos hasta que descubrió que era una nefilim. Algo que todavía le costaba creer.

¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¿Inclinarse? ¿Hacer una reverencia? Al final, optó por quedarse plantada como un pasmarote.

— ¿Cómo es posible? — atinó a preguntar y sacudió la cabeza, como si de pronto hubiera recordado algo —. Pensaba que os habíais olvidado de nosotros — y es que, desde el ritual y la muerte de los únicos guías que habían conocido, no habían vuelto a tener noticias de ningún ente celestial. Y de eso había pasado casi un año —. Nadie se ha preocupado de explicarnos nada desde entonces — se tomó el atrevimiento de reprocharle. Al final, ellos habían roto el sello, se habían convertido en nefilims para cumplir su propósito... ¿Pero cuál exactamente?

Y podría haber seguido con los reproches, sin embargo, aquel hombre pronunció unas palabras que provocaron que se olvidase del resto.

— ¿Qué? — se quedó helada, tanto que juraría que hasta su corazón había dejado de latir, pensando que había tenido que escuchar mal —. ¿Un mensaje de... De mis padres? — apenas pudo pronunciar lo último con un pequeño hilo de voz. Una sensación de vértigo la invadió en ese instante.

Por supuesto, su primer pensamiento fue el de los únicos padres que había conocido.

Siempre habían sido seres egoístas. Todos ellos, incluso los ángeles. Pero jamás lo reconocerían, porque creían que sin su guía incluso sus hijos sabrían bien cuál era su misión y cometido. Pero no había sido así. Su intervención no habría sido necesaria si las cosas hubiesen salido bien. Los despertaron con un propósito, pero se han desviado del mismo. ¿A caso, ya no lo recuerdan? ¿O quizás es que ellos en parte nunca lo dejaron claro?

— En vuestra propia esencia va marcado vuestro destino Dylan. Nosotros no intervenimos a no ser que la senda del mismo se desvíe —responde ante la cuestión de la contraria. Lejos de ofenderse el se muestra ligeramente comprensivo. Como ángel es lo que siempre ha hecho aun cuando los de arriba pretendían ser duros con todos ellos—. Fuisteis despertados con el único propósito de controlar a los demonios… vuestros únicos y verdaderos enemigos —explica cruzándose de brazos—. Pero no tardamos en dejar de sentir su presencia en la tierra. Su propia esencia se vio mermada y no parecieron ser la amenaza de antaño. —Y por eso, dejaron a los ángeles tranquilos. Que ellos mismo encontrasen su propio camino.

Pero todo lo que una vez a sido maldad vuelve en algún punto aun cuando parece haber desaparecido para siempre. Y ese era precisamente el caso—. Tus padres, los padres de todos vosotros, han sentido la esencia demoniaca en la tierra, y esta vez es poderosa. —Demonios mayores. Y peligrosos para ángeles poco entrenados—. Es por eso, que debéis poneros en marcha Dylan, reuniros… preparaos para lo que estén haciendo. —Porque no saben que esta ocurriendo, pero si sabe que tarde o temprano los demonios regresaran. Y los guerreros que porta sangre angelical en sus venas, han de estar preparados.

Era cierto que, a pesar de que había pasado casi un año, todavía no comprendía cuál era su propósito. Ni ella, ni ninguno de los néfilim. Lo único que sabía era que debían luchar contra esos demonios que, como aquella fuerza celestial le indicó entre sus palabras que aun se le hacían confusas, ya se encontraban sobre la tierra.

— Pero, ¿Cómo? ¿Qué es lo que tenemos que hacer? — si, estaba desesperada por saber más, por entender como funcionaba. Lo que debía hacer. Pero sobre todo, había una pregunta en su cabeza. Una que no había dejado de hacerse durante todo ese año y a la que era hora de encontrar respuesta —. ¿Por qué yo? — no iba a desperdiciar aquella oportunidad que se le presentaba. Porque necesitaba saberlo.

Lo necesitaba para poder seguir hacia adelante.

Contuvo la respiración durante unos instantes antes de que el reflejo de la decepción apareciera en su rostro. Menuda ilusa al creer que sus padres. Sus verdaderos padres eran los que tenían ese mensaje para ella.

Aun así, sacudió la cabeza para recomponerse y escuchar las palabras del ángel.

— Reunirnos... — susurró, consciente de a quienes se refería —. No será difícil. Todos buscamos una respuesta. Y conozco a algunos de ellos — aunque estaba segura de que aquello era algo que el interlocutor ya sabía. Por eso estaba hablando con ella, ¿No? Para que entregara el mensaje —. ¿Qué es lo que les tengo que decir? ¿Cómo podemos ser útiles en esta lucha? Necesito una respuesta clara. Nada de misticismos o adivinanzas — por supuesto, tenía más preguntas que hacerle. Más cosas que saber. ¿Se tomaría su tiempo para explicárselo todo de manera directa y sin rodeos?

Siempre los había visto como seres excepcionales. Aunque aquellos medio humanos medio ángeles proviniesen en cierto modo de los ángeles caídos considerados posteriormente como demonios, seguían guardando la esencia angelical, y por eso los necesitaban. Semangelof al menos lo tenía claro. Asique llegaba el momento de darles por fin algo de lo que llevaban pidiendo tras su despertar.

— Porque de todos ellos, eres la más capacitada —responde con una sonrisa ladeando la cabeza conforme observa a la muchacha—. Eres la que más preguntas ha tenido siempre y aquella a la que han elegido los ángeles mayores. Yo, no soy quién para cuestionar sus decisiones —añade acercándose a ella—. No obstante, si no te crees preparada, es el momento de decirlo Dylan. Y nadie te echara nada en cara. Pero ten en cuenta que, si aceptas esta misión, no podrás fallarnos. —Puede que este usando palabras bonitas. Puede que aquello quede decorado con el hecho de que puede elegir.

Pero hay un hecho velado que ambos saben:
Dylan no tiene elección.

Porque en realidad ya han elegido por ella. Y la muchacha seguramente lo sepa. Asique sencillamente no puede fallarles a ellos porque fallara también a la raza humana. La carga depositada sobre sus hombros puede ser una carga no deseada. Pero acaba de recaer en ella.

— El vínculo Adánico —responde cuando ella pregunta que es lo que debe hacer. No puede evitar soltar una risa ligera, cual fresca brilla de primavera. La claridad, las exigencias… habrían sido mal tomadas por cualquier otro, pero no por el—. Cuando reúnas a todos los Nefilin bajo tu mando, tendréis que buscar a vuestros mayores aliados… brujos rúnicos. Ellos tienen poder contra los demonios. Os harán fuertes y poderosos —explica enlazando sus manso tras su espalda—. Y si lleváis a cabo el ritual Adánico y os unís a ellos… seréis invencibles —declara.

Otra obligación, otra imposición. Los ángeles ven el vínculo Adánico simplemente como una forma de ganar poder. Sin embargo, para quienes también tiene esencia humana puede ser algo delicado, conectado con el amor y los sentimientos. Pero Semangelof, no contempla tal acción, y por tanto lo expone como si fuese algo sencillo. Porque para él y los suyos, lo es.