No recuerda las ultimas navidades que celebro en familia. No ha sido una costumbre para ella, pero si ha sido más bien un hábito compartido con su esposo.

Si embargo aquel pueblo tiene mucho encanto. Un encanto que a Helga le recuerda a su pasado más remoto, en la aldea de su familia. En el fondo nunca tuvieron mucho, pero todo lo que tenían trataron de dárselo a los más pequeños.

Quizás lo único que echa en falta en ese momento la mujer es haber podido ser madre. Sin embargo, quizás eso no es lo único que pasa por su mente cuando está allí, frente a aquellas personas que disfrutan. Ella, por el contrario, finge hacerlo, o no. Solo quienes la conocen podrían saber si aquello era algo que se sintiese obligada a hacer o si de verdad lo estaba pasando bien.

Todos ellos tenían la sombra de Rayna atrás si mismos asique era normal que no consiguiesen estar del todo tranquilos, menos aun después de lo acontecido en Halloween, sin embargo, a ellas les gustaba arriesgarse. Helga había asistido con su marido y Vanya con Katalin, en navidad aquello se repetía.

Pero en esta ocasión era ella la que se había desplazado a por algo de beber y ahora llegaba a la posición de su amiga, acercándose por su costado—. A veces me soprende lo tranquila que puede esta la gente. Míralos, felices… sin problemas —comenta en un susurro, tendiéndole la bebida que ha traído—. Tengo que reconocer que es muy bonito —alaba la decoración, el espectáculo de luces. Y piensa que quizas esa noche podrían olvidar sus propios problemas.

«Míralos, felices...»

Las palabras de su vieja amiga consiguen arrancarle una sonrisa, mientras Vanya deja escapar un suspiro nostálgico. —Mentiría de no admitir... que les envidio.—Junto a Katalin, Vanya se consigue distraer. La muchacha logra evadirlas a ambas de la cruda realidad que se cierne sobre sí mismas y sobre el clan al que pertenecen: un oasis de tranquilidad de minutos u horas...

Pero no es más que una ilusión. La fantasía de una vida calma y plena que no podrán tener. —Aunque reconozco que han sido unas fiestas más... tranquilas de lo que esperaba.—Al menos, en las últimas semanas no han vuelto a tener noticias de Rayna.—¿Crees que incluso ella se ha tomado vacaciones?—La idea, aunque ridícula, consigue hacerla sonreír. Sembrar su corazón de algo que, en los últimos tiempos, pareciere ser un bien escaso...

Esperanza.

Helga tambien los envidiaba, sería una estupidez mentir y ocultarle ese hecho precisamente a Vanya. Porque su amiga la conocía demasiado bien y sabía perfectamente que Helga también añoraba parte de esa felicidad que siempre les había sido privada.

— Espero que sigan siendo así. —Tranquilas dentro de lo posible. Porque incluso ellos querían una vida normal sin demasiadas preocupaciones. No debía ser demasiado complicado de conseguir, ¿verdad? Pero era mejor no hacerse demasiadas ilusiones—. Sería una hermosa fantasía —responde ante la pregunta de su amiga—. Pero yo apostaría a que está disfrutando de estas fiestas a su manera… —Y no quiere ni siquiera pensar como ser esa manera.

Rayna siempre ha sido un problema para ello, pero si se encuentran en un lugar con gente quizas no les ataque porque se vería rodeada. Helga cree que es el único motivo por el cual todavía no ha ido directamente a por ellos. Porque nunca, se encuentran solas.

«Sería una hermosa fantasía, pero...»
Y después de aquel pero, todo lo importante.

Porque no es relevante que estén viviendo las fiestas navideñas: el grave peligro que representa Rayna Cruz todavía está ahí fuera, acechándolas, cerniéndose sobre ellas como una amenaza silenciosa pero letal. Vanya ha tratado de aparentar normalidad, y sobre todo, de evadirse con la compañía de @Katalin M. Szisz, pero en momentos de soledad o reflexión sus temores vuelven a tomar forma en su subconsciente, escenificando las decenas de probabilidades en las que podría terminar todo...

O en las que se verían obligados a huir por salvar sus vidas, otra vez. —Me dijiste que... intentarías investigar la forma de encerrar a Rayna Cruz.—De forma similar a como sucediera con Silas, el inmortal, tiempo atrás.—¿Tienes algún avance?—Ahora que la situación parece más tranquila, deben tomar ventaja y aprovecharla.

A decir verdad, ignoran cuánto tiempo de calma precedente a la tempestad, aún les resta.

— Todavía no he encontrado nada que pueda sernos de ayuda —responde tras soltar un ligero y pesado suspiro—. Pero tengo algo entre manos… una forma quizas de poder avanzar en esto de… acabar con ella. —Y es que si Marena finalmente le permitía consumir el suero de la Condesa… quizas podrían hacer algo, quizás la propia Helga podría hacer algo.

Y en parte no lo hacía por sacrificio humanitario contra los suyos si no más bien como ansia de poder. Helga siempre ha ansiado poder y quizas en ocasiones se le ha ido de las manos. Esta podría ser una de esas ocasiones. Pero por el momento, no había dicho anda al respecto.

Sin embargo, aún no sabía demasiado bien que rumbo tomaría todo aquello y por eso seguían adelante con la idea de encerrarla, y sin embargo aún no había conseguido nada—. Esta noche hay una fiesta en el Ruby… ¿os vere por allí? —pregunta refiriéndose a ella y a Katalin, claramente queriendo desviar la atención de aquel tema. Pero sabe que seguramente Vanya no se conformara con eso.

—Entiendo.—Dicen que Roma no se construyó en un día, y cabe pensar que aquellas dos mujeres tampoco encontrarían en un día una manera para proteger a los que quieren, acabando para siempre con la amenaza de Rayna Cruz.—Me gustaría tener una charla contigo al respecto cuando hayas avanzado un poco más... pero tal vez, cuando acaben las fiestas.—Por ahora, se merecen descansar.

Ambas se lo merecen.

—Katalin me lo contó.—Confiesa con una media sonrisa. En calidad de camarera del local, la vampiresa albina es la primera en enterarse de los grandes eventos organizados en el Ruby Maiden, el local de vampiros y para vampiros de Tatjana Majorova.—No tengo claro si iré. Me parece que Kate libra esta noche, y entiendo que prefiera otros ambientes diferentes de su lugar de trabajo.—Si bien es cierto que Vanya no opuso resistencia alguna a rechazar la propuesta de acudir. Ragnar sigue siendo uno de los empleados de Majorova —personal de seguridad, para ser más concretos—, y a decir verdad, Arcane no tiene el menor interés de cruzarse con él...

Claro que Nørgård tampoco vale tanto la pena como para que Vanya deba renunciar a coincidir con una vieja amiga por su culpa. —Hablaré con ella para decidir qué hacer. Si vamos allí, lo sabrás.—Le promete a Helga.—Y hablando de Katalin... Deberíamos ir a buscarla.—Concluye, invitándola a abandonar aquel plácido lugar por ahora.

Tiene mucho que hablar con Vanya, eso desde luego. No va a ocultarle sus intenciones. No va a ocultarle nada a ella. Quizas con lo que tiene pensado incluso puedan derrotar a Rayna. Si lo que ha escuchado es cierto… quizas tienen la solución más cerca de lo que están pensando.

— Bueno, si finalmente venís seguro que nos lo pasaremos bien —Al fin y al cabo, celebrar el fin de año también era importante para todos ellos que querían sin duda formar una vida en aquel lugar—. Pero entiendo que también queráis algo más de tranquilidad. Aprovechemos esta noche, ya nos distraeremos con los problemas en un par de días —añade con una sonrisa.

Es cierto que tienen muchos frentes abierto, mucho de lo que hablar, pero en el fondo Helga quiere disfrutar aquella noche, es simplemente así de sencillo en realidad—. Te acompaño a buscarla —responde finalmente cuando su amiga comenta que deben ir a buscar a Katalin.

Sin embargo, no tardan en separarse pues Helga misma necesita también encontrar a Dimitri, pues es con quien más deseos tiene el acabar el año.