Sigue sintiéndose culpable de que no pudiese encontrarlo. Supo por Valerie que Beau y ella misma lo estuvieron buscando, y pese a que estaba en Nueva Orleans no importa si quizas se cruzaban. Aquel hechizo lo impidió, aquello fue lo que Oscar hizo para poder tener aquella verdadera libertad que se la había concedido.

Pero se sentía terriblemente mal, porque al mismo tiempo pensaba que era estúpido haber pensado que podría liberarse y vivir su vida. La familia una vez mas le reclamaba y con el tiempo quizás se acabo acostumbrando a no estar siempre con ellos. Pero siempre los echo de menos también. Eso no fue algo de lo que se deshiciese, nunca quiso.

Sus hermanos están libres, y ellos están juntos, eso es lo único que debería contarle, ¿verdad? Quizás si, o quizás no. Beau es quizás el único al que siente que debe dar explicaciones, aquel con quien ha de ser mas sincero. Sabe que le entenderá, al fin y al cabo, siempre han sentido mucha afinidad mutua.

— Las navidades siempre fueron una época muy hermosa —comenta acercándose a él. Sabe que toda la familia está allí —o al menos casi toda— pero a esperado a poder tener una conversación tranquila con Beau—. ¿Cómo estás? —pregunta, claramente en referencia a su secuestro en la Armería. Están libres, todos ellos, pero… aún no sabe lo que tuvieron que pasar.

La felicidad que siente es agridulce. Después de unos meses de incertidumbre y de malas noticias, vuelven a estar todos juntos, como una familia. Como siempre debió haber sido. No obstante, no todo es bueno. Los enemigos siguen al acecho. Implacables.

Tras el breve secuestro por parte de la Armería, Beau siente que las cosas no están bien y que se precipitan despacio hacia un abismo oscuro y tenebroso. Y puede que sean solo las consecuencias del encierro y el enfrentamiento, la inminente sentencia que pese tras la marca de su garganta o todo al mismo tiempo.

Se obliga a sonreír ante las palabras alentadoras de Óscar. —Solo falta un poco de nieve.— Añade, pero el cielo, aunque oscuro y frío, no augura la blancura de la época. Es consciente de que, quizás, a los otros, Beau podía decirles que estaba bien y le creerían, pero Óscar vería la verdad. Por lo que simplemente se encoge de hombros. No es una respuesta sincera, pero tampoco una mentira.

La vorágine de sentimientos que se acumulan en su interior no tiene nombre, no es tristeza, no es miedo, ni desazón... Es algo más.

Intentado no enfocarse en los recuerdos ni el peligro del que no hablan, se gira para mirar mucho más allá de la figura de Óscar, a su alrededor, buscando entre la multitud. —¿Dónde están?— Inquiere de forma simple, con un gesto simple. —Después de lo sucedido, no creí que Lily nos dejará alejarnos demasiado.

— Estoy seguro de que nos tiene todo lo vigilados que puede —responde con una mueca en sus labios—. Siento mucho lo que ha pasado Beau… y siento que parte de todo esto es culpa mía. —No espera más para pedir disculpas una vez más. Sencillamente porque es algo que le carcome por dentro. No haber estado cuando era necesaria su ayuda.

Aunque se ha tomado una vacaciones en el hospital de Nola sabe que tarde o temprano tambien tendrá que renunciar a esa parte de su vida. Pues su familia parece querer establecerse nuevamente en Mystic Fall.

El también está buscando a sus hermanas, porque en el fondo está preocupado de que puedan volver a atacarlos. Aun no entiende como todo puede haberse torcido tanto, pero sin duda el destino es sumamente caprichoso—. Dime algo hermano, ¿quieres volver a Nola? —pregunta, quizás de forma confidencial. Ellos dos tenían algo parecido a una vida allí.  

Sacude la mano como si espantara moscas, tratando de quitarle importancia. —No tienes nada que sentir.— Deja caer la mano derecha sobre el hombro de su compañero, al que considera un verdadero hermano y luego continúa: —En serio. Ya te lo he dicho antes, de haber estado, sería mucho peor.

Era algo que ya le había dicho anteriormente. A él y al resto.

De nada habría servido que hubieran estado juntos o que se hubieran encontrado, lo único que hubieran conseguido, entonces, sería convertirse en un daño colateral. Uno tan grande como lo era él. Marcado y perseguido.

Por eso no tenía ningún sentido reprocharle o reclamarle nada. Ni a él. Ni a ninguno.

La pregunta le pilla por sorpresa. Es cierto que Mystic Falls no se parece en nada a Nueva Orleans. Para Beau, Nola es el epicentro de todo lo que le gusta y define. La música, la historia negra y la magia. Mientras que el pequeño, pero pintoresco, pueblecito no aporta nada más que los problemas que tanto conocen.

Le dedica una mirada cómplice, en las que las palabras sobran porque ambos se leen mutuamente. —¿Qué encontraste?— Cuestiona con la misma confidencialidad que él ha mostrado. A sabiendas de que hay algo más tras su interés.

De haber estado seguramente podría haber hecho algo, ayudarles a escapar o seguramente haber caído en la misma trampa que todos ellos. Pero eso es algo que por desgracia no van a saber nunca. Sin embargo, al menos decirlo era algo que incluso aliviaba incluso su carácter. Quizas no dentro de mucho podría volver a ser el de antes.

Oscar sonríe con complicidad cuando Beau le pregunta que fue lo que el encontró el Nueva Orleans. Y tampoco necesita pensarlo demasiado—. Libertad —responde claro y conciso. Porque es apalabra define lo que es para él, aquella ciudad—. Encontré una ciudad que nunca duerme, que siempre tiene algo que contar… una ciudad que me permitió ejercer como médico para curar a otros. —Algo que siempre quiso y nunca consigo.

Su vida a cambiado mucho, y desea volver, pero desea no hacerlo solo. Y si… ¿existiese la posibilidad de que él y Beau se quedasen allí donde habían encontrado su nueva vida? ¿podrían volver quizas cuando todo aquello con Rayna acabase? Son preguntas para las que no tiene respuesta aun—. Dime algo… ¿te quedarías? Si Liliam nos lo permitiese, ¿volverías conmigo a Nola? —pregunta entonces clavando sus ojos en él, esperando por su respuesta.

Las palabras de Óscar con claras y concisas, directas. Pero Beau no necesita tanto para entender lo que su hermano quiere transmitir, pues, con tan solo aquella palabra inicial, su discurso también cobra sentido para él.

Asiente, cómplice, pero con un deje triste y melancólico. Y, por un momento, alza la mano, hacia su rostro, como si fuera a decir algo. Sin embargo, termina bajándola sin llegar a nada. Beau se alegra mucho por él, porque haya encontrado un propósito y, también, esa individualidad que todos ansían lejos de la familia. Pero... ¿Es lo correcto?

Esa es la cuestión que no deja de repetir en su mente.

Dejó a @Lily R. Salvatore únicamente con la intención de encontrar a Óscar, de localizarlo y asegurarse de que estaba bien. Pero después, mantuvo las distancias, por Rayna. Y ahora... ¿Lo hizo realmente por el bien de todos o por qué, nuevamente, había llegado a disfrutar de la música, de la magia y los misterios que envolvían Nueva Orleans? Le costaba ser sincero consigo mismo y responder como debía.

Por lo que antes de que terminase siquiera de formularlo Óscar, Beau ya había respondido. —Sí.— Fue un gesto simple, apenas un movimiento leve, pero lo hizo con rapidez y energía, revelando, quizás, más de lo que pretendía.

—Pero...— Era demasiado bonito para ser cierto. —Lily no lo permitirá. No después de lo que paso con el clan de Darvolya, la armería, Rayna... Existen demasiados peligros. Y somos una familia.— Recalco, tratando, no solo de convencer a su compañero, sino a sí mismo.

Oscar sonríe. Los gestos de Beau revelan muchas cosas, tantas cosas que el comprender porque él, las siente de la misma manera… que en ocasiones piensa que la familia a la que pertenecen es una atadura. Los quiere a todos ellos, pero cierto es que puede haber encontrado algo más a lo que él no quiere renunciar.

— Tenemos muchos frentes abiertos —concede finalmente con cierta tristeza—. Pero en la vida, siempre hay problemas, siempre hay peligros… —añade metiendo sus manos en los bolsillo de su coqueta—. Tengo intención de hablar con Liliam —revela finalmente—. Pero no hablare por ti… no obstante, si puedo regresar a Nola, esta vez me gustaría hacerlo contigo sabiendo donde estamos, protegiéndonos como una familia. —No yendo por libre. Porque ese, ha sido el verdadero problema.

Por primera vez en su vida, Oscar ha sido egoísta con su familia y eso sí que es algo de lo que se arrepiente. Pero al mismo tiempo gracias a sus acciones a encontrado algo a lo que llamar vida. Sabe que Beau tambien. Quizas… Liliam no les obligue a renunciar a eso—. Los problemas de uno en uno. Y hoy es un día de celebración. Aprovéchenoslo como tal —concluye dirigiéndose a uno de los puestos cercanos para comprar algo de comida.