En los últimos meses ha estado preparando aquello. Lilith sabe que el momento de reunirse con sus hijos, el momento de empezar a mover ficha se encuentra próximo. Pero antes de darles aquella fecha, antes de poder reunirse con todos, debe preparar algunas cosas. Porque, sobre todo, necesita que sea en un sitio seguro. Un sitio al cual los Grigori no puedan acceder.

Y para eso también quiere avisar a sus hijos. Ya lo ha hecho con Aloqua. Ahora, ha vuelto a Mystic Fall en busca de Abrahan, quien se encuentra bajo la apariencia de un hombre llamado Bradley. Siguiendo la esencia misma que ya capto en una ocasión, le ha encontrado en aquel pueblo. Su más pequeña criatura, Mazikeen aún no ha aparecido y eso es lo que más le preocupa. Aun así, no pueden seguir esperando.

Quizás es momento de actuar y no ir con tanto remilgo. Al fin y al cabo, ya sabe lo que tienen que buscar, el problema es averiguar cómo. Reunirse de día, en aquel lugar es algo que también les ayudara a pasar desapercibidos. Su figura, luce diferente a la de la última vez, con aquel cabello rubio Lilith se presenta como una mujer refinada, y sonríe cuando ve a su hijo aparecer por las puertas del cementerio.

Madre e hijo, visitando quizas a algún difunto. ¿Qué sospechas podía levantar aquello? Para humanos normales, ninguna. Ellos sin embargo lo veían como un símbolo macabro. Al fin y al cabo, los demonios adoraban la muerte.