crónicas vampíricas
ConéctateTe estamos esperando
¿No tienes cuenta? ¡Registrate!
Mayo, 2014
próxima limpieza31/05: personajes y temas
cronicasVampiricas¡Gracias por estos cuatro años!
mystic falls, virginianew orleans, luisiana
apr, 2014temp max 26°C / min 13°C

anuncio 21/04reapertura del foro

anuncio 28/03cuarto aniversario. ¡gracias!


Se encontraron 5 resultados para COLIVER

Cole H. TrudeauJue Mayo 16, 2024 11:59 am
AT LEAST I CAN SAY
THAT I'VE TRIED
Oh, las cosas se complicaron. Claro. ¡¿Tú crees?! Mocoso insolente —En realidad, aquel rapapolvo no es más que una fingida bronca por parte de Cole. Es cierto que su hermano está vivo y todo eso, y que seguramente las cosas se complicaran, pero precisamente él que nunca ha descartado que en algún punto de su vida tuviera que fingir su muerte, lo entiende—. Supongo que ya me enteraré de los detalles, pero no vuelvas a fingir tu muerte. Casi me muero yo. O por lo menos ponme al día si vas a hacerlo, no sé, me avisas por señales de humo o algo.

Esa bronca sí es un poco más real.

El mayor de los Trudeau resopla sin muchas esperanzas, rascándose la barba cada vez más abundante en su rostro—. Una cura. Tenemos que buscar una cura. Si hicieron este experimento, seguro que crearon una especie de antídoto. Algo. Yo qué sé, no tengo muchas opciones. Ven a verme, lo hablaremos mejor así —No, no se fía mucho de los teléfonos.

Y además, quiere ver a su hermano pequeño.

10 febr. • noche • @Oliver F. Trudeau
Oliver F. TrudeauDom Abr 21, 2024 9:12 pm
JUST DON'T PUT DOWN
YOUR GUNS YET
Previsible y razonable: Ariadna trata de ayudarle a calmarse para así poder explicarle con mayor claridad la situación. Su corazón late a toda velocidad, desbocado, tomando a la vampiresa entre sus brazos y girando un par de veces sobre su propio eje, liberando de algún modo toda aquella emoción contenida. Aún no termina de asimilar lo que acaba de suceder... ni lo que sucederá.

Porque ahora Oliver sabe que su hermano está en problemas, y él simplemente no podrá mirar hacia otro lado.

Sin embargo, más cauta y con más experiencia en aquel campo de juego, la griega da su golpe de realidad, tratando de racionalizar la situación. Simple y llanamente, no pueden permitirse cometer un sólo error; tienen que evaluar todas las opciones.

Y Oliver, completamente obnubilado por la intensidad del momento, no lo ha hecho.

«¿Estás seguro de que era él, Oliver?»
«¿No has pensando en que esto…?»

El híbrido deja escapar el aliento, comprendiendo —por primera vez desde que tuvo noticias de Cole—, que no podrá ser tan fácil. —Era él.—Confirma con rotundidad. De aquello no tiene ninguna duda; más allá de su voz, aquellas expresiones, la manera de dirigirse a él... Simplemente, se trata de Cole.—Yo...—Acto seguido, empiezan las dudas. La realidad es que Oliver no conoce a los Strix como Ariadna, ni mucho menos su modus operandi; dejándose llevar por la euforia —quizá demasiado pronto—, ha podido pecar de ingenuo. ¿O no?—No, no puede ser.—Es la primera conclusión a la que se atreve a llegar.—Cole se habría dejado matar por los Strix antes de permitir que le utilizaran contra mí. Y aunque no hubiera sido así...—La expresión de Oliver se ensombrece acto seguido.—No le queda mucho tiempo, Ariadna. Está... creo que está enfermo.—Aún no comprende del todo los detalles, pero es la clave de su mensaje con la que más se ha quedado.

«...Hermanito, me estoy muriendo.»

—Hablamos. Por teléfono.—Más calmado, comienza a adentrarse en los detalles.—No esperaba que contestase nadie al otro lado de la línea. Debió oír que Oliver Trudeau fue ejecutado en Nueva Orleans.—Los rumores vuelan, ¿no es cierto? Y a ojos de la gran mayoría del mundo, aquel híbrido fue condenado a muerte por Alice Harlem.—Me dijo que... debieron experimentar con él o algo así. Que le convirtieron en algo nuevo. Pero los experimentos no han debido de salir demasiado bien...—Y ahora, a Cole le queda poco tiempo.

A menos que consigan encontrar una cura primero.

—No puedo...—Carraspea, tratando de aliviar inútilmente aquel nudo en su garganta.—No puedo dejarle morir, Ariadna.—Y sabe no sólo que podrá entenderlo, sino también, su mensaje entre líneas. Si se trata de la vida de Cole, está dispuesto a asumir el riesgo. Está dispuesto a asumir que todo se trate de un complot, y que los Strix finalmente hayan dado con la clave para atraparle...

Un riesgo que no obligará a Ariadna a correr, por supuesto.



11/02 • madrugada • @Ariadna D. Atreides
Oliver F. TrudeauDom Abr 21, 2024 9:09 pm
AT LEAST I CAN SAY
THAT I'VE TRIED
«Serás cabrón...»

La carcajada de Oliver, genuina y alegre, se deja escuchar al otro lado de la línea. —Las cosas se complicaron, hermano.—Podría resumirse así. En cierto modo, no se atreve a entrar en los detalles; no, sabiendo que los Strix pueden encontrar sus métodos para encontrarle, y por tanto, escucharle. Pero además, tampoco desea acaparar el protagonismo de la conversación.

Puede que los dos estén en problemas, en un evidente peligro de muerte... pero sólo uno goza de la certeza irrevocable ante el final inminente.

«Experimentaron conmigo...»
«Soy una quimera, Oliver.»

—Una... ¿qué?Está bien, está bien: puede que no tenga tanta experiencia en esta Tierra —ni en el mundo sobrenatural en general—, como Ariadna, pero Oliver lleva marcando sus pinitos las últimas décadas. Jamás había oído la existencia de algo así... aunque tampoco va a mostrarse por la labor de perderse en los detalles. Si es cierto que Cole se ha convertido en algo con un tiempo de vida limitado, sólo hay una opción para él.

—Dime qué es lo que puedo hacer.—No va a quedarse fuera de esto. Puede que la llamada de Cole fuera un último intento desesperado por volver a sentirlo cerca; que no le haya llamado buscando ayuda, pero... Oliver no podrá dejar de lado todo esto.

No va a dejarle de lado.



10/02 • noche • @Cole H. Trudeau
Ariadna D. AtreidesDom Mar 17, 2024 11:34 pm
JUST DON'T PUT DOWN
YOUR GUNS YET
Concentrada en la pantalla, Ariadna teclea rápidamente en el ordenador, ajustando los códigos de seguridad de su red que alguien ha intentado derribar. Mientras espera los resultados, toma la taza de sangre a su lado y se la lleva a los labios. De modo que, cuando la puerta se abre de par en par, Ariadna se sobresalta y aunque no derrama su taza, se llena el labio superior y el surco nasolabial.  

«Está vivo.»

La eufórica entrada de Oliver llama su atención inmediatamente. Vuelve la cabeza como resorte mientras se limpia el rostro con la manga de su blusa.

—¿Quién? ¿Qué sucede? —Se apresura a interrogarlo, levantándose de la silla. Ariadna se acerca a Oliver, más que dispuesta a prestar máxima atención.—De acuerdo, sí Oliver. Cálmate, ¿quién…—Entonces el híbrido aclara rápidamente que se trata de su hermano. De haber sabido que hablaba de él, no le habría pedido que se calmara, por supuesto. Ariadna mejor que nadie puede entender su emoción y nerviosismo, ella que tuvo tantos hermanos con los que fue muy unida —incluso Theseus—, lo comprende perfectamente.

Y obviamente se alegra por su pareja.

Créeme, le encanta vivir su actual vida en total libertad junto a Oliver, aunque sea huyendo de una organización milenaria que quiere asesinarlos; realmente le encantan que gocen de su propio espacio, algo que sea de ambos. Sin embargo, la posibilidad de que todavía haya alguien vivo tan cercano a Oliver, le alegra genuinamente por él. Por supuesto, Ariadna no solo se lanza a sus brazos y le sonríe un poco desconectada, es lo menos que puede hacer. Pero claro, también es su deber hacer ciertas preguntas que quizá por la emoción del momento, Oliver no se ha planteado.

Porque ante todo, es su deber proteger al hombre que se ha convertido en el amor de su eternidad.

—De acuerdo, de acuerdo.—Asiente con la cabeza repetidas veces. Posa una mano sobre el pecho ajeno: su corazón se siente a mil por hora.—Oliver necesito más información… ¿Cómo sabes eso? —Ariadna le toma firmemente ambas manos con las suyas.—¿Estás seguro de que era él, Oliver? ¿Qué te dijo? ¿Cómo está? —Asumiendo que haya hablado con él y no con intermediarios.

En sus ojos puede leerse la sombra de la duda, y sobre todo, cierta preocupación.

—Cariño, estamos huyendo desde hace meses y no dudo que hayan hecho de todo para encontrarnos —mucho más después de lo de Sydney—, ¿no has pensando en que esto…?—Ni siquiera necesita terminar su pregunta, sabe que Oliver entendería al tiro.

Aunque realmente quiere estar equivocada, necesita asegurarse de que ningún peligro se acerque a su hombre sin que ella lo tenga en la mira.



11 febr. • madrugada • @Ariadna D. Atreides
Oliver F. TrudeauLun Mar 04, 2024 9:57 pm
JUST DON'T PUT DOWN
YOUR GUNS YET
—Está vivo.—Oliver accede al departamento de una forma tan precipitada y abrupta, que incluso se golpea con la puerta al pasar.

Si algo aprendieron de Sydney, es que discreción y bienestar no tienen por qué ser necesariamente excluyentes. Recién llegados a Mumbai, Oliver y Ariadna rentaron un pequeño apartamento a las afueras —el lugar no estaba disponible para alquilar, pero digamos que encontraron la manera de sonar lo suficientemente convincentes. El apartamento es, como decía, pequeño y modesto; suficiente para los dos, pero sobre todo, limpio.

O al menos más que aquel último motel de mala muerte.

Tiene la respiración entrecortada. Luce visiblemente nervioso, pero también... emocionado. Casi tanto, como después de su aventura en Australia. —Está vivo, Ariadna.—Le repite, pronunciando un discurso atropellado y torpe.—Mi hermano.—Consigue articular, por fin, recuperando el aliento; llegó corriendo hasta allí.—Está vivo, él... Después de todos estos años...—Le perdió la pista hace tanto tiempo que, con honestidad, creyó que a estas alturas ya estaría muerto.

Y, salvando el desfase temporal, no se ha equivocado del todo. —Esta vivo —repite una tercera vez—, y me necesita.—Y he aquí la parte más importante y delicada de aquella historia.

Cole está en problemas. Está en problemas, y ahora que vuelve a saber de él... No podrá ignorarlo sin más.

11 febr. • madrugada • @Ariadna D. Atreides