-Llego tarde, llego tarde-no dejaba de repetirse a sí mismo en voz baja aunque varias personas con las que se había cruzado anteriormente lo miraron raro por ello.

El chico iba casi haciendo malabares con varios libros, archivadores y alguna que otra carpeta, una mochila en uno de sus brazos mientras corría por la calle pero debido a lo rápido que iba así como lo pendiente que estaba de que no se le cayera nada apenas prestaba atención a los viandantes que sólo buscaban evitarlo.

Y finalmente terminaría por tropezar con alguien propinándole un fuerte empujón a dicha persona, parte de sus cosas se cayeron pero lo primero que buscó el contrario fue agarrar a quien fuera la persona con la que topó pues el chico estaba cerca del metro noventa además de tener músculos en los músculos-¡Perdón, perdón, perdón!-se disculpó a toda prisa habiendo sujetado a la otra persona por la cintura en un intento por sostenerla-¿Se encuentra bien? Fue culpa mía, no iba mirando por dónde iba-explicó de manera algo rápida.

Lo que debería ser un apacible paseo hasta el supermercado más cercano, para reponer las existencias de su nevera teniendo en cuenta que Silvar pasaba más tiempo que nunca en su apartamento y era de estómago caprichoso, se convirtió en un accidentado paseo de forma totalmente impredecible.

Y es que sus sentidos no habían podido prever aquella bala en forma de licántropo rubio y alto que por poco lo tira al suelo al arrasar con todo a su paso. El aroma llegó de golpe hasta él, revolviéndose el estómago y causando que se separara de él de forma brusca al notar que lo estaba sujetando por la cintura.

—Estoy bien, estoy bien —extendió ambas manos hacia él mientras retrocedía, mirándolo con una mueca de asco por aquel maldito olor. Estaban en plena calle, así que al menos debían mantener las apariencias; y es que Desmond tenía muy interiorizada la animadversión hacia los de su especie—. El que no parece estar bien eres tú, y tampoco tus libros —miró al suelo, dudando de si debía ayudarle o dejarlo con todo aquel embrollo, como si no hubiera pasado nada.

—Anda, te ayudo a recogerlos, pero mira por dónde vas o quizá dejes a alguien con un par de costillas rotas la próxima vez —al final, cedió y se agachó para recoger algunos de los objetos que se le habían caído en el choque, entregándoselos después, y sin pensar que aquello era como una de esas escenas en una película de amor adolescente.

Debido a la poca costumbre que tenía de hacer aquello y lo despistado que era, el chico no se dio cuenta en un principio de lo que era el otro hasta el olor a muerto llegó a su nariz al agarrarle y ugh, lo que le costó reprimir una mueca ante aquello, tampoco quería ser irrespetuoso pues el contrario no le había hecho nada aunque el eau a cementerio no era lo suyo.

-¿Seguro? Porque tienes una expresión bastante extraña en la cara-se interesó genuinamente preocupado por aquello, un muerto viviente gruñón al parecer-¿Tomas yogures? Es que tienes esa expresión de que no vas bien al baño y te faltan bífidus-le dedicó creyendo que tal vez se tratara de eso, a su parecer el que olía de pena era el contrario, Dominic era un lobo muy limpio, no como Bigby cuyo olor predominaba en la cabaña incluso si ya no estaba-Oh, yo estoy bien, soy muy resistente-respondió el chico dándose un par de golpecitos en el pecho mientras le dedicaba una sonrisa sólo para caer en la cuenta de los libros-AY DIOS MÍO, LOS LIBROS-se llevó las manos a la cabeza al verlos desperdigados por la acera-la Jefa de estudios me va a matar como destroce otro libro-comentó agachándose a recogerlos.

Aunque le sorprendería que el contrario accediera a ayudarle-Vaya, ¡gracias, tío!-agradeció el gesto algo sonriente-Es que esto de ser profe es aun muy nuevo para mí, ¿sabes? No me acostumbro a la cantidad de material que tengo que llevar-comentó el chico mientras intentaba agrupar sus libros terminando por poner una mano en la fría mano del contrario mirándole por unos segundos algo confuso ante aquello retirándola en seguida rascándose la nuca algo nervioso-Lo siento, es que soy muy torpe-se excusó el chico riendo de forma nerviosa, cualquiera que los viera juraría que se los había tragado una comedia romántica que irónicamente era más comedia que romántica-Por cierto, soy Dominic-se presentó finalmente.

Se le quedó cara de póker cuando reparó en la expresión de su rostro, que seguramente mostrase el desagrado automático que le provocaba aquel nauseabundo olor a licántropo joven. ¿Cómo explicárselo sin meterse con su condición? Quizá era mejor no hacerlo.

—¿Bifidus? ¿De qué hablas? —cambió de tema, aunque era cierto que no tenía ni idea de qué hablaba. Quizá era algún tipo de dieta moderna, pues ahora el tema de una nutrición sana parecía estar al orden del día— Pero voy bien al baño, es decir... No sé qué hago hablando de esto con un desconocido. Es solo que... hay un olor desagradable en la calle —lo miró de forma significativa, pues claramente se trataba de él.  

—Ajá... ¿No has pensado en llevar una mochila, quizá? —expuso la solución que le parecía más obvia. Así al menos tendría campo de visión en sus carreras y no se chocaría con extraños. Desmond lo observaba con recelo; nunca se había encontrado con un licántropo en esas circunstancias, y siempre terminaba en violencia, pero aquel en concreto parecía bastante inofensivo.

—Yo me llamo Desmond, supongo que... encantado de conocerte —¿realmente lo estaba?— Es poco habitual que los de tu especie sean torpes —comentó, aparentemente a la ligera. Si se había encontrado con un lobo, no iba a desaprovechar la oportunidad. ¿Había más como él?, ¿quizá otra manada en alce? Debía saber si él o cualquiera de los suyos podría suponer un peligro...

Aunque, a decir verdad, solo creía que fuera un peligro para los libros de Mystic Falls.

A pesar de lo que pudiera llegar a decir el contrario, Dominic tenía la sensación de que el chico necesitaba algo de fibra por aquella expresión de desagrado, es decir, no podía ser por su olor, ¿no? Osea se había duchado esa misma mañana así que había de descartar por completo la opción de que se tratase de aquello, ¿se habría pasado con la colonia? Nah, seguro que era el estreñimiento.

-¿No sabes lo que son los bífidus? Vaya, la situación es más grave de lo que pensaba-respondió el chico algo sorprendido ante aquello y es que tras sus palabras en su cabeza era como si hubiese confirmado las sospechas que el chico tenía respecto al tránsito intestinal del contrario-Sé que es un tema de mierda, ¡pero pasa nada, tío! Hay muchas personas que lo pasan mal soltando sus cosas, no tienes que avergonzarte ni excusarte, te entiendo-comentó poniéndole una mano en el hombro mientras asentía.

Ante las palabras del muerto viviente no tardó en dejar ver una mochila a su espalda-Oh, ya llevo una, es sólo que soy profe de educación física así que tengo que llevar también ropa para cambiarme, soy muy aseado-mencionó con una sonrisa bobalicona al respecto, Dominic se tomaba muy en serio eso de ser un profesor decente o bueno, al menos intentar aparentarlo ya que aun le faltaba mucha experiencia.

-Desmond, un nombre bastante particular, un placer-mencionó el licántropo asintiendo ligeramente como si buscase de algún modo recordar dicho nombre con su cara-Oh, es que no siempre he sido así, yo antes era como más... mágico, cuesta acostumbrarse al cambio-respondió el licántropo algo nervioso, aun le costaba asimilar que no tuviera nunca más acceso a su magia-Este... estoy un poco verde en la materia pero necesitáis un anillo para manteneros al sol, ¿no?-quiso confirmar-Pensé que todos teníais uno, ¿no te da miedo tostarte al sol saliendo a estas horas?-se interesó algo curioso ante lo que, a sus ojos, resultaba una temeridad.

No sabía si debía sentirse ofendido o no por aquella mención a los "bifidus", fuera lo que fuera eso. Desmond, en ocasiones, tenía la sensación de estar completamente desfasado y no entendía términos modernos, como eso de las selfies. July solía explicarle esas cosas, pero hacía tiempo que no hablaba con ella, y nunca había mencionado nada de bifidus.

—Creo que... Bueno, vale, mejor dejamos aquí el tema, ¿eh? —intentó desviar la atención de la conversación de mierda hacia cualquier otro lugar. Comenzaba a sentirse bastante incómodo y era algo que detestaba y que le recordaba porqué prefería no socializar más allá de las cuatro personas de su entorno más cercano.

—Entiendo... Muy aseado, la higiene es muy importante —asintió como si le estuviera prestando atención, cuando en realidad estaba alerta al haber captado aquel característico aroma que delataba su naturaleza—. Supongo que el placer es mutuo —en realidad, parecía un hombre bastante normal y afable. Estaba acostumbrado a encontrarse con licántropos que tan solo querían desgarrar su cuello, así que era una sorpresa.

—¿Antes eras un brujo? —dedujo por su comentario, algo que sí le sorprendía ya que nunca antes había conocido un caso así— Oh... El anillo —se llevó la mano al cuello, tocando la cadena a la que llevaba sujeto el anillo que le había regalado Kyle. Se lo mostró unos segundos antes de volver a refugiarlo bajo su camisa. Aún se sentía raro portándolo, inseguro de si se lo merecía o no. Tan solo se lo ponía cuando debía seguir alguna pista sobre una posible presa.

—Si no lo llevara, ahora mismo no estaríamos teniendo esta conversación. Seria un montón de cenizas —bromeó de forma amarga— ¿Eres nuevo en el pueblo?, ¿has venido solo? —le preguntó entonces, sin miramientos. Puede que él fuera inofensivo, pero quizá pertenecía a una manada que no lo era.

-Disculpa, colega, no quería incomodarte-se disculpó algo nervioso ante aquello-sé que a muchos les cuesta eso de hablar sobre sus mierdas pero no te preocupes que lo respeto, ¿eh?-mencionó, ya dejaría el tema ahí puesto que el contrario parecía estar algo incómodo con un tema tan natural como lo era aquel.

El licántropo asintió con decisión ante las palabras del contrario-En efecto, eso intento inculcarles también a mis alumnos-comentó el chico-es decir, si no doy ejemplo de lo que predico entonces... ¿qué les estaría enseñando a los críos?-cuestionó lo cierto es que sí, se preocupaba mucho por intentar ser un buen ejemplo para aquellos chicos que pusieron a su cargo y quería intentar que vieran a alguien a quien acudir en él siempre que tuvieran problemas.

-Oh, sí, podría decirse que mi familia es algo complicada-respondió con una sonrisa aun así orgullosa-matrimonios entre lupinos y brujas, podría decirse que cada uno salimos hacia un lado distinto, mi hermana mayor tira más hacia su parte lupina, yo hacia la magia y la menor aun está por ver-mencionó el chico ante aquello, era complicado sobre todo teniendo en cuenta que también formaban parte de los Venari la cual era una extensa organización de cazadores.

Lo cierto es que hasta que el chico no se llevó la mano al anillo que llevaba colgando no reparó en este-Oh, no lo había visto, estoy más acostumbrado a verlo en la mano que otra cosa aunque creo que hay quien lo lleva como una pulsera-comentó algo pensativo ante aquello, por su parte él sólo había hecho anillos para los licántropos de la manada Nordeste-Llevo ya un tiempo por aquí, vine con mi familia pero estos se marcharon hace ya tiempo así que ahora me muevo por aquí yo solo-contestó Dominic soltando un suspiro, lo cierto es que echaba de menos el verles todos los días, ojalá alguno de ellos le visitara en lugar de tener que ir él hasta donde estuviera la manada o los Venari-¿Qué hay de ti? ¿Llevas mucho por aquí? ¿Te acompaña alguien?-se interesó algo curioso, sabía sobre organizaciones de vampiros aunque el chico le parecía algo solitario.

¿Reírse o no reírse? Esa era la cuestión. Desmond no era un tipo con demasiado sentido del humor, por lo que no le quedaba claro si aquel desconocido estaba tomándole el pelo, o no. Quizá nunca lo sabría. Quizá lo mejor era ni preguntárselo.

A pesar de la naturaleza de ambos, la conversación parecía seguir un rumbo bastante pacífico. Desmond no estaba acostumbrado a tratar con licántropos que fueran tan amables como ese tal Dominic. Quizá era la excepción a la regla, aunque por si acaso se andaría con cuidado.

—Parece bastante complicado, si. ¿Tus hermanas también están aquí contigo, en Mystic Falls? —le preguntó por decir algo. No entendía mucho sobre las familias de brujos, o de licántropos, y mucho menos si estas se entremezclaban. Solo que, normalmente, los cruces entre especies nunca terminaban bien en ninguna historia.

—En realidad, no suelo llevarlo puesto, la verdad... Esta es de las pocas veces en que lo uso, siempre hago vida por la noche —no supo porqué le confesó eso a alguien que acababa de conocer. Quizá ese carácter abierto y afable le inspiraba confianza. Aquel anillo era un regalo que no creía merecerse, puede que por eso prefiriera llevarlo semi-oculto en colgando de la cadena en su cuello— Yo, también estoy solo... más o menos —se le escapó una sonrisa.

Antes, sí que lo estaba... Incluso aunque Kyle o July estuvieran a veces, se había pasado gran parte de sus últimos años en soledad, como si fuera un castigo autoimpuesto. Su único objetivo en la vida era la cacería, y cada noche salía para cumplirlo. Era una vida muy solitaria.

—No me gustan las multitudes, pero nunca está de más tener a alguien a tu lado —comentó, sin desvelar nada más. Sabía que había varios clanes de vampiros en el pueblo y, entre ellos, el pequeño grupo conformado por Valentina y sus más fieles allegados. No quería tener nada que ver con ella, ni con ninguno—. Me tengo que ir. Ten cuidado, hay demasiados vampiros aquí para un lobo solitario —le advirtió, antes de marcharse.

Mientras caminaba en la dirección contraria no dejaba de preguntarse qué sería eso del bifidus... Tendría que preguntárselo a Silver cuando regresara al apartamento.

Ante la pregunta negó enérgicamente con la cabeza-No, me temo que se marcharon hace ya tiempo con mis padres, cambio de trabajo a otra ciudad-respondió el chico soltando un suspiro, lo cierto es que las echaba mucho de menos y el gustaría poder verlas más a menudo pero el viaje le llevaría bastante tiempo, aun así tenía la esperanza de que su familia pudiera volver a reunirse en algún momento en una misma ciudad.

-Oh, ¿no sueles salir durante el día?-se interesó algo curioso, para Dominic le resultaba algo extraño que un vampiro no usase una joya solar cuando podía disponer de ella-No es que te esté juzgando, es sólo que me resulta algo extraño que puedas caminar bajo el sol y decidas no hacerlo por voluntad propia-explicó rascándose la nuca ante aquello-¿Más o menos?-se interesó ante aquello precisamente porque aun no le quedaba muy claro si en el fondo sólo era raro y estaba intentando ligar con él.

Aunque claro tampoco quería juzgarle, quizá simplemente era alguien socialmente raro-Estoy muy de acuerdo en eso-asintió ante aquello-todos necesitamos tener a alguien cerca incluso si nos negamos a tenerlos en ocasiones-agregó ante aquello-Oh, no pasa nada, sé cuidar de mí mismo-comentó con una gran sonrisa sólo para darse cuenta de la hora que era-pero más me vale correr por mi vida o me matarán hoy antes de entrar a clase-comentó para sí mismo mientras se aferraba a sus cosas y echaba a correr en dirección al instituto.