-Dylan, te estoy escuchando

El cómo había conocido a la cazadora se le presentaba cómo un recuerdo borroso. Lo único que se le quedó grabado fue la intensa lucha que tuvieron en aquel primer encuentro. La morena quien había atribuido que su víctima era humana, decidió atacar al ruso en el momento que éste se estaba alimentado del vampiro. El resultado fue inesperado para ambos: se fueron a un bar y sellaron aquel fortuito encuentro como el inicio de una futura amistad entre cazadores.

Desde aquel entonces sus quedadas, que no eran muchas, se limitaban a entrenar y a perfeccionar sus habilidades en batalla. Rara vez establecían una cita para charlar. Ambos parecían no tener tiempo ni predisposición para algo tan mundano como una conversación entre compañeros de profesión.

-¿Te has engordado? Porque estoy escuchando toda rama que pisas. Deja la Nutella durante un tiempo- soltó una genuina carcajada, incapaz de contenerse ante sus propios chistes:-Me he cansado, hora de ver cómo esquivas esto.

 Vida: 200%
Ataque: Lanzar estaca de madera (artesanía de Mikael) hacia Dylan

Vale, sí. Alex se estaba pasando con las bromitas sobre sus kilos de más y es que puede que Dylan hubiera abusado de la comida basura los últimos meses, pero por lo demás... ¡Se veía estupenda!

— ¡Ya claro! Seguro que en vez de sangre tenían Nutella en las venas — se burló la cazadora ante la excusa del vampiro —. Mi pierna es puro músculo, colmillitos, 0% de grasa — se defendió sintiendo un nuevo arranque de ira que iba a aprovechar para intentar golpearlo en la mandíbula con el puño, pero finalmente este fue más rápido y consiguió esquivar su ataque.

— ¡Ah! Eso ha estado mucho mejor — con su derecha trató de bloquear el puñetazo que este intentó propinarle en el estómago —. Pero todavía tengo que vengarme por tus malditos chistes sobre mis inexistentes kilos de más — y dicho eso trató de pegarle una buena patada en la rodilla.

 Vida: 150%
Defensa: Bloquear el puño de Alex con la palma de su mano
Ataque: Patada en la rodilla.

Alexey reconocía que se estaba excediendo con sus bromas. Sin embargo, su orgullo estaba siendo tan herido que atacó con aquello que entendía que dolía a la mayoría de la gente: el peso. El rubio era consciente que Dylan no tenía aquel problema:-Acepto que me gustaría tu nueva dieta de entrenamiento. Mikael se está quedando anticuado-siseó:-Ahora en serio, Dylan, ¿qué has cambiado?- a pesar de estar dialogando ahora, le intentó propinar un puño que, de nuevo, ella supo esquivar.

El vampiro profirió otra vez en su idioma natal:-Reconozco que no tienes más quilos, joder-exclamó, al límite de su paciencia:-¿Otra patada?-vio enseguida como su rodilla se extendía para alargar su pierna en dirección hacia él. El ruso, para intentar defenderse, colocó la palma de su mano en la zona que iba a ser supuestamente atacado para apartarla de un manotazo:-¿Me quieres dejar cojo, maldita loca?!-el golpe había sido duro y sintió de inmediato el efecto que tuvo sobre su rodilla:-Me cago en todos tus ancestros, Dylan-él, en un arrebato de cólera, le devolvió el golpe con una puntada de pie en el tobillo. Si era lo suficientemente eficaz, conseguiría que cojease.

 Vida: 200%-75: 125
Dado 1:Defensa: Esquivar
Dado 2: Ataque. Puntada al tobillo

La cazadora sonrió con orgullo cuando por fin, escuchó algo parecido al reconocimiento proveniente del vampiro. En realidad no es que estuviera siguiendo algún tipo de dieta mágica, al contrario, simplemente estaba muy cabreada últimamente y eso se notaba por sus ataques tan agresivos.

— ¡Oh! Creo que vas a tener que entrenar más a menudo conmigo, Alexito — probablemente se picaría por llamarlo de aquella forma, pero en ese momento Dylan tenía un subidón de adrenalina importante, tanto que había intentado ir a por la rodilla de su rival, por suerte para él, logró bloquear el ataque con sus manos —. Ni que no fueras a recuperarte en cinco minutos, señor inmortal con la habilidad de regenerarse — la castaña rodo los ojos, apartándose a un lado justo a tiempo de ver como Alexey le daba una patada a... La nada —. ¿Acabas de patear un balón de fútbol imaginario? — una nueva provocacion, despues de las bromitas que este había tenido sobre su peso, ahora era su turno de aguantarla a ella.

Aprovechando aquel fallo de su colega, impulsó todo su cuerpo hacia adelante y trató de hacerle un fuerte placaje para poder derribarlo contra el suelo y así tenerlo en cierta desventaja.

A ver quién reía ahora...

 Vida: 150%
Defensa: No hay ataque eque defender.
Ataque: Hacerle un placaje para derribarlo

-¿Cómo me has llamado?-le susurró con rabia:-¿Alexito? ¡No me gustan los diminutivos!-le siseó entre dientes, sintiendo una renovada agresividad y energía ante aquel mote. Especialmente no le gustaban aquel tipo de diminutivos puesto que los entendía como algo cariñoso o, en su mayoría de veces, su funcionalidad buscaba eso. Lo peor de todo es que él no conseguía ahora encontrar un apodo apropiado que también pudiese molestarle:-Me has dado antes mil ataques de los que todavía mi cuerpo sigue digiriendo-le dijo, tras esquivar su primera ofensiva aunque él, más tarde, acabó dando una patada al aire.

Otro ridículo más a su lista de aquella noche.

-¿Fútbol? No me gusta. Son una panda de hombres en calzoncillos detrás de una pelota. Seguro que su inventor fue una mujer-le respondió a cierta distancia, puesto que ahora intentaba ponderar qué nuevo ataque debía hacer para no ser más sorprendido y, cuanto menos, ser más efectivo. Sin embargo, en su pretensión por correr hacia un lado, Dylan lo supo entender. La cazadora ya leía sus movimientos con antelación y, antes de que él pudiese hacer nada, lo empujó contra el suelo; quedando finalmente ella encima.

-Esto se está volviendo muy tenso-le sonrió maliciosa y, agarrándola por la cintura, intentó sacársela de encima hacia un lado. Si lo conseguía, sería él quien se pondría encima.

 Vida: 125-100: 25%
Dado 1:Ataque: Sacársela de encima
Dado 2: Ataque. Morder el cuello

Pudo percibir la rabia con la que el vampiro la encaró en el momento en el que usó aquel diminutivo para referirse a él. Bingo. Eso era lo que pretendía, sacar su lado más salvaje y violento para hacer de aquel entrenamiento un verdadero enfrentamiento a vida o muerte.

— Bah, no seas quejica, mañana estarás como nuevo — al contrario que ella, que tendría que lidiar con unos buenos moratones durante la próxima semana —. Para nada, estoy segura de que fue un hombre. Las mujeres no tenemos tan mal gusto, Alexito — no pudo evitar volver a provocarlo, viendo aquel brillo peligroso en la mirada del vampiro en el momento en el que este la trató de apartar hacia un lado.

La humana intentó bloquear el golpe, apoyando el ante brazo sobre el suelo. Rápidamente y valiendose de su otra mano, sacó del interior de su chaleco una estaca y trató de apoyarla sobre el pecho del vampiro en una clara advertencia.

— ¡Vale, ya! — exclamó con un grito ahogado al sentir como los colmillos del vampiro se hundían en la piel de su cuello —. ¡No soy tu cena! — le tuvo que recordar, apretando la estaca contra su pecho —. Dejémoslo en un empate, ¿De acuerdo? No me apetece acabar contigo — finalmente, soltó la estaca y lo apartó con ambas manos de ella, para después llevarse la palma de la diestra hacia el cuello que todavía sangraba —. Que sepas que ahí van todos lo nutrientes de la Nutella — su expresión se tornó en una mueca de dolor, presionando la mano contra la herida.

Vida: 150% - 75% = 75%
Defensa: Amortiguar el golpe con su antebrazo.
Defensa: Colocar una estaca sobre su corazón para evitar que se la zampe.

-Este entrenamiento no puedes contárselo a nadie. ¡Ya sabes para quién trabajo!-le gritó desde su “escondite”. Aún detrás de aquel árbol, Alexey creía que tenía mayores posibilidades para contraatacar. No estuvo en lo cierto:-¿Por qué un hombre crearía un deporte para ver a otros en calzoncillos?-inquirió extrañado y con un sutil tono de desagrado y repugnancia en su voz. Seguía sin creerse que aquello fuese producto de un varón:-Las mujeres ganáis más mirando a jóvenes en calzoncillos-observó cortante. En todo caso, el ruso seguía creyendo que aquel juego era de lo más obtuso que había podido ver hasta ahora.

El ataque no tardó en llegar. Dylan consiguió inmovilizarlo y cayó al suelo. En esa circunstancia desventajosa, optó por lanzarla a un lado con la fuerza de sus brazos; que estaban libres. Lo consiguió pero en su afán determinista por vencer, se olvidó de observar mejor los movimientos de su compañera. Ésta, con mayor agilidad y frialdad, sacó de su chaqueta una estaca que no percibió hasta que su punta amenazante se colocó sobre su pecho. Los dientes del vampiro, ya afilados y por encima de sus carnosos labios, volvieron a retroceder a su cavidad bucal:-Está bien-le susurró con cierto disgusto. No soportaba una derrota:-Lástima. Me hubiese gustado probar sangre nutellada-se había levantado de un salto para poder ayudarla a ella con sus heridas:-Toma ésta-mordió su muñeca con la intención de abrir una herida suficientemente generosa para que Dylan pudiese beber algo. Alexey no era un vampiro que soliese hacerlo; tan solo en casos muy excepcionales o bien para aquellos que considerase cercanos. La humana, a su manera, era alguien de este círculo cerrado:-No es un ofrecimiento-la voz perentoria del vampiro advirtió su siguiente movimiento: forzarle a beber.

No sacó su muñeca de la boca ajena hasta que sintiese que había tragado suficiente:-Mañana no tendrás nada. Celebra tu victoria-le sonrió casi divertido:-Llámame para otro entreno, preciosa-se despidió con una reverencia; histriónica y anacrónica a la par. Le costaba aún perder sus costumbres, así también el dramatizarlas un poco.

Se fue tras aquella despedida. Tras él sólo quedó una ráfaga de viento violenta. La oscuridad lo sumergió en su noche.

Realmente, ignoraba la procedencia de un deporte como el futbol, no era algo que interesara mucho a la mecánica. Ella siempre había preferido más el baseball, el cual consideraba un deporte bastante útil dado su trabajo como cazadora a tiempo parcial.

— Te recuerdo que algunos hombres disfrutan tanto o casi más de ver a los de su mismo género en ropa interior — lo picó sin poder oculta una sonrisa divertida al imaginarse la expresión en la cara del vampiro —. Solo date cuenta de que la mayoría de seguidores de ese deporte son hombres — añadió, pues al final eran los más forofos.

Sin embargo, no estaban allí para debatir sobre deportes, sino que para entrenar.

Y eso hicieron.

A pesar de que el vampiro tenía las de ganar en ese ataque, la cazadora tenía un as bajo la manga, o más bien en su chaleco.

— Buen chico — atinó a pronunciar cuando este se apartó y tomó su mano para ayudarse a ponerse en pie — Lo dudo, mi sangre no está tan buena, demasiados carbohidratos — trató  de bromear, pasándose una mano por el cuello viendo como su acompañante se mordía la muñeca para ofrecerle su sangre —. Tranquilo, no hace falta... Sobreviviré — sin embargo, este no le dio opción a negarse o protestar. Antes de que pudiera hacer nada más, la agarró con fuerza para obligarle a beberla.

— Ugh... La próxima vez mejor invítame a una copa — se pasó el dorso de la mano por la boca, para limpiarse los restos de sangre que habían quedado una vez que Alexey la dejó libre —. Gracias... Supongo... Espero no morirme en las próximas horas o tendrás un grave problema — porque aunque la sensación de notar como sus heridas iban sanando poco a poco, mitigando el dolor era ligeramente placentera, no podía olvidar lo peligroso que era tener sangre de vampiro en su sistema.

— Puede que sea antes de lo que piensas — comentó divertida al ver la reverencia con la que se despidió de ella. La personalidad del vampiro le parecía cuanto menos pintoresca — ¡Hasta la próxima! — levantó una mano para decirle adiós y cuando la criatura de la noche se fundió con la oscuridad, Dylan se dio la vuelta para emprender su camino de vuelta a casa.