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Dead Man Walking
15/11 • 12 pm • GRUPAL
La soledad y quietud del Puente Wickery, normalmente sólo era quebrada por el transcurrir de las gélidas aguas del río, y en ocasiones, por el siseo de las hojas de los árboles.
Sin embargo, aquella noche, sería diferente.
A las doce de la noche, en el inicio del puente Wickery, en la frontera de Mystic Falls, se hallaban los miembros pertenecientes a la Deutscher Orden, quiénes esperaban, armados hasta los dientes, la llegada de quiénes eligieron el lugar de reunión: Clan Strigoi. Éstos, ataviados por oscuros ropajes y encapuchados por telas que cubrían sus rostros —por tanto, no se podría diferenciar si realmente se hallaba allí Nyra Valyrian —se aproximaron a una distancia prudencial.
Aquella, sería una noche tensa, pero aparentemente pacífica, ya que las intenciones… Externas de cada bando, era intercambiar a Nyra Valyrian, por Darvolya. Sin embargo… ¿Los líderes estarán dispuestos a perder dos importantes rehenes?
¿Serán capaces de soportar el visceral y legendario odio que poseen?
DATOS DE INTERÉS
• En este tema, durante las primeras rondas no habrá orden de posteo (puesto que serán narrativas), para evitar que se estanque, pudiendo volver a postear si al menos dos personajes ya han posteado.
• En la primera ronda se dará un plazo de 24 horas. El inicio de la siguiente, será a las 22 del día 08/11.
• IMPORTANTE: De tratarse de una trama narrativa, pero que posteriormente se convertirá en una por dados, la administración se reserva el derecho de sancionar de la manera que estime conveniente, a aquellos usuarios que, estando apuntados para participar en el tema, no posteen sin aviso en las rondas acordadas.
• Para reducir el número de interacciones y agilizar el tema, las respuestas tendrán que tener, como máximo, 250 palabras (aproximadamente 15-16 líneas en Word a Calibri 11).
• Este tema permanecerá abierto como máximo hasta el 21 DÍAS DESDE LA APERTURA, para evitar que se alargue en demasía o se vuelva tedioso.
• Se ruega subrayar con un color diferente los nombres de los personajes mencionados dentro del post, para facilitar así la lectura.
• SE RECOMIENDA ENCARECIDAMENTE el uso de la siguiente tablilla:
- Código:
<center><div class="tablascroll"><div class="imagencita" style="background:url(IMAGEN!!! 250X145)center; background-size:cover;"></div><div class="titulo1" style="font-size:18px;">Dead man Walking</div><div style="height:200px; overflow:auto;padding:5px;">POST AQUÍ!!!</div><div class="titulo3">15/11 • 12 pm • Grupal</div></div></center>
• En este tema, participarán los personajes que previamente se han apuntado en el subforo correspondiente.
Dead man Walking
—Mantenedla ahí, con fuerza. Que no se escape —y si lo intenta, que la maten. De todas maneras luce algo debilitada, es normal. Conrad no ha querido correr riesgos con Darvolya, y no ha dudado en darle verbena.
Ahí están, él y los suyos, a la espera de que Balaur y la gente de su clan aparezcan. Pero sobre todo, Conrad está ansioso y a la espera de que Nyra, su hija, aparezca. La echa de menos, la quiere en casa. Y de un modo u otro, Nyra va a regresar con los suyos.
—Puntual, me sorprende —se dirige al clan en cuanto los ve aparecer. Le tiemblan ligeramente las manos, pero no pasa nada, Conrad es capaz de controlar su respiración para volver a un estado tranquilo y frío —dentro de lo que cabe—. Sin rodeos. Queremos a Nyra, quiero a mi hija.
Mientras, Conrad hace un gesto con la cabeza para que acerquen a Darvolya, aunque eso sí, sin soltarla todavía.
Ahí están, él y los suyos, a la espera de que Balaur y la gente de su clan aparezcan. Pero sobre todo, Conrad está ansioso y a la espera de que Nyra, su hija, aparezca. La echa de menos, la quiere en casa. Y de un modo u otro, Nyra va a regresar con los suyos.
—Puntual, me sorprende —se dirige al clan en cuanto los ve aparecer. Le tiemblan ligeramente las manos, pero no pasa nada, Conrad es capaz de controlar su respiración para volver a un estado tranquilo y frío —dentro de lo que cabe—. Sin rodeos. Queremos a Nyra, quiero a mi hija.
Mientras, Conrad hace un gesto con la cabeza para que acerquen a Darvolya, aunque eso sí, sin soltarla todavía.
15/11 • 12 pm • Grupal
Dead man Walking
¿Escaparse? ¿En esas condiciones?
«Baladí, bastardo, y bruto. Deplorable combinación. »
Puede que Darvolya no piense con plena claridad en estos momentos, producto de la verbena infestando su sistema, debilitándolo severamente y entregándolo a un estado febril; pero, su mente sigue siendo capaz de desdeñar a su antojo de su despreciable enemigo, además de nutrir sin falta un profundo deseo por arrancarle las entrañas y alimentar con ellas a los cerdos...
Conrad Valyrian pagaría por sus detestables actos hacia ella. Darvolya le devolvería con creces cada día de humillación y tortura sufridas.
Y no le importa si esa venganza será un plato que se comerá helado. Sabrá degustarlo.
Al orden de su enemigo, Darvolya se ve obligada a arrastrar sus pasos hacia el frente.—Gospodo, dobra večer i dobrodošli.—Saluda en su lengua materna, esbozando una media sonrisa. Sobra decir que no conoce a estos... personajes, a quienes será entregada en el... ¿trueque? Así que de eso se trata...
La hija de papi está secuestrada.
Lo que significa que Conrad podría estar entregándola a cualquiera que quiera su cabeza. Sí. Su lista de enemigos es muy amplia, cualquiera habría tomado un bien tan preciado como la hija de Valyrian para forzar un intercambio. Y por eso, como forma de reconocer a su propia gente, Darvolya ha usado su lengua materna. Si hay entre estos, algún nuevo recluta de Erzsébet para su clan, le responderá al saludo exactamente como debe...
En caso contrario, quizá deba empezar a inquietarle la situación.
«Baladí, bastardo, y bruto. Deplorable combinación. »
Puede que Darvolya no piense con plena claridad en estos momentos, producto de la verbena infestando su sistema, debilitándolo severamente y entregándolo a un estado febril; pero, su mente sigue siendo capaz de desdeñar a su antojo de su despreciable enemigo, además de nutrir sin falta un profundo deseo por arrancarle las entrañas y alimentar con ellas a los cerdos...
Conrad Valyrian pagaría por sus detestables actos hacia ella. Darvolya le devolvería con creces cada día de humillación y tortura sufridas.
Y no le importa si esa venganza será un plato que se comerá helado. Sabrá degustarlo.
Al orden de su enemigo, Darvolya se ve obligada a arrastrar sus pasos hacia el frente.—Gospodo, dobra večer i dobrodošli.—Saluda en su lengua materna, esbozando una media sonrisa. Sobra decir que no conoce a estos... personajes, a quienes será entregada en el... ¿trueque? Así que de eso se trata...
La hija de papi está secuestrada.
Lo que significa que Conrad podría estar entregándola a cualquiera que quiera su cabeza. Sí. Su lista de enemigos es muy amplia, cualquiera habría tomado un bien tan preciado como la hija de Valyrian para forzar un intercambio. Y por eso, como forma de reconocer a su propia gente, Darvolya ha usado su lengua materna. Si hay entre estos, algún nuevo recluta de Erzsébet para su clan, le responderá al saludo exactamente como debe...
En caso contrario, quizá deba empezar a inquietarle la situación.
Señores, buenas noches y bienvenidos.
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A Maegor Valyrian le gusta esta publicaciòn
Dead man Walking
Bajo el manto de la fría noche, Maegor esperaba pacientemente la llegada de sus otrora aliados. Como los demás del clan, se había ataviado con una capucha y con ropajes oscuros. Como fiel servidor a la oscuridad, el neófito aparentaba ser una sombra…el mismo Érebo…que contemplaba con malicia cómo la atmósfera de inocente estetismo y de dionisiacio bienestar que había creado su padre, se iba a derrumbar.
Sí…
El maldito Conrad se había equivocado. Sometido bajo el imperio de las emociones por su hija Nyra, había propiciado un posible fatal desenlace para él y su condenada Orden.
—Ya llegan—fue un susurro sólo perceptible para los suyos. Maegor, fijó entonces aquel ojo suyo que tanto intimidaba, fuese quien fuere su objetivo. Un orbe mudo, enigmático y distante, acompañado de una fría y retorcida sonrisa.
Una sonrisa en la que se atisbaba una sombra de maldad
Ni un solo músculo de su cara revelaba la recelosa tensión con que esperaba la llegada cada vez más próxima de los de la Orden; nada delataba la punzada de rabia que sentía en su interior por los recuerdos compartidos que otrora llevaron el nimbo de una fiel admiración y que, ahora, se vieron sometidos a una descomposición
Y, de repente, Maegor sintió que los que se acercaban eran las verdaderas sombras…sombras de su pasado…uno que sólo deseaba exterminar
“Quiero a mi hija”
Maegor frunce los labios en una ladina sonrisa. No responde nada a la petición de su padre, no le corresponde a él, pero sí que inclina la cabeza a modo de saludo a Darvolya
Sí…
El maldito Conrad se había equivocado. Sometido bajo el imperio de las emociones por su hija Nyra, había propiciado un posible fatal desenlace para él y su condenada Orden.
—Ya llegan—fue un susurro sólo perceptible para los suyos. Maegor, fijó entonces aquel ojo suyo que tanto intimidaba, fuese quien fuere su objetivo. Un orbe mudo, enigmático y distante, acompañado de una fría y retorcida sonrisa.
Una sonrisa en la que se atisbaba una sombra de maldad
Ni un solo músculo de su cara revelaba la recelosa tensión con que esperaba la llegada cada vez más próxima de los de la Orden; nada delataba la punzada de rabia que sentía en su interior por los recuerdos compartidos que otrora llevaron el nimbo de una fiel admiración y que, ahora, se vieron sometidos a una descomposición
Y, de repente, Maegor sintió que los que se acercaban eran las verdaderas sombras…sombras de su pasado…uno que sólo deseaba exterminar
“Quiero a mi hija”
Maegor frunce los labios en una ladina sonrisa. No responde nada a la petición de su padre, no le corresponde a él, pero sí que inclina la cabeza a modo de saludo a Darvolya
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surviving the game
Fightin' for my focus, give the pain a purpose
A Natasha C. Keyser le gusta esta publicaciòn
Dead man Walking
Valentine Verlac sostiene todavía el cigarro entre los labios, con expresión aburrida y la mirada fija, determinante. Miembro de los Ghouls del clan, el más bajo escalafón entre los Strigoi, el vampiro sabe bien cuándo debe alzar la voz y cuándo, en cambio, reservarse la opinión. Aquel intercambio va a ser de todo menos fácil, pues aunque Balaur se muestre dispuesto a entregar a su valiosa prisionera (Nyra), Conrad y los suyos no les dejarán ir tan fácilmente.
La sangre va a correr esta noche. Y Valentine mentiría de no admitir que lo está deseando. Desafiante y alerta, Verlac se retira aquel cigarrillo sirviéndose de su índice y pulgar, dejando escapar una última calada de nicotina, y permitiendo que el grueso humo del tabaco negro rodee su aura durante algunos segundos.
Lo mejor está a punto de empezar, y no desearía que aquella distracción que es el fumar, le haga perderse hasta el más nimio de los detalles.
La sangre va a correr esta noche. Y Valentine mentiría de no admitir que lo está deseando. Desafiante y alerta, Verlac se retira aquel cigarrillo sirviéndose de su índice y pulgar, dejando escapar una última calada de nicotina, y permitiendo que el grueso humo del tabaco negro rodee su aura durante algunos segundos.
Lo mejor está a punto de empezar, y no desearía que aquella distracción que es el fumar, le haga perderse hasta el más nimio de los detalles.
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A Natasha C. Keyser le gusta esta publicaciòn
Dead man Walking
Vestida de negro y con la capucha cubriendo su rostro, caminó junto al resto del clan hasta llegar al punto en el que tendría lugar el esperado intercambio. Conrad, ese hombre conseguía desvencijar la paciencia de la vampiresa, por eso en cuando este articuló palabra, hablando de su adorada Nyra, Arya, escondió bajo aquella capucha una pequeña sonrisa al ser conocedora en primera persona de lo que el hombre debía estar sufriendo con aquello.
Se detuvo y se mantuvo en silencio junto al resto de Strigoi, en su posición de Ghoul no debía actuar si no es que se le ordenaba y eso haría. Admirando como lo hacía a Balaur, aguardó a que fuese este quien incoase la conversación de la que estaba segura sería un derroche de términos que solo dejarían en el lugar que merecía al desdichado de Conrad.
Observó igualmente, escudriñando su rostro con detenimiento, el estado de Darvolya y apretó la mandíbula ligeramente conteniendo la rabia que avivaba aquella escena. Sus orbes, finalmente, repararon en quienes acompañaban a Conrad, tanteando las posibles debilidades de estos, esos que podían apreciarse a simple vista, como el temblor de manos del hombre que no pasó desapercibido para la vampiresa.
Se detuvo y se mantuvo en silencio junto al resto de Strigoi, en su posición de Ghoul no debía actuar si no es que se le ordenaba y eso haría. Admirando como lo hacía a Balaur, aguardó a que fuese este quien incoase la conversación de la que estaba segura sería un derroche de términos que solo dejarían en el lugar que merecía al desdichado de Conrad.
Observó igualmente, escudriñando su rostro con detenimiento, el estado de Darvolya y apretó la mandíbula ligeramente conteniendo la rabia que avivaba aquella escena. Sus orbes, finalmente, repararon en quienes acompañaban a Conrad, tanteando las posibles debilidades de estos, esos que podían apreciarse a simple vista, como el temblor de manos del hombre que no pasó desapercibido para la vampiresa.
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Dead man Walking
Strigois. Todo lo que sabía de ellos era debido a lo que se hablaba en la Orden. Aquellos vampiros eran unos monstruos desalmados, sin ningún tipo de moral. Laena despreciaba a ese tipo de seres, que abusaban de su superioridad para someter a los más débiles.
La joven bruja arrugó la nariz, entre molesta y asqueada, mientras se mantenía muy cerca de Kevan y a su vez, tratando de enfocarse en la hija del líder. Había prometido intentar llegar a ella y mantenerla a salvo, después de todo era el único apoyo mágico en aquel lugar.
No dijo nada, solo permaneció en silencio, tan tensa como inquieta, dejando entrever apenas uno de los extremos de la adamantina, la cual sobresalía por el borde de la gruesa manga del sweater.— Gran maestre… —Susurro apenas por lo bajo, dando a entender que estaba lista para cumplir con su parte en todo eso.
La joven bruja arrugó la nariz, entre molesta y asqueada, mientras se mantenía muy cerca de Kevan y a su vez, tratando de enfocarse en la hija del líder. Había prometido intentar llegar a ella y mantenerla a salvo, después de todo era el único apoyo mágico en aquel lugar.
No dijo nada, solo permaneció en silencio, tan tensa como inquieta, dejando entrever apenas uno de los extremos de la adamantina, la cual sobresalía por el borde de la gruesa manga del sweater.— Gran maestre… —Susurro apenas por lo bajo, dando a entender que estaba lista para cumplir con su parte en todo eso.
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Dead man Walking
El día finalmente había llegado. ¿Realmente Balaur iba a cumplir con la promesa? ¿Podía confiar en él?. Una apesadumbrada y preocupada Nyra dedicó una fugaz mirada al vampiro, como si buscara entrever a través de él y saber qué era lo que en verdad el Strigoi pensaba. — ¿Cumplirás con tu palabra, verdad? —Trato de confiar, realmente lo intento, como si algo en su interior le gritara desesperadamente que podía hacerlo.
Cuando su padre entró en escena, la muchacha se tenso. Era el miedo que se extendía a lo largo de cada una de las fibras de su cuerpo. Temia por su padre, temía por Kevan… por todos los miembros de la Orden.
Casi por instinto intentó avanzar un paso hacia el líder de la Orden, pero aquello quedó en un vago intento, pues la tenían completamente cercada. Se mordió el labio inferior, impotente, frustrada y con la inquietud a flor de piel.
Cuando su padre entró en escena, la muchacha se tenso. Era el miedo que se extendía a lo largo de cada una de las fibras de su cuerpo. Temia por su padre, temía por Kevan… por todos los miembros de la Orden.
Casi por instinto intentó avanzar un paso hacia el líder de la Orden, pero aquello quedó en un vago intento, pues la tenían completamente cercada. Se mordió el labio inferior, impotente, frustrada y con la inquietud a flor de piel.
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Dead man Walking
Al escuchar la dulce vocecilla de Nyra, Balaur inmediatamente desvió su mirar, plasmando sus orbes, escudriñando la faz ajena con ellos. — Por supuesto, Nyra… — Siseó en un sutil y oscuro ronroneo, antes de tomar con cuidado la mano ajena y besar su dorso.
¿En realidad? No planeaba intercambiarla, sino liberar a Darvolya, y quedarse a Nyra.
Los pies de Balaur se detuvieron a una considerable distancia de precaución ante el bando enemigo. De porte calmado y sosegado, el vampiro parecía una especie de antítesis respecto a Conrad, quién se denotaba en demasía, tenso. No le culpaba… A pesar de mantener apresada a Darvolya, el albino sentía, y sobre todo, sabía que portaba el control de la situación…
…Porque a Conrad, según su purista mente, tan sólo le quedaba una hija… Viva.
— Señorita… Darvolya. He de transmitirle varios saludos por parte de… Viejos conocidos. Miklos, además de… La propia Condesa. Lamentablemente, para la cita de hoy, no… Pudieron acudir. — Más bien, no poseían cabida para el plan de Balaur, quién confiaba más en sus vampiros, que en aliados.
No pretendía aparentar superioridad, sino todo lo contrario: Conseguir que, al llevar pocos hombres, el bando contrario se confiara…
… y actuar en consecuencia.
— Pareces alterado. Tanto, que, de nuevo, te has olvidado de tu propio hijo… — Observó de reojo a Maegor. — Has traído a varios hombres… ¿Temes que de repente cambiemos de opinión?
¿En realidad? No planeaba intercambiarla, sino liberar a Darvolya, y quedarse a Nyra.
Los pies de Balaur se detuvieron a una considerable distancia de precaución ante el bando enemigo. De porte calmado y sosegado, el vampiro parecía una especie de antítesis respecto a Conrad, quién se denotaba en demasía, tenso. No le culpaba… A pesar de mantener apresada a Darvolya, el albino sentía, y sobre todo, sabía que portaba el control de la situación…
…Porque a Conrad, según su purista mente, tan sólo le quedaba una hija… Viva.
— Señorita… Darvolya. He de transmitirle varios saludos por parte de… Viejos conocidos. Miklos, además de… La propia Condesa. Lamentablemente, para la cita de hoy, no… Pudieron acudir. — Más bien, no poseían cabida para el plan de Balaur, quién confiaba más en sus vampiros, que en aliados.
No pretendía aparentar superioridad, sino todo lo contrario: Conseguir que, al llevar pocos hombres, el bando contrario se confiara…
… y actuar en consecuencia.
— Pareces alterado. Tanto, que, de nuevo, te has olvidado de tu propio hijo… — Observó de reojo a Maegor. — Has traído a varios hombres… ¿Temes que de repente cambiemos de opinión?
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Su sangre le ardía. Tanto, como si hubiera entrado en ebullición, nada más ver a los chupasangres entrar en escena. Y de nuevo, mostrando ante sus ojos, la prueba del… Mayor de sus errores.
Su mirada se enfocó en Nyra, escudriñándola con cuidado, como si a través de una simple mirada pudiera discernir su estado de salud…
…Si la habían golpeado, maltratado.
A simple vista, el guardián se denotaba tenso, pero su pulso, así como su corazón se mostraban tranquilos, sosegados, pero dispuestos a volcarse en un frenesí de venganza, en cuanto tuviera la mínima oportunidad…
… Y al parecer, no era el único con dicha idea.
Sutilmente observó de reojo a Laena, deslizando su mirada hacia una de las mangas de la prenda de la fémina. Con absoluta discreción, Kevan tomó el brazo de la joven bruja —sin perder de vista a Darvolya. Lentamente negó con la cabeza, pretendiendo susurrarle un:
“No actuaremos hasta que Conrad dé la orden.”
Ante todo, lo más importante era la seguridad, no sólo de Nyra, también la de Laena. Ambas por encima de la suya propia.
Su mirada se enfocó en Nyra, escudriñándola con cuidado, como si a través de una simple mirada pudiera discernir su estado de salud…
…Si la habían golpeado, maltratado.
A simple vista, el guardián se denotaba tenso, pero su pulso, así como su corazón se mostraban tranquilos, sosegados, pero dispuestos a volcarse en un frenesí de venganza, en cuanto tuviera la mínima oportunidad…
… Y al parecer, no era el único con dicha idea.
Sutilmente observó de reojo a Laena, deslizando su mirada hacia una de las mangas de la prenda de la fémina. Con absoluta discreción, Kevan tomó el brazo de la joven bruja —sin perder de vista a Darvolya. Lentamente negó con la cabeza, pretendiendo susurrarle un:
“No actuaremos hasta que Conrad dé la orden.”
Ante todo, lo más importante era la seguridad, no sólo de Nyra, también la de Laena. Ambas por encima de la suya propia.
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¿Era un cobarde al hallarse ligeramente retirado del resto? Claro que no. Aunque quizás su fobia a los vampiros —por no mencionar que sentía puro terror cada vez que se hallaba al lado de uno— pudiera ofrecer tal imagen.
El vaho, fruto de su aliento al congelarse por el fresco ambiente, arreciado por el río, ocasionalmente escapaba de su boca cuando la entreabría. Sus manos se hallaban introducidas en sendos bolsillos de su pantalón, mientras su constante caminar, de un lado hacia el otro, sin dirección alguna, diferenciaba su presencia del resto de cazadores.
A ojos atentos, incluso su complexión física, más menuda y menos trabajada —aún así atlética— que los guardianes y ejecutores de la Orden, quizás podrían desvelar que aquel hombre… No parecía tan… ¿Preparado? Para combatir contra un vampiro.
Puede que no se equivocaran, pero la mente estratégica de Cregan, podría ser un arma a tener en cuenta.
Taciturno, ocasionalmente desviaba la mirada hacia Conrad, esperando algún tipo de orden por su parte.
El vaho, fruto de su aliento al congelarse por el fresco ambiente, arreciado por el río, ocasionalmente escapaba de su boca cuando la entreabría. Sus manos se hallaban introducidas en sendos bolsillos de su pantalón, mientras su constante caminar, de un lado hacia el otro, sin dirección alguna, diferenciaba su presencia del resto de cazadores.
A ojos atentos, incluso su complexión física, más menuda y menos trabajada —aún así atlética— que los guardianes y ejecutores de la Orden, quizás podrían desvelar que aquel hombre… No parecía tan… ¿Preparado? Para combatir contra un vampiro.
Puede que no se equivocaran, pero la mente estratégica de Cregan, podría ser un arma a tener en cuenta.
Taciturno, ocasionalmente desviaba la mirada hacia Conrad, esperando algún tipo de orden por su parte.
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—Calma —su palabra va para todo el mundo, incluyéndose entre ellos. De por sí, Jorah está calmado, mas mantiene una expresión neutra y fría. Todo lo contrario de Maegor al que siempre le está echando un ojo encima por si las cosas se salen de control demasiado dada su impetuosidad cuando de su padre se trata.
Y no es para menos.
También observa a Nyra dejando escapar un suspiro. ¿Es probable que ya haya pasado por suficiente? Puede que sí, puede que no.
—Ah, ahí están —sus ojos se agudizan, dejando formar una sonrisa tenue en sus labios. Ni Conrad ni los suyos son del gusto de Jorah, sin embargo tampoco va a encargarse de ser el primero en subestimarlos.
Solo se moverá en el momento en el que Balaur lo precise y ordene, nada más. De mientras, Jorah aguarda —más o menos tranquilo— y observa. La tensión podría cortarse con un cuchillo.
Y no es para menos.
También observa a Nyra dejando escapar un suspiro. ¿Es probable que ya haya pasado por suficiente? Puede que sí, puede que no.
—Ah, ahí están —sus ojos se agudizan, dejando formar una sonrisa tenue en sus labios. Ni Conrad ni los suyos son del gusto de Jorah, sin embargo tampoco va a encargarse de ser el primero en subestimarlos.
Solo se moverá en el momento en el que Balaur lo precise y ordene, nada más. De mientras, Jorah aguarda —más o menos tranquilo— y observa. La tensión podría cortarse con un cuchillo.
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Sabe que tiene a los suyos ahí, a su lado, esperando a cualquier movimiento brusco o desliz por parte de los Strigoi, clan vampírico que le cueste lo que le cueste, Conrad piensa exterminar. Y lo hará, así tenga que enzarzarse en un baile de la muerte con su líder, les dará caza y espada a todos ellos.
Especialmente si no le devuelven ya a su hija Nyra.
El líder de la Orden sonríe, mirando a los acompañantes de Balaur—. Podría decirte lo mismo. Pero verás, no tengo por costumbre fiarme de las palabras de un vampiro —y mejor, porque si lo hubiera hecho ya habría acabado muerto y enterrado hace mucho tiempo; no es momento para él. No aún, o el Creador ya lo hubiera reclamado—. No me he olvidado de nadie. Nyra es mi hija, Maegor no lo es. Ahora dámela y dejémonos de tanta estupidez.
En un movimiento en apariencia sutil, Conrad pide a su gente que se acerquen un poco más hacia su posición, manteniendo la mano derecha sobre la empuñadura de su arma dispuesto a usarla de ser necesario.
Hija, voy a recuperarte.
Especialmente si no le devuelven ya a su hija Nyra.
El líder de la Orden sonríe, mirando a los acompañantes de Balaur—. Podría decirte lo mismo. Pero verás, no tengo por costumbre fiarme de las palabras de un vampiro —y mejor, porque si lo hubiera hecho ya habría acabado muerto y enterrado hace mucho tiempo; no es momento para él. No aún, o el Creador ya lo hubiera reclamado—. No me he olvidado de nadie. Nyra es mi hija, Maegor no lo es. Ahora dámela y dejémonos de tanta estupidez.
En un movimiento en apariencia sutil, Conrad pide a su gente que se acerquen un poco más hacia su posición, manteniendo la mano derecha sobre la empuñadura de su arma dispuesto a usarla de ser necesario.
Hija, voy a recuperarte.
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El último encuentro con aquellas sanguijuelas sectarias súper evolucionadas había conseguido hacer mella en su ego y, para variar, en su piel también; sin embargo y, para sorpresa de algunos, ahí estaba ella una vez más, mostrándose impertérrita y armada, al tiempo que vigilaba de cerca a Darvoyla, en forma de apoyo a sus respectivos custodios. En ese instante tenía la misma mentidas de un sabueso con la cadena al cuello pero el objetivo muy fijo.
—No balbucees o te parto, mamarracha—le masculló desdeñosa a la rehen, quien había hablado con una entonación muy educada y pronunciado unas palabras que ella no entendía en lo absoluto. Herejías, seguramente.
El protocolo que conllevaba un intercambio como el pretendían hacer o tan solo el trato casual con los Strigoi le parecía propio de fariseos hipócritas y en consecuencia le generaba náuseas y hacía que como un reflejo involuntario, sus ojos se tornaran en blanco.
No eran más que bestias, ¿por qué tratarlos como si de hecho les interesara razonar?
Su vista entonces acabó sobre Maegor, o quien alguna vez fuese en vida, un viejo amigo.
Ladeó la cabeza, frunció el ceño y resopló.
—No balbucees o te parto, mamarracha—le masculló desdeñosa a la rehen, quien había hablado con una entonación muy educada y pronunciado unas palabras que ella no entendía en lo absoluto. Herejías, seguramente.
El protocolo que conllevaba un intercambio como el pretendían hacer o tan solo el trato casual con los Strigoi le parecía propio de fariseos hipócritas y en consecuencia le generaba náuseas y hacía que como un reflejo involuntario, sus ojos se tornaran en blanco.
No eran más que bestias, ¿por qué tratarlos como si de hecho les interesara razonar?
Su vista entonces acabó sobre Maegor, o quien alguna vez fuese en vida, un viejo amigo.
Ladeó la cabeza, frunció el ceño y resopló.
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Maegor no se sintió ofendido por el comentario de su padre. Ante sus palabras, no pudo evitar soltar una carcajada estrepitosa:—Me das lástima, papá. ¿Aún lloras mi muerte?—su solo ojo se clavó en la mirada de su progenitor. Su forma de contemplarlo no inspiraba confianza, especialmente si uno seguía los pasos que estaba haciendo hacia Nyra.
El neófito tenía una mirada extraña, y lo que pudiera estar escrito en ella no estaba al alcance de la gente. Aquel hombre de naturaleza fría, distante y cruel, despertaba ahora sospechas sin que ninguna llegara a concretarse.
—Sabes, papá, la muerte en realidad es una dicha muy profunda—tomó la mano de Nyra con suavidad:—Es casi como una liberación…de las más penosas cadenas y barreras de la endeble mortalidad…—susurró sombrío, mientras recorría con sus dedos las delicadas articulaciones de la mano de su hermana:—De hecho, quizás es hora de agradecértelo…—agarró finalmente el brazo de Nyra para que caminase cerca de él.
—Y por eso, déjame que te entregue…—su ojo rempalagueó, malicioso:—la muerte—el albino perdió la noción de sí mismo. Se entregó al odio. Empujó a Nyra hacia los suyos y, acto seguido, sacó su daga para clavarla en el pecho de Conrad.
El neófito tenía una mirada extraña, y lo que pudiera estar escrito en ella no estaba al alcance de la gente. Aquel hombre de naturaleza fría, distante y cruel, despertaba ahora sospechas sin que ninguna llegara a concretarse.
—Sabes, papá, la muerte en realidad es una dicha muy profunda—tomó la mano de Nyra con suavidad:—Es casi como una liberación…de las más penosas cadenas y barreras de la endeble mortalidad…—susurró sombrío, mientras recorría con sus dedos las delicadas articulaciones de la mano de su hermana:—De hecho, quizás es hora de agradecértelo…—agarró finalmente el brazo de Nyra para que caminase cerca de él.
—Y por eso, déjame que te entregue…—su ojo rempalagueó, malicioso:—la muerte—el albino perdió la noción de sí mismo. Se entregó al odio. Empujó a Nyra hacia los suyos y, acto seguido, sacó su daga para clavarla en el pecho de Conrad.
Vida: 150%
Dado 1: Puñalada al padrazo
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