—Mira lo que traigo —comentó Iris, mientras llevaba en las manos dos copas, una en cada una, tendiéndole a @Grace V. Ashkore la suya—. Espero que esta no esté envenenada o algo y me muera. No sé, no quiero que vuelva a suceder nada raro como lo de Halloween —suficiente experiencia extraña y desagradable tuvo aquel día como para querer repetir otra vez. Aún así, la rubia le dio un trago, degustando el sabor suave del cóctel—. Uy, esto está muy rico. Qué bien va a entrar —y con el frío que hacía todavía entraría mejor.

Iris se quedó mirando a Grace por un momento. La morena y sobre todo, su actitud, le picaba la curiosidad. A lo tonto, había conocido a dos Ashkore a lo largo del año y no sabía si en 2014 acabaría conociendo a más aún. Era... raro, pero reconfortante a la vez.

—Apenas queda media hora para que cambiemos de año —dijo la rubia dándole un sorbo a su bebida—. ¿Hay algo de lo que te arrepientas de este?

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Por unos instantes la Ashkore observó ambas copas y luego volvió su mirada a la rubia-Mientras que tenga alcohol tiene permiso para matarme-mencionó en tono bromista-Espera, ¿intentas emborracharme?-cuestionó aun así tomando la copa con una media sonrisa, ¿quería hacerlo? Porque si algo les gustaba a los Ashkore eso era precisamente el alcohol, ¿podría decirse que era el camino al corazón de alguien de la familia de cazadores? Quizá si se basaban en antecedentes.

-¿Si me arrepiento de algo?-cuestionó algo extrañada ante la pregunta de la contraria y abrió la boca por un instante dispuesta a responderle un rápido no pero sin embargo se quedó por unos instantes con la mirada perdida, ¿no había nada de lo que se arrepintiera? Y justo entonces todo aquello que pasó relacionado con la muerte de su padre volvió a su mente, las juergas con su tío Wyatt, cargar el féretro de un lado a otro, las facciones sin vida de su padre y por último la fogata que hicieron para quemar su cuerpo-No, nada-contestó finalmente volviendo en sí aunque tragó con dificultad al hacerlo-¿Y tú te arrepientes de algo?-se interesó algo curiosa.

No dudó en dar entonces un sorbo de su propia copa, no es que fuera su sabor favorito pero podría decirse que estaba pasable, además sólo quería centrarse en algo que calmase su mente inquieta, una distracción-¿Sabes qué? A la mierda los arrepentimientos-comentó finalmente-para empezar el año hay una tradición que no pienso romper, ¿quién sabe la mala suerte que hacerlo pudiera traer?-y es que Grace no dejaría pasar aquella oportunidad ya fuera o no con Iris, necesitaba centrarse en alguien y dejar de pensar.

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