Es un día terriblemente triste para @Elena M. Gilbert y el resto de sus amigos. El día anterior, la cazadora Gwen L. Ashkore trajo consigo una muy mala noticia, y un cuerpo: @Jeremy G. Gilbert murió tratando de llegar hasta la cura de Silas.

Así pues, al día siguiente, los familiares y amigos de Jeremy se dispusieron a celebrar el funeral. Junto a su hermana, le acompañaron @Bonnie Bennett, @Caroline E. Forbes, @Matthew G. Donovan, @Alaric J. Saltzman, así como Jenna, su tía, y por supuesto, @Damon Salvatore. Por su parte, también acudió @Annabelle R. Zhu, la novia del fallecido.

Parece que el grupo de Elena y sus amigos no consiguen librarse de desgracias, y la ausencia de @Stefan Salvatore, aún recluido junto al híbrido original, no hace sino recordarles que todo aquello no ha terminado. Sin embargo, parece que van a tener compañía en este evento.

Repentinamente, en medio de la celebración —totalmente íntima, y realizada únicamente por y para ellos—, el grupo recibe visita. Se trata nada menos que del mismísimo @Niklaus Mikaelson, quien parece estar más que dispuesto a cobrar represalias ante Elena. La réplica se mantuvo oculta de él, y ahora, es una vampiresa; rompiendo por completo los planes del híbrido original. Junto a él, le acompaña, inesperadamente, Stefan... A quien sus amigos van a ver bastante diferente, muy pronto.

Se masca la tragedia.


• Para evitar que el tema grupal se estanque, no habrá orden de posteo, bastará con esperar a que dos personajes hayan posteado antes de volver a intervenir.

• Jenna intervendrá como personaje narrativo. @Jeremy G. Gilbert puede intervenir aun siendo un fantasma, pues el velo que nos separa del Otro Lado aún no se ha levantado.

• Asimismo, para evitar que el tema se nos haga demasiado tedioso (pues sois un total de 10 participantes, más el PNJ), evitad las respuestas demasiado largas en vuestros post, y sobre todo, dadle prioridad de respuesta frente a otros temas.

Era verdad. Jamás debieron confiar en su palabra.  De todas maneras Alaric tenía en claro que Klaus no era de fiar; Pero al menos espero tener un poco más de tiempo para idear con los demás algún tipo de plan. Se equivocó.

El hibrido de la nada desapareció, y cuando se giró en su búsqueda, se encontró con el peor de los escenarios.

Había cometido un error fatal. En su afán por frenar a Damon, para evitar que su compañero creara más tensión o incluso hasta terminar herido o muerto, había descuidado a Jenna y Elena.  El corazón se le encogió al notar que la mujer, a la cual continuaba queriendo, se encontraba entre las garras de Klaus y Stefan. 

—  Stefan…mírame   —  Avanzo unos pasos, muy lentamente, como si estuviera cuidándose de no dar uno en falso.  Apelaba a que en el, aun quedara un poco de humanidad. —  No hagas esto. Piensa en Elena  — Tenia el coraje suficiente como para plantarse ante cualquier vampiro, pero el temor se hizo notorio en su voz, cuando vio que la vida de Jenna peligraba de aquel modo.

Paseo su mirada de Caroline a Bonnie, tenía la vaga esperanza que alguna de ellas interfiriera de algún modo, para darle la oportunidad de poner a salvo a Jenna.

¿Un trato? ¿Que Alaric y Klaus han hecho un trato? Jenna contiene el aliento. ¿Qué diablos está pasando aquí? ¿Y qué diantres le pasa a Stefan? Quizá no ha tenido ocasión de tratar con él en profundidad, pero sí le conoce. Y el Stefan que está ahora enfrente de ella, nada tiene que ver con el jovencito que, meses atrás, empezó una relación con su sobrina. —Stefan, tú no... tú no eres así —es todo lo que se le ocurre decirle. No quiere confirmar lo que todos acaban de escuchar. ¿Acaso acaba de amenazarla?

Es una broma, ¿no?

—Ah, no. No te acerques a mí —le advierte a Klaus, desafiante, o al menos, tratando de verse así. Después de todo, sigue siendo la responsable de Elena, aunque no engaña a nadie: de entre todos los presentes es, con mucha diferencia, la más vulnerable.

Vuelve su mirada una vez más hacia Stefan. No será capaz de hacerla daño, ¿verdad? —Oye, no entiendo de qué va todo esto, pero os lo digo en serio: marcháos de aquí.—¿Acaso está intentando amenazarles Elena, a su lado, comienza a derrumbarse. Sería capaz de cualquier cosa para protegerla; de dar su vida por ella, incluso. Pero Jenna no puede, y no va a permitirlo—. Tú no vas a hacer nada. ¿Me oyes? —replica a la morena, tratando de mantenerse firme.

Aunque por dentro está hecha un flan.

—Y vosotros —les dice una vez más, volteando su mirada varias veces entre el híbrido y aquel desconocido que un día fue Stefan—. Elena ya ha sufrido suficiente. Es sólo una niña. Merece vivir su vida y llorar a su hermano en paz.

Pero algo le dice, que no van a concederle aquel deseo.

Había vuelto a reaccionar sin pensar frente al híbrido, como si éste no tuviera la capacidad de arrancarle el corazón en medio segundo si le apeteciera. Por suerte para ella, se había salvado de nuevo - por el momento -, aunque por la mirada que le había dirigido sin dignarse a responderle directamente, no debería sobreestimar tanto el valor de su vida frente a sus maquiavélicos planes.

Permaneció unos instantes cerca de Bonnie, temiendo cualquier movimiento brusco que pudiera significar un ataque por parte de los dos indeseados asistentes, pero Stefan sorprendió a todos al ir directamente a por Jenna. Demasiado rápido, esos dos sabían lo que hacían, y al comprender aquello se le heló la sangre.

Entre los sollozos y las súplicas de Elena para que Stefan dejara marchar a su tía, la rubia vio como el impulso de Damon quedaba en nada, y escuchó a Alaric mencionar algo sobre ¿un trato incumplido?, antes unirse al resto e implorar a Stefan una vez más, y en un pestañeo, Klaus tenía a Jenna tomada del rostro.

Alaric le había dirigido una mirada de súplica, tenían que hacer algo para detenerlo y tenían que hacerlo ya, antes de que todo se les fuera de las manos completamente. Viendo a Klaus en su elemento por primera vez, era exactamente como todos le habían contado, y no veía en él al hombre que había conocido en el parque, con el que había paseado a la orilla de los rosales.
No iba a molestarse en apelar al corazón de Stefancomo el resto, pues ya se veía que estaba cerrado por vacaciones, pero la rabia y la desesperación la obligaban a hacer algo, lo que fuera. — ¿El precio? ¿De qué? — Le habían herido en su enorme ego, eso lo sabía, pero ponerlo en evidencia sólo lo provocaría más. — Si esto es un castigo en tu mente retorcida te equivocas de víctima. De todos los presentes, Jenna es la única que jamás ha hecho nada por perjudicarte, ni siquiera le hablamos de la falsa muerte de Elena. Si quieres desquitarte con alguien ... Yo maté a dos de tus amados híbridos y luego te mentí a la cara — reveló sin apartar la mirada de la suya. — Así que vamos, ven a pagarlo conmigo, y deja a Jenna en paz.

Demasiadas contemplaciones habían tenido ya. Sobre todo ella que acababa de tomarse aquella intromisión como algo personal. Su linaje de brujas se había mantenido al margen mucho tiempo, incluso Emily lo había intentado, pero desde que en el pasado los Salvatore habían entrado en contacto con su familia, ninguno de los miembros de su familia había conseguido descansar en paz. Bonnie ahora, era la única que podía hacer algo.

Y podía hacerlo, sencillamente porque el odio la tenia cegada, aun cuando Klaus la advirtió que no intentase nada, después de que Stefan cogiese a Jenna. La morena no sabía cuáles eran las intenciones de Damon o Alaric, solamente conseguirían ponerles en riesgo, y al final una vez mas solamente había servido de distracción y nuevamente parecían tener la sartén por el mango. Pero a diferencia de otras ocasiones, no estaba dispuesta a no hacer nada.

Aunque Elena la odiase por meterse, por tratar de acabar con todo aquello, la Expresión jugaba de su parte, y esa era una magia que sabía muy bien que Klaus no había experimentado por parte de ella. Miro la escena con asco, apartándose y simulando que no había hecho más que contenerse, hasta que Caroline pudo brindarle esa pequeña tregua. Sus palabras simple hacían mella en el original, de eso la morena no tenía la menor duda.

Había estado concentrando su magia, para ahora lanzarla directamente contra Klaus y apartarle de Jenna, antes de que Stefan pudiese siquiera darse cuenta—. ¡No te muevas Stefan! —gritó la bruja, armándose de valor por sus acciones, que seguramente luego seria recriminadas. Miro a Klaus con odio contenido—. Dile que pare Klaus —amenazó usando su poder para hacer que le híbrido se retorciese, partiendo sus huesos una y otra vez—. Dile que la suelte. Tengo magia suficiente para los dos, y estáis en desventaja —advirtió con furia desbordando su magia.

Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, podía demostrar así su verdadero poder, un poder que ahora solo dependía de ella y no de la debilidad de sus ancestros. Lo único que Bonnie esperaba, era que alguien aprovechase esa distracción para hacer algo contra Stefan, porque como también dependiera de ella, y le hiciese algo a Jenna, Bonnie sabia que esa vez no habría más contemplaciones para Elena, y prendería fuego al cuerpo del Salvatore menor, como ya debería haber hecho en el pasado.

Habían confiado en el hermano equivocado. Como se eso lo arreglase todo. Damon se había dado cuenta de que no había colado aquella treta disfrazada de alianza, simplemente porque ni Klaus ni ellos confiaban en los contrarios. Alaric había echo bien en hacerlo, no obstante, solamente para salvarlo y asegurarle un día mas de vida, pero nada más…

— Procurare no volver a cometer el mismo error —le respondió con la misma furia instantes antes de ver como todo se torcía por enésima vez. Stefan tenía a Jenna entre sus manos y Klaus no tardo en acercarse, haciendo galantería de su poder y su creencia de que estaban completamente desprotegidos. La sangre de Damon hervía en su interior después de las ultimas torturas a las que se había visto sometido, y las cuales no habían servido para nada.

Con su hermano sin humanidad, con todo el mundo suplicando porque aquello no finalizase así, Damon no tardo en darse cuanta de que o actuaban, o la tía de Elena iba a morir allí mismo, y aquello terminaría siendo el funeral de dos personas. Las palabras eran inútiles, y no tardarían en hacer enfadar demasiado a los presentes que habían ido con intenciones claras de acabar aquel día en una tragedia aun mayor. Y sin embargo, no fue el único que lo pensaba, y tampoco el primero que actuó.

La bruja Bennett parecía haberse hartado de la situación, y Damon no iba a ser menos después de la ayuda que acaba de prestarles al dejar a Klaus retorciéndose en el suelo. Tenia que aprovecharse de eso, todos tenían que aprovecharse de ello. Pendientes de la situación generada por Bonnie nadie pareció darse cuenta de los movimientos de Damon, que no tardo en encontrarse a la espalda de su hermano, atravesando su pecho por la espalda y agarrando su corazón.

— ¿Sabes Stefan? Últimamente nos estamos acostumbrando demasiado a esto —susurró en su oído antes de que Jenna quedase libre por la maniobra del mayor de lo Salvatore, que tuvo la mala idea de finalizar aquello. Pero no podía, no podía hacerlo porque pese a todo, seguía queriendo recuperar a su hermano, aunque se pasase más de un siglo entero haciéndolo—. Deberíais haber debido que estabais en desventaja, y que estamos demasiado cabreados para hacer caso de vuestras pataletas —escupió el Salvatore tras deslizar la mano fuera de su hermano.  En ese momento algo en su pecho se encendió, parecía que tenían la situación controlada.

Te quiero.

Las palabras murieron en su garganta antes de que pudiera llegar a pronunciarlas de vuelta y una nueva lágrima empañó su mejilla. Aunque todavía pudiese verlo y hablar con él, no era lo mismo, para Anna era duro aceptar que ese día iban a enterrar el cuerpo de su novio y que no había nada que pudieran hacer para traerlo de vuelta al mundo de los vivos.

Y eso todavía hacía más duro que ese mismo día, el mayor enemigo del grupo, la causa de la muerte de su madre se hubiera presentado en ese día tan duro para los presentes. Miró a Stefan fijamente cuando este se dirigió a ella y la duda se formó en sus ojos ¿Realmente lo sentía? Quería creer que sí, que, a pesar de haber apagado su humanidad, muy en el fondo, su amigo todavía seguía allí y se preocupaba por ella. Y entonces tuvo que soltar aquel comentario de mal gusto que le hizo entrecerrar los ojos y apretar los puños con rabia — No eres bien recibido, no mientras seas la marioneta de Klaus — sintió un nudo hacerse en su garganta tras pronunciar aquellas palabras. Sabía que a Stefan no iban a dolerle, en cambio a ella si le dolían tener que decírselas a quien había considerado su mejor amigo.

La vampiresa contuvo en aliento cuando las cosas comenzaron a torcerse. En un momento, Jenna, la más vulnerable del grupo se había convertido en el rehén de un psicópata y de un vampiro sin humanidad — Que valientes, atacando a la única que no puede defenderse contra vosotros — la morena trago saliva. Era una situación delicada y en apenas cuestión de un segundo, Jenna podría acabar con el cuello roto.

Por suerte, ellos contaban con Bonnie Bennett para salvar la situación. La bruja usó su nuevo poder para atacar a Klaus y alejarlo de la humana, mientras que Damon aprovechó el momento para atacar a Stefan. Los ojos de Anna reflejaron el terror durante un par de segundos antes de darse cuenta de que Damon jamás sería capaz de acabar con su hermano. La vampiresa no se iba a quedar de brazos cruzados, Elena había perdido a su hermano y no iba a dejar que también perdiera a su tía. Aprovechando que Stefan había soltado a Jenna y usándose de su velocidad vampírica, Anna fue hacía Jenna para apartarla de allí con gesto protector, interponiéndose entre el vampiro y ella — Todo irá bien, Jenna, te lo prometo — le susurró tratando de relajar a la mujer que debía estar pasando el peor momento de su vida.

Las reacciones de los demás definitivamente no me decepcionaron. Miré a Elena cuando me llamó y algo en mi mirada cambió, dejó de mostrar burla o estar vacía para transformarse en una de sufrimiento. Luego fue Alaric el que me llamó, diciéndome que lo mirase, así que lo hice.

—Yo… —dije con tono inseguro— ¿No crees que ya he pensado suficiente en ella? —desvié la mirada hasta reciente vampiresa y ladeé la cabeza— Pienso en Elena… —dije antes de que mi rostro volviese a ser inexpresivo— pero no me evoca nada —Volví a mirar a Klaus ante el arranque heroico de la tía de Elena, pero luego habló Caroline y la escuché atentamente. Al ver cómo miraba a Klaus alcé las cejas, pero luego le dije:

—Caroline, utiliza tu cerebro. Para dar una lección impones un castigo, el peor de todos. Y ese no es atacarte a ti. Ni a Elena. Todos ustedes deben entender que con Klaus no se juega —Y luego habló Anna, tras haberme dicho que no era bienvenido allí mientras fuera la marioneta de Klaus. Yo no me veía como la marioneta de Klaus, estaba con él porque quería. No dije nada a ese respecto, pero sí consideré darle la razón a Anna—. Tengo que reconocer que, sin duda, la más valiente de este grupo es Jenna —observé mirando al híbrido, para después mirar a Jenna desde arriba—. No te preocupes, Jenna, no le vamos a hacer nada a Elena.

Fue entonces cuando Bonnie me gritó que no me moviera tras atacar a Klaus. Miré al híbrido con escepticismo, sin sentir lástima por él a pesar de que oía cómo sus huesos se rompían y veía su cara de sufrimiento. Aquello fue un error para mí, porque alguien aprovechó para ir a por mí y lo primero que sentí fue un dolor intenso en la espalda que me hizo lanzar un grito que acabó en gruñido mientras mi rostro se transformaba y mostraba la primera emoción verdadera de todo el día. No pude mantener a Jenna sujeta y a duras penas logré mantenerme de pie hasta que Damon sacó su mano de mi cuerpo.

Me quedé de rodillas con las manos apoyadas en el suelo, apretando los dientes y jadeando mientras me recuperaba del dolor y Anna apartaba a Jenna de mí… Cuando estuve mejor me empecé a reír. Se me había pasado una idea por la cabeza y la iba a llevar a cabo, porque teníamos que librarnos de Bonnie y solo había visto una manera. Por eso agarré a Klaus por un brazo y una pierna y, mientras me levantaba, lo alcé por los aires y lo lancé contra la bruja con la intención de al menos aturdirla con el golpe, lo suficiente como para recuperar el control de la situación. Y luego me giré hacia Damon para evitar que volviese a atacarme a traición.

La mujer empieza a estar muy nerviosa. Más de lo normal. Sea lo que sea lo que vaya a venir después, no va a ser bueno para nadie, pero sobre todo, no va a ser bueno para ella. Y, aunque prefiere una y mil veces que algo tenga que pasarle a sí misma, antes de que Elena sufra ningún peligro... No puede evitar estar asustada.

¿Quién no le teme a la muerte, después de todo?

Sin embargo, algo sucede. Después de que Caroline lance contra ellos su impactante discurso, está nuevamente dispuesta a interceder —tampoco permitirá que la joven Forbes sufra daño alguno por su culpa—, pero es Bonnie la que reacciona más deprisa: de alguna forma, consigue utilizar su magia —aún se siente algo estúpida haciendo tales afirmaciones, aunque sea mentalmente—, para inmovilizar a Klaus, haciéndole algo que le causa terrible dolor. Boquiabierta, a duras penas reacciona a tiempo para percatarse de que Annabelle está tirando de ella, separándola de Stefan y del resto del grupo.

—Dios mío, Anna —le dice cuando están a salvo—, se van a matar —a su alrededor, todo es caos. Damon se abalanza contra su hermano, Stefan reacciona lanzando por los aires a Klaus. Todo esto es una completa locura.

Y es por su culpa.

—¡Basta, parad! —Jenna alza entonces la voz, separándose un poco de Anna. Lo suficiente para hacer lo más noble que puede hacer por Elena en sus circunstancias: entregarse—. Iré con vosotros. Haré lo que queráis... Pero detened toda esta locura. Por favor —les pide a Klaus y a Stefan. Aún no termina de entender de qué va todo esto, pero no le importa. Si se trata de Elena, ella debe protegerla. Tiene que hacerlo.

Y nadie va a morir o salir herido por su culpa.

Lo sabía. A Stefan le importaba muy  poco su pedido y lo que sucediera con Jenna, Elena y todos los demás. Eso lo llenaba de rabia, ¿Dónde había quedado ese Stefan que velaba por la seguridad de Elena?.  Apretó los dientes ante la respuesta del vampiro.

Pudo sentir alivio cuando Bonnie se puso en acción, doblegando a Klaus con su magia, y a Damon correr hacia su hermano.  No iba a quedarse ahí de pie cuando vio que Jenna al fin se encontraba libre.  Corrió lo más rápido que pudo, quizás no era tan ligero como los vampiros, pero tampoco era una tortuga.

Anna se le había adelantado, había logrado poner a salvo a Jenna al fin. Por ese lado, podía sentirse un poco más tranquilo, pero ahora intento centrarse en Elena, o incluso en Bonnie, que era la única que realmente tenia posibilidad de frenar a esos dos lunáticos.

Stefan ya estaba en el juego a pesar de las acciones de Damon. Casi pudo imaginar lo que iba hacer el menor de los Salvatore cuando llevo sus manos hasta el hibrido.  Sin pensarlo dos veces, Alaric se arrojó donde Bonnie, abrazándola contra él, para protegerla del impacto del KLAUSIL.  — ¡BONNIE!

La fuerza del choque los arrojo con tal fuerza, que el cuerpo de ambos rodo un par  de veces; Pero  jamás soltó a la joven bruja. Quizás no pudo evitar el golpe, pero si al menos amortiguarlo para evitar que saliera herida.

Cayó desplomado con Bonnie sobre su pecho.  Todo se había vuelto oscuro para él.

Estaba listo para apagar aquella vida, la de la inocente Jenna Sommers. Bastaría con un movimiento rápido y su cuello se quebraría como un fino cristal. Pero entonces escuchó aquella voz, su voz. Cerró los ojos un segundo y los abrió para contemplar los de Caroline. —Podría. Podría pagarlo contigo —hizo una pequeña, casi imperceptible, mueca. ¿De verdad podría?— Podría incluso matar a todos los que tuvisteis que ver con lo que sucedió esa noche, y con lo que terminó con Elena convertida en vampiro —incluida la propia réplica, de no ser porque le interesaba mantenerla con vida—. Pero Stefan está en lo cierto: eso sería demasiado rápido y piadoso —"El amor es la peor debilidad de un vampiro".

Irónico que él, precisamente él, cayese de lleno en su propia advertencia.

Una fuerza mágica lo golpeó, alejándolo un par de metros de su posición. Rápidamente se fijó en la culpable: Bonnie. Iba a lanzarse contra ella cuando sus huesos comenzaron a romperse, haciendo que se arrodillase en el suelo soltando un único grito de dolor. —Oblígame, bruja. No puedes derrotarme —ni puedes matarme. Apretó los dientes e intentó luchar contra tal cantidad de poder, poniéndose en pie a duras penas. Fue entonces cuando sintió la presencia de Stefan, quien en vez de ayudarlo, lo lanzó contra la propia bruja.

Una medida radical, pero necesaria.

Valiéndose su rapidez vampírica, se movió para, después de impactar contra Alaric, aterrizar en el suelo con agilidad mientras sus huesos comenzaban a recomponerse. —¿De verdad era eso necesario? —entrecerró los ojos hacia Stefan, sin saber si catalogar aquella maniobra como una tremenda osadía o una idea brillante. Lo importante era que Bonnie tardaría en recuperarse un tiempo: el tiempo necesario.

Vio que Annabelle era la que estaba más cerca de Jenna así que, en un abrir y cerrar de ojos, se apareció a su lado. Convirtió su mano en una garra para herir su abdomen con unos cortes profundos y lanzarla lejos, sujetando entonces a la humana contra su pecho y colocando su mano contra su cuello. Una sonrisa triunfante y sádica se dibujó en su rostro: él había ganado.

—Muy noble y valiente por tu parte, Jenna, ofrecerte para el sacrificio —susurró cerca de su oído, lanzando una última mirada a Elena para asegurarse de que contemplaba la escena—. Honremos ese deseo —y, antes de que nadie pudiera añadir nada más, desgarró con sus uñas la garganta de la humana.

Cuando su cuerpo cayó al suelo, como un peso muerto, sus ojos carecían de todo rastro de vida.

Por un momento cree que Stefan puede sentir algo pero cuando la emoción no llegó a sus ojos y posterior confirmó con palabras que no le generaba nada, sintió su corazón partirse de nuevo. Las lágrimas seguían empañando sus ojos pero estas aun no desbordaban, asintió en silencio. Dolía mirar el rostro de alguien que había amado y no reconocerlo. Por mucho tiempo creyó que sería capaz de regresarlo, que su amor lo podría todo pero ahora caía en cuenta que aquello era el pensamiento soso de una adolescente humana que ya no era. Cuán equivocada había estado. — ¿Nada?

Su mirada regresó a [b]Jenna[/b], en ella debía concentrarse. — Jenna, no puedo permitir que... —Pero la joven mujer habló, más palabras, que a aquellos dos les importaba un comino. Esperó su momento para poder alejar a su tía del vampiro pero no llegó. Bonnie hizo lo suyo y no podía atinar que tipo de consecuencia traería consigo cuando el híbrido se levantara, todo aquel que fuera contra él correría peligro de enfrentar la ira vengativa de Klaus. Incluso Caroline.

Cuando Damon atravesó por la espalda a su hermano, aprovechó respaldar a Jenna y Anna, regresando la mirada una fracción de segundo porque pese a que Damon no haría daño a su hermano menor, no podía fiarse de que Stefan no le devolviera y peor el daño, pero para ello, Stefan arrojaba a Klaus que terminó impactándose hacia Alaric y Bonnie y ante la impresión y el miedo a que les hubiera pasado algo —en especial a Alaric que había recibido más el impacto y rodado para proteger a Bonnie—, corrigió a velocidad vampirica hasta ellos, confiando en que Jenna estaría a salvo con Anna. —  ¡Ric! ¡Bonnie! — Una vez junto a ellos, intentó ayudarlos a levantarse y ver que ambos estuvieran bien, pero no podía saber con seguridad.

Debió saberlo, solo era una distracción y de nuevo, la réplica había dado oportunidad para que tomaran a Jenna y en el proceso, hirieran a Anna. Avanzó un paso en dirección al híbrido y su tía, intentando mediar la situación con ambas manos extendidas. — Klaus, por favor... — Pero ni siquiera hubo tenido oportunidad de agregar algo más en su defensa cuando Klaus rasgó el cuello de la joven mujer que en el trayecto al suelo terminó por perder la vida. En un abrir y cerrar de ojos estaba a su lado, abrazando a su tía, y llorando. El dolor desgarraba su pecho y miró con odio, hecha un mar de llanto hacia el híbrido. — ¡Eres un monstruo sin corazón! — Vociferó abrazando el cuerpo sin vida de la mujer. Sollozó, quitando el cabello ensangrentado de su cara y le cerró los ojos. — Lo siento, lo siento mucho... Todo esto es mi culpa. — Murmuraba entre sollozos. Sin duda la mujer entre sus brazos había muerto heroicamente por ella, no había sido egoísta y había aceptado su papel en todo esto, pero para Elena aquello no era un consuelo, era una baja que pudo haberse evitado, no era una muerte necesaria. ¿Cómo iba a procesar tanto dolor?

Todo estaba oscuro, aunque podía oír murmullos, no entendía con claridad lo que decían. Solo fue cuando Elena se acercó, que al oírla, poco a poco pareció ir recobrando la conciencia. Joder, le dolía todo el cuerpo, y la cabeza le giraba tal y como si tuviera una resaca de tres días seguidos.

Se llevó una de sus manos a la cabeza, frotándola un poco con aires de confusión, mientras se reincorporaba, quedando sentado sobre el suelo.  —  ¿Elena? ¿Y Bonnie?   -— La busco con la mirada, algo alarmado, esperando que la joven bruja estuviera bien.  Por suerte si lo estaba, la habían sacado barata considerando el impacto.

Elena pareció encaminarse hacia alguien. Klaus.  Giro su cabeza en seco hacia el hibrido, notando como este volvía hacerse de Jenna. — No ..No.. no… — Se intentó poner de pie, pero fallo al primer intento, totalmente dolorido por los golpes.  «No por favor, no».  Se repetía una y otra vez, pidiendo una oportunidad más para salvar a la mujer que amaba.

Aguanto el dolor como pudo, y se colocó de pie para avanzar hacia donde estaba Jenna, pero sus esfuerzos y sus deseos de recuperarla fueron en vano.  Klaus le había desgarrado la garganta, ante la mirada atónita y desesperada de Alaric, quien corrió hacia ella lo más rápido que le permitía su cuerpo.

¡Jenna! — Llego mucho después que Elena.  No podía creer lo que veía. Tenía que ser mentira.  Se arrodillo frente Elena, mientras sus manos temblorosas se dirían al rostro de la mujer con la que tiempo atrás había compartido un fuerte vínculo.   La rabia, la ira, la impotencia, el dolor, todos los sentimientos negativos agolpándose en su interior sin control alguno. Los ojos le ardían mientras las lágrimas se agolpaban en sus ojos. — Vamos Jenna, aún nos debemos una plática  — Inclino un poco el rostro hacia el de ella, susurrando por lo bajo; Pero era en vano, no había ni un ápice de vida en aquellos vivaces ojos, que el en su momento tanto adoro contemplar.

Desde mi posición privilegiada pude ver toda la escena, como los malos aparecían y hacían cosas típicas de malos. Pero desde mi posición privilegiada, también sentía una impotencia que me sobrepasaba.
Ellos no lo sabían, pero mi cuerpo estaba continuamente entre Stefan y Jenna, Entre Klaus y el resto, intentando en un gesto desesperado ayudarlos, pero siendo a su vez unas acciones inútiles.

Todo se estaba yendo de madre y no podía hacer más que gritar desde el otro lado para que parasen, para que esta locura no continuase a más hasta que, de pronto, el Hibrido ataco a Annabelle para después lanzarla por los aires.
—Anna! —grité desde el otro lado y aparecí, visible para todos, justo al lado de la chica —¿Estás bien? —preguntaba mientras la miraba fijamente y movía los brazos con la intención de tocarla —. Te juro que los voy a…
Y entonces sucedió.

El cuerpo sin vida de Jenna cayó al suelo y me quedé mirando fijamente, cayendo de espaldas y quedándome sentado mientras miraba fijamente el cuerpo que dejaba Klaus a su paso.
De pronto, todo se quedó mudo, veía como la gente se movía en cámara lenta y como una ola de sentimientos recorría mi cuerpo, no era capaz de decir nada, de hacer nada, únicamente me quedé frío y estático a la vista de todos.

Off: Ahora si que estoy visible pa tós

Honremos ese deseo.

Jenna entiende demasiado tarde lo que va a suceder. Sus manos comienzan a temblar violentamente, aunque ni tan siquiera les presta atención. Tan sólo alcanza a fijar la vista en Klaus. Durante un breve segundo, se pregunta si será aquello lo último que verá antes de morir. Cuando desvía sus ojos claros hacia Stefan, se ve suplicante. Él no permitiría algo así, ¿verdad? Por Dios, es Stefan, el novio de su sobrina. ¿Acaso va a quedarse cruzada de brazos sin más...?

Ante la pasividad del Salvatore, Jenna comprende que este nada va a hacer por ayudarla.

—Por favor... —quiere suplicar: sí, suplicar. Por Elena, por sus amigos, pero también, por ella misma. Llegada la última hora, la realidad es que ninguno queremos morir. Ojalá hubiera encontrado las palabras adecuadas para rebelarse. O para suplicarles que, por favor, simplemente se marcharan. Jeremy no se merece esto. Ninguno de ellos, se merece esto.

Pero Klaus es demasiado rápido.

La herida es tan certera y letal, que Jenna prácticamente no tiene tiempo de sentir dolor. La vida la abandona en cuestión de segundos, mientras su blusa comienza a empaparse de sangre a toda velocidad. Sin fuerzas ya para mantenerse en pie, Jenna cae sobre la fina hierba, acompañando de alguna forma, el lecho de muerte de su sobrino. —E...len-na... —quisiera haberla mentido. Decirle que todo saldría bien. O, al menos, que ella estaría bien, allá donde fuera. Esperándola con sus padres —los que la criaron de verdad. Pero es demasiado tarde.

Jenna se ha ido.

Al parecer sus movimientos despertaron los del resto, Damon el primero, que se acerco a Stefan atravesándole. Por unos instantes Bonnie pensó que se acabaría todo aquello, pero al parecer los sentimientos del mayor de los hermanos eran demasiado fuertes, y ella estaba pendiente de hacer que el híbrido siguiese sintiendo su poder, conforme rompía todos sus huesos. ¿Por qué no aprovechaban para llevarse de allí a Jenna?

De un momento a otro los movimientos de Stefan, que había quedado libre de Damon por propia voluntad del mismo, fueron lo que consiguió que la mujer parase su magia, instantes antes de sentir el cuerpo de Alaric alrededor del suyo protegiéndola de aquel impacto que los impulso hacia atrás, disolviendo así su magia y dándole paso a Klaus para hacer su s noviecitos. En los instantes que tardó Bonnie en recuperarse el hibrido original ya se había echo con Jenna de nuevo, y la caótica situación se dibujó ante sus ojos.

Elena suplicante, Jenna intentando ser valiente, todos contemplando, simplemente observando cuando el cuerpo de Jenna cayo sin vida al suelo—. No… no, no —susurró viendo como Alaric y Elena salían disparados en dirección a la mujer que ahora yacía intente ante los pies del híbrido original—. ¡Nooo!  —el grito salió de forma desgarradora de su garganta, obligándola a ponerse en piel, y generando un aire atroz que pronto los rodeo a todos.

Jenna no era familiar suyo, pero Klaus y Stefan acababan de desbordar un vaso que se había ido llenando poco a poco y en esos momentos reventaba. La furia de la bruja se vio reflejada en sus ojos, que echaban llamas igual que el fuego que ahora comenzaba a surgir directamente en los cuerpos del hibrido y el que una vez fue su amigo. Estaba mas cabreada que nunca, pero ella no tenia tiempo para llorar. Con su nuevo poder quería al menos demostrarles que no se podían jugar con ellos. En el fondo sabia que ella se ponía una diana en la nuca propia.

— ¡Incendia! —gritó avivando aquellas llamas. Sabia que Klaus era inmortal, pero Bonnie estaba mucho mas cabreada que nunca. Quería matarlos, hacerles sufrir, y no era consciente de nada más de lo que ocurría a su alrededor. El viento arremolinándose alrededor de ella, parecía incluso que el clima estaba cambiando por completo, amenazando con tormenta—. ¡Os dije que paraseis! —recrimino a ambos seres—. ¡Ya basta de venganzas, y precios a pagar! ¡Ya basta! —Bonnie estaba fuera de sí, tanto que en esos momentos alguien tendría que pararla, si era capaz de llegar a ella.