Esbozo una sonrisa a medio labio al oír a Blancanieves -  Somos dos, créeme. No aguanto un día más - Pero no pudo añadir nada más, pues el resto comenzaba a llegar uno tras uno.

Tranquila. No hay que agradecer. Yo también tengo a dos seres demasiado importantes ahí dentro, a los cuales debo sacar -Le respondió a Riley con tranquilidad.  Wolf tomo del bolsillo de su chaqueta un pañuelo negro, y se encamino hacia Sigrid -  ¿Estas bien? –Busco la mirada de la loba, mostrándose algo preocupado, a la par que le entregaba aquel trozo de tela, para que pudiera limpiarse la sangre— Puede que todos los que estemos aquí, seamos diferentes. Lobos, vampiros, brujos…Cazadores… —Paseo la mirada por sobre todos, hablando con firmeza y seriedad— Tenemos nuestras diferencias, ya sea por nuestra condición o por razones ajenas a estas.  Pero estamos aquí por algo que tenemos todos en común.  Y es rescatar a quienes son importantes para nosotros —Su tono de voz se volvió aún más duro— No voy a tolerar agresiones de ningún tipo en este grupo, al menos no hasta que concluya el rescate. ¿De acuerdo?  —Volvió a mirar a cada uno — Si luego de la misión, quieren matarse entre si, háganlo. Pero no antes  —Sentencio, encaminándose una vez más hacia su automóvil, para recargarse contra este.

Podría ser una opción el dividirse, pero considerando que todos están en el mismo corredor, quizás ir agrupados sea la mejor opción. Además soy el único que conoce el camino y tiene acceso a las celdas —No podían dividirse, era un todo o nada.

Agradecía que los míos quisiesen protegerme, pero cuando vi a Riley acercarse, lo único que hice fue poner una de mis manos en sus hombros para de esta manera intentar trasmitirle que no pasaba nada. Que todo esta bien—. Tranquila, no pasa nada —dije mientras prestaba atención a las palabras que resumían como debíamos de atacar esta vez. Sin embargo, tras las palabras de mi camarada, preferí esperar a que aquel humano (Wolf) se expresase del todo.

Sin embargo, antes de continuar con todo aquello, no pude evitar esbozar una ligera sonrisa, tratando de ser afable cuando el humano se acero para ofrecerme un pañuelo, así como su ayuda y unas palabras que mostraban preocupación por mí. Desde luego era un detalle a tener en cuenta por eso mismo me limite a sentir y escuchar a todos los presentes.

En realidad, yo no tenía intención alguna de atacar a Selene, porque detrás de mis sentimientos y los suyos había una historia. Querían entrar todos juntos, a la vez, sin divisiones. Quizás esa era una idea mejor que la anterior.

— La ultima vez, mi grupo y yo entramos por los túneles —comenté mirando al humano puesto que decía ser el único que sabia cual era el acceso a las celdas—. Sin embargo, estoy aquí como una mera invitada. Como bien has dicho tenemos algo en común, nada mas —añadí mientras clavaba mi mirada en el—. Yo misma, no tengo inconveniente en atacar de frente —finalice.

 
 
 

– Los sacaremos, estoy segura. – De nuevo, la loba intentó sonreír a Wolfgang, al menos para tranquilizar los ánimos. Sabía que a los lobos, incluida ella, en muchas ocasiones les era muy difícil controlar esa bestia interna. Desvió la mirada de nuevo hacia Sigrid, y asintió. Su entereza, sin duda, era la propia de un alfa: poco común. “Menos mal…” suspiró internamente, bastante aliviada en que todo quedara como un simple arrebato. Si hubiera sido más temperamental, o quizás Wolfgang y Ágatha no se hubieran impuesto, no sabía en qué hubiera terminado…

…bueno, en realidad sí, pero prefería no pensarlo y centrarse en lo que tenían planeado.

La loba se cruzó de brazos, notablemente nerviosa. No es que desconfiara del grupo, pese a que no conocía a la mayoría. Tampoco desconfiaba en sus habilidades, pese a que recientemente recuperó la visión y el rescate sería su primera misión tras la operación. No. Estaba nerviosa porque… quizás, si todo iba bien, pronto vería a Darío.
– Tampoco deberíamos menospreciarlos… – respondió a Jacob, intentando centrarse en el plan y no en… cómo se hallaban ubicados: los unos al lado de los otros, en… celdas. Presos. “Como en una cárcel…” frotó su frente repetidas veces. Como si quisiera centrar su atención en lo que debía. – Entonces… está decidido, ¿no? Todos a la vez, pero… ¿quiénes irán delante y quiénes detrás? – Se mordió el labio inferior y volvió la mirada hacia Wolfgang. – Yo… recientemente recuperé la vista, tras una operación, pero puedo defenderme bien.

Poco a poco, van llegando más invitados a esta reunión. ¿Más lobos? ¿Vampiros? Ha podido percibir aquel olor en alguno de los presentes. ¿Humanos, quizá? Sea como fuere, Alice tiene clara una cosa: no conoce a ninguno de ellos. Llegó a pensar que Sam y sus amigos habrían llegado a otros Lunas, pero parece que no es así.

—Hola a todos. —les saluda, a su vez, sin saber muy bien en quién centrar la atención. Escucha a una chica en particular (Riley), mencionar a un tal Wolfgang. ¿Es él quien ha organizado todo esto? Alice desvía la atención hacia él. Es un muchacho rubio, de porte serio. No puede evitar percatarse, sin embargo, de que otra de los presentes (Selene), se abalanza hacia una mujer algo más mayor (Sigrid), propinándole un puñetazo. Alice agarra a Sam del brazo, apartándose. —¿Quién demonios es esta gente? —le susurra a su hermana al oído. No tiene claro que aquello sea un equipo de rescate o un baile de chiflados.

Aquella mujer tan violenta (Selene), hace mención a algo en particular, que por alguna razón, no le huele nada bien. —Esperad. ¿La Armería? ¿Qué demonios es eso? —Sam le hizo saber que habían retenido a Dean, pero no supo explicarle dónde, como tampoco por qué. Por parte de Alice, es la primera vez que escucha hablar de ellos.

Alice trata de asimilar la información a su alcance con rapidez. Por lo que parece haber entendido, la Armería es un lugar donde Dean —y por lo visto, otros tantos licántropos—, se encuentran retenidos. —. Si han podido retener a otros estando divididos... y, eh, Wolfgang, puede asegurarnos que habrá pocos civiles allí, atacar todos juntos es lo mejor que podremos hacer. No estarán preparados —inquiere, alzando la voz de nuevo—. Pero si va a ser arriesgado, tú te quedas en casa —le exige a su hermana—. Aún no controlas todo lo que eres. Puedo encontrarlo —le insiste, refiriéndose a Dean, claro. Está dispuesta a asalvarle, pero no pagará el precio de que aquella Armería pueda hacerse con su hermana.

Selene no solo lo intentará.
Selene le arrancará la puta cabeza.

Pero ahora lo que importa no es la venganza, sino sacar a los supervivientes. Es por eso por lo que además, se muerde la lengua ante el toque de atención de quien huele a vampiro (Ágatha).—No, tengo un hermano y lo que puedes considerar como dos hijas ahí dentro. Oh, y tendría a otro más pero ya me han traído su cadáver.—le dice a Riley, fulminando con la mirada a su alfa.

Selene no está de humor para aguantar gilipolleces ni regañinas de nadie (Wolfang), así que a este se limita a mirarle, durante un segundo, con severidad.—Si vamos a atacar todos juntos, habrá que hacerlo a lo grande y concentrar sus esfuerzos por retenernos en un punto, especialmente si hay pocos dentro.—sugiere, cruzándose de brazos.

—A mí no me importa ir en la vanguardia.—porque piensa arrasar con todo lo que se le ponga por delante.—Los más jóvenes deberían quedarse en el medio.—propone, recuperando la pregunta de Riley mientras su mirada se para un segundo sobre Magnus.—No creo que esperen que nos aliemos con vampiros, así que podrían ser nuestra arma sorpresa.—después de todos, es ampliamente conocido que vampiros y licántropos no son especies amigas.—Asumo que nos estarán esperando, pero a ellos no.—dice, señalando a Ágatha y a Jacob.

Las opiniones están un poco divididas y los ánimos están bastante alterados. Observa con firmeza a ambas lobas (Sigrid y Selene), aunque seguramente una vampiresa en el cuerpo de una joven no les cause demasiado impacto. La vampiresa arquea una ceja cuando al fin, el chico que estaba de espaldas, da la cara. "¿Tú?" Pregunta al reconocer a Magnus. "No que los hombres lobo solo eran un mito". Comenta, recordando lo que dijo en su primer encuentro.

Escucha a Jacob y Riley, ambos creen que entrar juntos es la mejor decisión. Ágatha suspira, sin duda juntos pueden hacer un mejor trabajo pero puede que llamen más la atención. "¿Hay alguien vigilando sus celdas?" Pregunta a Wolf, aunque con una presión en el pecho; la idea de pensar que Darío y los demás lobos están atrapados como animales, le hierve la sangre.

El hecho de que Riley también quiera entrar, pone a Ágatha un poco nerviosa. En seguida, camina hacia ella y pasa el brazo por encima de su hombro. "Riley, cielo, ¿estás segura?" Pregunta mordiéndose el labio con nerviosismo. "Quizás deberías esperarnos afuera, yo iré a por Darío". Le dice. "Si algo llega a pasarte..." Deja la frase en el aire pero le dedica una mirada significativa, ambas saben lo que sucedería si a Riley llegase a pasarle algo.

Finalmente, la rubia que golpeó al alfa de Riley, (Selene), dice algo que es realmente cierto. La Armería no espera que lobos y vampiros se alíen. "Podremos usar eso a nuestro favor, el factor sorpresa". Comenta. "Quizás Jacob y yo podamos ir en frente, seguramente van a atacar con acónito para debilitarles, pero eso a nosotros no nos hace nada; podríamos usar el momento de confusión por su parte y nuestra velocidad para... atacarlos de vuelta". No le importa lo que tenga que hacer, romper cuellos, morder, partir sus huesos.

Bien, aquella reunión estaba siendo interesante a la par que irritante para un Jacob que, si bien estaba rehabilitando su terrible carácter, no podía evitar querer mirar mal a casi todos los presentes. No pudo evitar pensar que era un alivio estar ahí, con Debra, pues ni loco hubiese dejado la vida de su mejor amiga en manos de aquella panda de inútiles.

Sí, él quería ver la pelea de dos lobas en primera fila, pero eso no quitaba que el acto de la rubia fuera de lo más inadecuado en una reunión en la que se planeaba rescatar a seres queridos. Aquello terminó por parecerle un culebrón, más con la intervención del cazador, el cual le pareció excesivamente confiado. Era un humano, y por mucho que fuera quien coordinara el rescate, ¿Qué hacía dándole sermones a los presentes y diciéndoles qué podían o no hacer?

—Estoy de acuerdo con Ágatha —opinó, guiñándole un ojo a la rubia, en señal de apoyo —Será un placer arrancar corazones... —su semblante entonces se volvió más serio —. Que no se os olvide que también contamos con Sabrina, la bruja adolescente —miró a Debra con una sonrisa ladina —. Tampoco se esperarán que una bruja nos acompañe. Si las cosas se complican, es un buen comodín —añadió —. Pero es la más frágil, así que hay que cuidar de ella —ella no podía regenerar sus heridas como si nada, al contrario que la mayoría de los presentes.

No podía evitarlo. La razón por la que él estaba involucrado ahí era ella. No quería que nada malo le pasara a la pelirroja, pues su amistad con ella se había basado desde el primer momento en una cosa: protección. Aunque le costara la vida, la protegería.

Ahora que por fin tenía una pista sobre el paradero de Dean, ¿Cómo no iba a hacer todo lo que estuviera en su mano para encontrarlo? En cuanto Riley la avisó de la reunión clandestina a las afueras del pueblo, no se lo pensó y avisó a su hermana para que la acompañara. Alice era quien había permanecido a su lado las últimas semanas desde que Dean desapareció.

— ¡Ah! Te aprovechas de tu posición porque no recuerdo que eres la mayor — protestó ante el aviso de su hermana justo antes de llegar al lugar indicado. Ya había varias personas en el lugar, caras tanto conocidas, como desconocidas. Y un intenso olor a lobo que desprendían varios de los presentes.

Para su sorpresa, Selene estaba entre ellos. Antes de que pudiera saludarla observó cómo la rubia golpeaba a otra mujer e hizo una mueca con los labios. No iba a cuestionarla, seguro que sus motivos tendría.

Finalmente, después de todo el drama, un chico desconocido para ella tomó la palabra y se limitó a escucharlo. A medida que hablaba sentía una presión en el pecho, había cruce de opiniones entre unos y otros, pero en su cabeza solo había algo que tenía claro. Por eso cuando su hermana opinó que lo mejor para ella era quedarse atrás, dirigió su mirada hacia ella.

— Me da igual que sea peligroso. Dean me salvó, me tendió la mano cuando estaba sola, estuvo ayudándome durante todo un mes — aún recordaba como arriesgó su pellejo por ella, manteniéndola oculta en su propio campamento antes de llevarla al apartamento — Y ahora voy a ser yo quien entre y lo saque de allí. Se lo debo —.

Riley no tuvo más remedio que apartar la mirada de Selene, cuando ella se refirió a la muerte de uno de los lobos. Tensó los labios y desvió la mirada hacia el suelo. No quería pensar si su hermano habría corrido la misma suerte, sólo que dentro de las instalaciones. “Por favor… si tienen algo de humanidad…” cerró los ojos y posó su mano derecha sobre su frente, acariciándose casi de inmediato, su entrecejo. “No, Riley, por favor, lo suplico, no ahora, no ahora… Darío necesita nuestra ayuda…” reuniendo sus, quizás, última fuerza de voluntad, volvió a alzar la mirada, esta vez hacia el cielo. Tras un largo suspiro, intentó regresar a la conversación. Era esencial.

– Nunca he estado tan segura de algo, Ágatha… – observó fijamente a la vampira. Pese a que en sus palabras, y también, en su mirada, se podría apreciar a la perfección su nerviosismo, la más pura de las decisiones dominó sus palabras. – Sé que Darío no quiere… que acuda, es lo más seguro, pero tengo que hacerlo. No me puedo negar. Ni por él, ni por Einar, ni por Dean… – fijó su mirada, entonces, en Alice, y en Sam. – No. Seguro que no se esperan que trabajemos juntos. – Giró la cabeza de nuevo hacia Ágatha, luego, hacia el otro vampiro, Jacob, y finalmente, hacia la bruja, Debra. – Me parece buena idea. Quizás… la bruja adolescente pueda ir en medio, con los más jóvenes. Así puede proteger a los que se encuentran en los lados, y si ocurre algo, también a los más… vulnerables.

En todo momento la joven pelirroja había permanecido en silencio, escuchando a cada uno de los presentes, sin mucho que acotar.  ¿Qué podía decir?, a diferencia de ellos, ella no se sentía fuerte, ni capacitada, mas allá de los entrenamientos físicos que había recibido por parte de John durante tres años, y posteriormente de Dean;  En cuanto su magia, era más decente que semanas atrás, pero aun así, estaba lejos de ser poderosa como otros brujos.

Pero estaba ahí por dos razones, y por más inútil e insignificante que se sintiera al lado del resto, no iba a retroceder.  Tenía que sacar a Dean como sea de ese lugar, y no solo al lobo…si no también...a él, la única razón por la cual Debra había estado buscando tan incansablemente durante tres largos años, metiéndose en millones de problemas…a John, a su tan querido compañero.

La pelirroja apretó con sus manos el brazo de Jacob, como si con esa simple acción quisiera captar su atención.
—  Jake, cállate...Por favor  —Mascullo solo para que el pudiera oírla. Había arrugado la nariz, y su semblante trasmitía cierto malestar.  Quería pasar desapercibida lo mejor posible, mas ante los ojos del Cazador. No quería ver a Wolfgang y sentir como el corazón se le desgarraba debido a su parecido con Dietrich.

Completamente resignada a los comentarios de su mejor amigo, soltó un gran suspiro, desviando su atención a Riley por unos momentos. Sea cual sea la estrategia a realizar, la pelirroja tenía un solo objetivo allí, además de rescatar a sus seres queridos. Tal y como sucedía en los videos juegos, iba a dedicarse a proteger y sanar a su equipo, como si se tratara de un grupo atacando al jefe final en una mazmorra.

Alice frunce el ceño. Parece que todos los presentes empiezan a tener muy claro cuál es su papel... Incluida su hermana. La mujer lobo aprieta los labios. En realidad, podría obligar a Sam —de un modo u otro— a no acudir a aquella misión, pero sabe que su melliza tiene razón. Está en su derecho de devolverle el favor a Dean, de alguna manera.

—Está bien —concede. No va a impedírselo—. Pero no me separaré de ti —los presentes confirman que hay al menos dos vampiros entre ellos: una muchacha rubia (Ágatha) y un tipo de pelo oscuro (Jacob); ambos aparentemente, bastante jóvenes. Pero Alice sabe sobre los vampiros lo suficiente como para asumir que, muy probablemente, ambos les doblen la edad, como mínimo—. De acuerdo. Entonces que sean los vampiros los que vayan primero. La bruja podrá proteger al grupo de en medio —añade, apoyando la idea de la mujer morena (Riley)—, y los lobos podemos ir detrás. Parece que tendremos que cargar con unos cuantos cuerpos. —¿Cuántos lobos se encuentran presos en aquella Armería? Los suficientes como para que todos ellos sean necesarios.

—Aquellos que vayamos detrás, tendremos que cargar con ellos y protegerlos. La vanguardia tendrá que cubrirnos —y ahí entran los vampiros... y la bruja (Debra)—. Sea como fuere, tendremos que mantenernos juntos. Hay que evitar que nos dividan, o acabaremos como nuevos presos. —Y, al menos por lo que respecta a su hermana, Alice se asegurará de que no sea así.

Alice encuentra la mano de Sam y entrelaza sus dedos con los propios. —Estamos listas.

Puede que los problemas personales dificultasen el rescate, pero había que madurar y comprender que no podíamos hacer a los demás responsables de nuestros actos. Teníamos que sacar a muchos de la Armería y si un ataque basado en el sigilo no había valido, ir de frente erala única opción que nos quedaba.

Pese a mis diferencias con los vampiros era cierto que la Armería no los esperaría a ellos y quizás esa mejor opción dejar que Ágatha y Jacob atacasen de frente—. Ninguno de los apresados se espera un rescate Riley. No al menos tan pronto —le dije con una sonrisa amable—. Estoy de acuerdo, distribuirnos, y dejar que ellos vayan primero es la mejor opción —dije refiriéndome a los vampiros.

No era agradable tener que sentirme protegida por la raza que mas odiábamos pero allí no era alfa de mi manada, era una simple atacante más y como tal debía acatar lo que el grupo en su totalidad decidiese. Y pensándolo con la mente fría esa era la mejor opción en realidad. Además yo misma había conocido a Jacob y al final no nos habíamos acabado matando.

— Magnus ira conmigo —apunté mirando a mi hijo ya que previamente el había querido venir conmigo—. Iremos delante del grupo de los lobos protegeremos a la bruja si algo sale mal —añadí, puesto que no iba a quedarme esperando a que me atacasen. Si no podíamos ir delante, al menos atacaríamos los primeros. No había podido proteger a nadie la última vez.

Esta vez no pasaría lo mismo.

Riley, quién no dejó de mirar a Debra, la sonrió con su receta propia de cariño y dulzura. Aparentaba ser muy joven, pero al igual que Ágatha, no podía, ni quería juzgarla por su edad, o ni siquiera fiarse de la que aparentaba. Aunque fuera una bruja, y al igual que ella, alguien que podía morir perfectamente de un balazo en el lugar menos apropiado, podía atacar de lejos, y seguramente, noquearlos antes de que siquiera pudieran sacar arma alguna. Pronto desviaría su mirada hacia Sigrid. Antes de responderle, asintió firme, varias veces, con la cabeza. – No se lo esperan, pero cuanto menos tiempo pasen en ese lugar, mucho mejor. – Quizás ella fuera una de las pocas personas que miraban más allá de la raza que poseía cada uno. Sinceramente, le daba igual que alguien fuera vampiro, brujo, o cazador. Lo que importaba realmente eran las intenciones, y por supuesto, cómo era esa persona.

Su mirada volvió a desviarse  hacia una de las lobas del lugar, Alice, quién estableció un resumen e hiló las diferentes posiciones. – Me parece bien. No sé qué os parece a los demás… – miró a Wolfgang por unos instantes, al mismo tiempo que tensó sus manos en forma de puños. No quería pensar en la idea de… cargar con cuerpos, sino cargar con sus amigos y familiares. Porque estaban vivos… o eso se obligó a pensar para no caer en la desesperación. – Sea como sea, lo haremos todos lo mejor que podamos.

El plan ha ido tomando forma y aunque a Selene le gustaría tener a los suyos para llevarlo a cabo, iba a tener que conformarse con aquel grupo. Mejor eso que nada.—Necesitaremos un vehículo grande también.—añade la loba una vez Alice apunta que tendrán que cargar con los lobos.—Ya me encargo yo.—porque suponiendo que el plan saliese bien, no saben en qué estado pueden estar, ni si podrán moverse o no. Selene tiene su pickup, pero no es eso lo que tiene en mente.

Siempre se le ha dado bien puentear coches.

Vampiros, brujos, licántropos de diferentes manadas y con sangre de por medio trabajando juntos. ¿Qué podría salir mal?