Índice
Recuerdo del primer mensaje :
Ojo por ojo. Secuestro, por secuestro.
Desde los albores de la humanidad, el trueque, siempre resultó ser uno de los métodos más simples y eficaces a la hora de intercambiar cualquier cosa: desde un inanimado objeto, hasta… directamente, personas.
Muchos pueden pensar que se encuentra algo anticuado, pero… ¿la verdad? Es muy útil cuando alguien secuestra a la persona menos indicada.
Con @Nyra L. Valyrian , la hija del Gran Maestre de la Deutscher Orden bajo su control, el Clan Strigoi, además de @Erzsebét A. Báthory y @Miklos Pálffy se reúnen con la nombrada Orden, en pos de iniciar las negociaciones, para la liberación de la rea.
¿Qué precio estará dispuesto a pagar @Conrad B. Valyrian para rescatar a su única hija…
viva?
El lugar de reunión, se trata de un territorio… neutral. Una casona alquilada por el Clan Strigoi, ubicada en Mystic Falls.
En la sala principal, en una larga mesa dividida en dos partes: una, la derecha, dónde se sentarán los miembros de la Deutscher Orden, y la otra, la izquierda, dónde se sentará el Clan Strigoi. Encima de la misma, por supuesto, hay bebida, dispuesta en varios frascos transparentes. Claro que… su color rojizo, y olor metálico, puede que quizás… no resulte tan agradable de beber a humanos.
Al menos, los anfitriones se preocuparon de servir… comida y bebida. Acorde a sus gustos vampíricos, claro.
• En este tema no habrá orden de posteo, para evitar que se estanque, pudiendo volver a postear si al menos dos personajes ya han posteado.
• En la primera ronda, Balaur iniciara la misma, teniendo el resto un plazo de 24 horas después de la introducción del vampiro. Pasado ese tiempo, la ronda la cerrará el mismo Balaur para así dar pie a las siguientes rondas.
• En la primera ronda, tanto La Condesa como Miklos, así como los miembros del clan Strigoi, se encuentran esperando en la mesa, a que los miembros de la Orden acudan.
• IMPORTANTE: De tratarse de una trama interactiva y/o con turnos, la administración se reserva el derecho de sancionar de la manera que estime conveniente, a aquellos usuarios que, estando apuntados para participar en el tema, no posteen sin aviso en las rondas acordadas.
• Para reducir el número de interacciones y agilizar el tema, las respuestas tendrán que tener, como máximo, 250 palabras (aproximadamente 15-16 líneas en Word a Calibri 11).
• Este tema permanecerá abierto como máximo hasta el 21 DÍAS DESDE LA APERTURA, para evitar que se alargue en demasía o se vuelva tedioso.
• Se ruega subrayar con un color diferente los nombres de los personajes mencionados dentro del post, para facilitar así la lectura.
• SE RECOMIENDA ENCARECIDAMENTE el uso de la siguiente tablilla:
• En este tema, participarán los personajes que previamente se han apuntado en el subforo correspondiente.
Bloody Night
05/10 • 22 pm • GRUPAL
My revenge is just begun! I spread it over centuries, and time is on my side. Your sons that you all love are mine already; and through them you and others shall yet be mine – my creatures, to do my bidding and to be my jackals when I want to feed.
Ojo por ojo. Secuestro, por secuestro.
Desde los albores de la humanidad, el trueque, siempre resultó ser uno de los métodos más simples y eficaces a la hora de intercambiar cualquier cosa: desde un inanimado objeto, hasta… directamente, personas.
Muchos pueden pensar que se encuentra algo anticuado, pero… ¿la verdad? Es muy útil cuando alguien secuestra a la persona menos indicada.
Con @Nyra L. Valyrian , la hija del Gran Maestre de la Deutscher Orden bajo su control, el Clan Strigoi, además de @Erzsebét A. Báthory y @Miklos Pálffy se reúnen con la nombrada Orden, en pos de iniciar las negociaciones, para la liberación de la rea.
¿Qué precio estará dispuesto a pagar @Conrad B. Valyrian para rescatar a su única hija…
viva?
El lugar de reunión, se trata de un territorio… neutral. Una casona alquilada por el Clan Strigoi, ubicada en Mystic Falls.
En la sala principal, en una larga mesa dividida en dos partes: una, la derecha, dónde se sentarán los miembros de la Deutscher Orden, y la otra, la izquierda, dónde se sentará el Clan Strigoi. Encima de la misma, por supuesto, hay bebida, dispuesta en varios frascos transparentes. Claro que… su color rojizo, y olor metálico, puede que quizás… no resulte tan agradable de beber a humanos.
Al menos, los anfitriones se preocuparon de servir… comida y bebida. Acorde a sus gustos vampíricos, claro.
DATOS DE INTERÉS
• En este tema no habrá orden de posteo, para evitar que se estanque, pudiendo volver a postear si al menos dos personajes ya han posteado.
• En la primera ronda, Balaur iniciara la misma, teniendo el resto un plazo de 24 horas después de la introducción del vampiro. Pasado ese tiempo, la ronda la cerrará el mismo Balaur para así dar pie a las siguientes rondas.
• En la primera ronda, tanto La Condesa como Miklos, así como los miembros del clan Strigoi, se encuentran esperando en la mesa, a que los miembros de la Orden acudan.
• IMPORTANTE: De tratarse de una trama interactiva y/o con turnos, la administración se reserva el derecho de sancionar de la manera que estime conveniente, a aquellos usuarios que, estando apuntados para participar en el tema, no posteen sin aviso en las rondas acordadas.
• Para reducir el número de interacciones y agilizar el tema, las respuestas tendrán que tener, como máximo, 250 palabras (aproximadamente 15-16 líneas en Word a Calibri 11).
• Este tema permanecerá abierto como máximo hasta el 21 DÍAS DESDE LA APERTURA, para evitar que se alargue en demasía o se vuelva tedioso.
• Se ruega subrayar con un color diferente los nombres de los personajes mencionados dentro del post, para facilitar así la lectura.
• SE RECOMIENDA ENCARECIDAMENTE el uso de la siguiente tablilla:
- Código:
<center><div class="tablascroll"><div class="imagencita" style="background:url(IMAGEN!!! 250X145)center; background-size:cover;"></div><div class="titulo1" style="font-size:18px;">Bloody Night</div><div style="height:200px; overflow:auto;padding:5px;">POST AQUÍ!!!</div><div class="titulo3">05/10 • 10 pm • Grupal</div></div></center>
• En este tema, participarán los personajes que previamente se han apuntado en el subforo correspondiente.
A PNJ (5) y a Maegor Valyrian les gusta esta publicaciòn
Bloody Night
La respiración irregular y entrecortada de Maegor mostraba su lucha interior por dominar la violenta emoción de cierto encuentro. Tras diez años de separación, aún se percataba del conflicto que le suponía verlo. Lo odiaba.
—Querida Nyra, ¿hace cuánto tiempo que no tenemos una reunión familiar?—se inclinó y sus labios se fruncieron en una divertida sonrisa:—Estoy deseando ver el caluroso recibimiento de nuestro querido padre. Apuesto que…—chasqueó su lengua:—hoy no se agotará de repetir la palabra aberración durante toda la noche—agregó, lanzando una astuta mirada a su hermana.
Al escuchar la señal de Balaur, el fiel neófito se puso rígido. Había llegado el momento. Tomó el brazo de su hermana, con la suficiente fuerza para retenerla a su lado, y penetró en la sala. Al abrir la puerta, Maegor no prestó atención a los presentes. No obstante, supo que la entrada de Nyra causaría cierto efecto en la fisonomía de aquella sala.
Sin poder evitarlo, deslizó su único ojo por todo el lugar. Algo nuevo, extraordinario parecía flotar en el ambiente…un misterio inexorable…que cada uno debía leer o interpretar a su manera…Por parte de Maegor, tenía muy clara su impresión. Para el albino, la idea de la muerte se había abierto paso y reinaba, muda, en aquella espaciosa habitación.
Dejó a Nyra al lado de Balaur y, antes de tomar asiento, sonrió malicioso a Conrad: —Veo que los años pasan para algunos…—posó su mirada gélida sobre su padre—menos para los privilegiados—de forma tétrica, tomó una de los vasos de cristal—Por este maravilloso encuentro, papá—alzó su copa en dirección a Conrad, mostrando a su vez dos afilados colmillos y un ojo inyectado en sangre.
—Querida Nyra, ¿hace cuánto tiempo que no tenemos una reunión familiar?—se inclinó y sus labios se fruncieron en una divertida sonrisa:—Estoy deseando ver el caluroso recibimiento de nuestro querido padre. Apuesto que…—chasqueó su lengua:—hoy no se agotará de repetir la palabra aberración durante toda la noche—agregó, lanzando una astuta mirada a su hermana.
Al escuchar la señal de Balaur, el fiel neófito se puso rígido. Había llegado el momento. Tomó el brazo de su hermana, con la suficiente fuerza para retenerla a su lado, y penetró en la sala. Al abrir la puerta, Maegor no prestó atención a los presentes. No obstante, supo que la entrada de Nyra causaría cierto efecto en la fisonomía de aquella sala.
Sin poder evitarlo, deslizó su único ojo por todo el lugar. Algo nuevo, extraordinario parecía flotar en el ambiente…un misterio inexorable…que cada uno debía leer o interpretar a su manera…Por parte de Maegor, tenía muy clara su impresión. Para el albino, la idea de la muerte se había abierto paso y reinaba, muda, en aquella espaciosa habitación.
Dejó a Nyra al lado de Balaur y, antes de tomar asiento, sonrió malicioso a Conrad: —Veo que los años pasan para algunos…—posó su mirada gélida sobre su padre—menos para los privilegiados—de forma tétrica, tomó una de los vasos de cristal—Por este maravilloso encuentro, papá—alzó su copa en dirección a Conrad, mostrando a su vez dos afilados colmillos y un ojo inyectado en sangre.
05/10 • 10 pm • Grupal
A Pandemonium y a Erzsebét A. Báthory les gusta esta publicaciòn
Bloody Night
— Maegor… —Intentó razonar una vez más con su adorado hermano, pero era en vano. Algo en él se había quebrado por completo… y con justa razón. Nyra no era capaz de imaginar el infierno que este habia vivido los últimos diez años— Son nuestros aliados… Nuestro padre, Maegor —La mirada cristalina y suplicante de la fémina se poso en su hermano, pero al parecer nada ni nadie podía hacerlo cambiar de parecer…
…Ni siquiera ella.
Avanzó cuando su hermano lo hizo, siendo llevada a la fuerza por él... y cuando finalmente llegó al gran salón, fue inevitable que su mirada chocara de lleno con los miembros de la Orden... con su padre— Padre… —La joven Valyrian amago queriendo correr hacia él, pero le fue imposible debido al agarre.
Lo siento.
Con orbes empañados en lágrimas, gesticulo aquella disculpa, sabiendo que su padre podría leerle los labios. A pesar del enorme dolor que sentía, ver a Kevan, vivo… causó un gran alivio en ella, incluso esas lágrimas que se negaban a salir por orgullo, parecieron aguarse aún más al ver al cazador.
Ni siquiera se atrevió a moverse cuando Maegor la dejó allí junto a Balaur, estaba atrapada y cualquier intento por escapar, sin duda condenaría por completo a los miembros de la Orden.
…Ni siquiera ella.
Avanzó cuando su hermano lo hizo, siendo llevada a la fuerza por él... y cuando finalmente llegó al gran salón, fue inevitable que su mirada chocara de lleno con los miembros de la Orden... con su padre— Padre… —La joven Valyrian amago queriendo correr hacia él, pero le fue imposible debido al agarre.
Lo siento.
Con orbes empañados en lágrimas, gesticulo aquella disculpa, sabiendo que su padre podría leerle los labios. A pesar del enorme dolor que sentía, ver a Kevan, vivo… causó un gran alivio en ella, incluso esas lágrimas que se negaban a salir por orgullo, parecieron aguarse aún más al ver al cazador.
Ni siquiera se atrevió a moverse cuando Maegor la dejó allí junto a Balaur, estaba atrapada y cualquier intento por escapar, sin duda condenaría por completo a los miembros de la Orden.
05/10 • 10 pm • Grupal
Bloody Night
—Basta de tanta conversación —ordena a su gente. La paciencia, finita en alguien como Conrad, brilla por su ausencia especialmente ese día. ¿No es lógico? Quiere irse de allí con Nyra de su brazo lo antes posible, así tenga que acabar con todos los vampiros ahí presentes uno a uno.
No le importa nada, absolutamente nada, solo quiere a su hija de vuelta.
—No sé de qué me estás hablando —contesta al que Conrad interpreta que es Balaur y, por un momento, su apariencia le resulta excesivamente familiar. Pero no repara lo suficiente en él por la tensión del momento.
Tensión que provoca que los músculos de Conrad se aprieten y parezca que se está quedando sin aire cuando las puertas se abren, dejando ver a Maegor y a Nyra, sus dos hijos—. No puede ser —totalmente desarmado ante aquel golpe sumamente bajo, el líder de la Orden necesita de unos segundos para reponerse, a pesar de que sus comentarios le hagan daño como pequeñas estalactitas clavándose en su piel, llegando a sus órganos—. Maegor...
Murmura su nombre antes de siquiera actuar. Sus pasos ya están siendo dados cuando quiere darse cuenta y es incapaz de frenarse. Coge al que en su momento fue su hijo, sangre de su sangre, por las solapas de la camisa, apretándolo con fuerza—. ¡Insensato! ¿¡Sabes qué has hecho!? ¿¡Meter a Nyra en todo esto, a tu hermana, por culpa de una rencilla entre tú y yo!? ¡Eres una aberración, Maegor! —y no solo por haberse convertido en vampiro, que también.
Suelta a Maegor, mirando a Nyra. Le cuesta respirar, le cuesta tragar saliva. Aunque le alivia saber que está bien y con un asentimiento de cabeza le da a entender que ha entendido lo que ha querido decir, pero no puede permitirse perder más tiempo. Tiene que volver a casa con ellos, con su familia. Ya da por perdido a Maegor, no puede hacer lo mismo con Nyra.
No puede y no quiere. Pero su orgullo, a veces, es más fuerte. Y esa es una de esas veces.
—Si es así como negocias, me temo que van a ser mucho más duras de las que esperabas —obligarle a tener que aceptar las condiciones de un vampiro, así, sin más. No, no señor—. O me das a Nyra ahora mismo, o puedes despedirte de Darvolya.
Puede ser arriesgado, sí. Puede ser un error, también. Pero Balaur no es el único que tiene un as en la manga, Conrad también.
No le importa nada, absolutamente nada, solo quiere a su hija de vuelta.
—No sé de qué me estás hablando —contesta al que Conrad interpreta que es Balaur y, por un momento, su apariencia le resulta excesivamente familiar. Pero no repara lo suficiente en él por la tensión del momento.
Tensión que provoca que los músculos de Conrad se aprieten y parezca que se está quedando sin aire cuando las puertas se abren, dejando ver a Maegor y a Nyra, sus dos hijos—. No puede ser —totalmente desarmado ante aquel golpe sumamente bajo, el líder de la Orden necesita de unos segundos para reponerse, a pesar de que sus comentarios le hagan daño como pequeñas estalactitas clavándose en su piel, llegando a sus órganos—. Maegor...
Murmura su nombre antes de siquiera actuar. Sus pasos ya están siendo dados cuando quiere darse cuenta y es incapaz de frenarse. Coge al que en su momento fue su hijo, sangre de su sangre, por las solapas de la camisa, apretándolo con fuerza—. ¡Insensato! ¿¡Sabes qué has hecho!? ¿¡Meter a Nyra en todo esto, a tu hermana, por culpa de una rencilla entre tú y yo!? ¡Eres una aberración, Maegor! —y no solo por haberse convertido en vampiro, que también.
Suelta a Maegor, mirando a Nyra. Le cuesta respirar, le cuesta tragar saliva. Aunque le alivia saber que está bien y con un asentimiento de cabeza le da a entender que ha entendido lo que ha querido decir, pero no puede permitirse perder más tiempo. Tiene que volver a casa con ellos, con su familia. Ya da por perdido a Maegor, no puede hacer lo mismo con Nyra.
No puede y no quiere. Pero su orgullo, a veces, es más fuerte. Y esa es una de esas veces.
—Si es así como negocias, me temo que van a ser mucho más duras de las que esperabas —obligarle a tener que aceptar las condiciones de un vampiro, así, sin más. No, no señor—. O me das a Nyra ahora mismo, o puedes despedirte de Darvolya.
Puede ser arriesgado, sí. Puede ser un error, también. Pero Balaur no es el único que tiene un as en la manga, Conrad también.
05/10 • 10 pm • Grupal
Bloody Night
La tensión se palpa y también se masca la tragedia. Una tragedia que solo ha podido esconderse bajo la alfombra durante algún tiempo. Un tiempo escaso. Conrad tendría que haber sido mucho más listo.
La reacción de Jorah casi es imperceptible. Maegor, astuto al mismo tiempo que descarado, y Nyra, la única alma inocente en mitad de todo el asunto y la que peor lo lleva. El mayor daño colateral de toda esta historia y la única que consigue despertar cierta pena y compasión en Jorah; tal vez hablaría con ella después.
—Maegor —llama al joven —que se ha encargado de tener bajo su ala y su cargo desde que entró en los Strigoi— para que se acerque a él—. Maegor Valyrian, aquí —su voz es firme y autoritaria, y no desiste en su insistencia para que acabe a su lado. Las provocaciones a su padre las entiende y comparte pero no hay que ser imprudentes—. Recuerda que está tu hermana aquí, Maegor.
Su mirada se dirige a Conrad nuevamente, alzando una ceja hasta sorprendido por su valentía o bien, por su estupidez. Los humanos pueden ser realmente patéticos.
—No creo que estés en posición de elegir ahora mismo, Conrad. Piensa bien tus movimientos si no quieres salir mal parado —pero a opinión de Jorah, parece que es lo que más ansía.
La reacción de Jorah casi es imperceptible. Maegor, astuto al mismo tiempo que descarado, y Nyra, la única alma inocente en mitad de todo el asunto y la que peor lo lleva. El mayor daño colateral de toda esta historia y la única que consigue despertar cierta pena y compasión en Jorah; tal vez hablaría con ella después.
—Maegor —llama al joven —que se ha encargado de tener bajo su ala y su cargo desde que entró en los Strigoi— para que se acerque a él—. Maegor Valyrian, aquí —su voz es firme y autoritaria, y no desiste en su insistencia para que acabe a su lado. Las provocaciones a su padre las entiende y comparte pero no hay que ser imprudentes—. Recuerda que está tu hermana aquí, Maegor.
Su mirada se dirige a Conrad nuevamente, alzando una ceja hasta sorprendido por su valentía o bien, por su estupidez. Los humanos pueden ser realmente patéticos.
—No creo que estés en posición de elegir ahora mismo, Conrad. Piensa bien tus movimientos si no quieres salir mal parado —pero a opinión de Jorah, parece que es lo que más ansía.
05/10 • 10 pm • Grupal
Bloody Night
—¡Te dije que sería una buena idea tenerlos de aliados! —buena comida, buena bebida y mejor compañía. Miklos no ha perdido el tiempo y ya se ha fijado en algunas señoritas, como Marishka. Incluso le ha guiñado un ojo a ver si así le hace caso, pero nada, que no hay manera.
¿Preferirá estar con el cara peludo de su lado? Puede ser, sobre gustos no hay nada escrito. Un ménage à trois también lo acepta.
—¡Wow! ¡Se pone interesante! ¡Maegor el Tuerto es tu hijo! Vaya, vaya. ¿Qué más tienes escondido, Conrad? —mueve las cejas dirigiéndose al líder, encogiéndose de hombros. De lejos es el más ruidoso de todos los presentes, y puede que el que más señales de loco da. Pero no le importa.
De hecho está excesivamente entretenido con aquella dichosa reunión, hasta que nombran a Darvolya.
Como la toque un pelo le arranca la piel y le echa limón y sal a las heridas para que escueza, porque a veces quitarle el corazón a alguien no es suficiente.
Pero bueno, ¿Quién ha dicho que las reuniones familiares no pueden ser divertidas?
¿Preferirá estar con el cara peludo de su lado? Puede ser, sobre gustos no hay nada escrito. Un ménage à trois también lo acepta.
—¡Wow! ¡Se pone interesante! ¡Maegor el Tuerto es tu hijo! Vaya, vaya. ¿Qué más tienes escondido, Conrad? —mueve las cejas dirigiéndose al líder, encogiéndose de hombros. De lejos es el más ruidoso de todos los presentes, y puede que el que más señales de loco da. Pero no le importa.
De hecho está excesivamente entretenido con aquella dichosa reunión, hasta que nombran a Darvolya.
Como la toque un pelo le arranca la piel y le echa limón y sal a las heridas para que escueza, porque a veces quitarle el corazón a alguien no es suficiente.
Pero bueno, ¿Quién ha dicho que las reuniones familiares no pueden ser divertidas?
05/10 • 10 pm • Grupal
DON'T WORRY - IT CAN GET A LOT MORE TERRIBLE
A Erzsebét A. Báthory y a Maegor Valyrian les gusta esta publicaciòn
Bloody Night
Se volvió, solo para pasar las uñas por el brazo expuesto de Pollux, una advertencia clara a aquel comentario tan molesto. Una sola palabra y el tono fue suficiente para irritar a la vampiresa.—Ten cuidado con la condescendencia, Pollux.
Una advertencia sutil, acompañada de sus uñas, antes de girarse, prestando atención de nuevo a los acontecimientos. Por supuesto, se fijó en el guiño descarado de Miklos. Aunque alzó una ceja en respuesta, convino en que no era el momento, porque era la gran entrada orquestada por Balaur.
Una sonrisa burlona tiró de las comisuras de sus labios, extasiada con aquel arranque de rabia, fruto de la sorpresa. Y la ingenuidad del otro hombre al creer que tenía la mano ganadora. Marishka seguía algo molesta por la importancia que había cobrado aquella humana en... todo. Y se preguntaba si, después de aquello, Balaur le dejaría, finalmente, jugar con ella.
—Y cuándo lo hagas... ¿con qué exactamente piensas negociar para que te devolvamos a tu pequeño tesoro? ¿qué garantía vas a usar para que no decidamos servir su sangre en estas copas, la próxima vez?—Incluso ladeó un poco la cabeza cuando respondió a Conrad, apoyando lo que Jorah y había dicho.—O a lo mejor es que no te importa ninguno de tus hijos, eso es otra opción.
A ella ni siquiera le parecía mal. Sus hijos, al menos uno de ellos, habían resultado ser un lastre. A veces pasaba. Esas moderneces de quererlos tal y como eran... Pues eran eso, tonterías modernas. Si eran unos pazguatos, lo eran y punto.
Una advertencia sutil, acompañada de sus uñas, antes de girarse, prestando atención de nuevo a los acontecimientos. Por supuesto, se fijó en el guiño descarado de Miklos. Aunque alzó una ceja en respuesta, convino en que no era el momento, porque era la gran entrada orquestada por Balaur.
Una sonrisa burlona tiró de las comisuras de sus labios, extasiada con aquel arranque de rabia, fruto de la sorpresa. Y la ingenuidad del otro hombre al creer que tenía la mano ganadora. Marishka seguía algo molesta por la importancia que había cobrado aquella humana en... todo. Y se preguntaba si, después de aquello, Balaur le dejaría, finalmente, jugar con ella.
—Y cuándo lo hagas... ¿con qué exactamente piensas negociar para que te devolvamos a tu pequeño tesoro? ¿qué garantía vas a usar para que no decidamos servir su sangre en estas copas, la próxima vez?—Incluso ladeó un poco la cabeza cuando respondió a Conrad, apoyando lo que Jorah y había dicho.—O a lo mejor es que no te importa ninguno de tus hijos, eso es otra opción.
A ella ni siquiera le parecía mal. Sus hijos, al menos uno de ellos, habían resultado ser un lastre. A veces pasaba. Esas moderneces de quererlos tal y como eran... Pues eran eso, tonterías modernas. Si eran unos pazguatos, lo eran y punto.
05/10 • 10 pm • Grupal
Bloody Night
La irlandesa no pudo evitar sonreír con cierto deje cómplice al comentario de Zara. La cazadora era impulsiva e impredecible, pero sumamente capaz, podía confiar en que la rubia cumpliría esas palabras.
Sin embargo, era Laena la que había tomado la decisión de protegerlos ella misma, no con habilidades físicas… sino mágicas. Lamentablemente, toda complicidad, quedó en un segundo plano cuando llegaron al salón. Todos y cada uno de los enemigos, despertaba en ella cierto sentimiento de desprecio, enfado, rechazo...
Todos se veían tan relajados… siniestros.
…Inhumanos.
Lo peor fue cuando un muchacho albino (Maegor) ingresó al lugar con la hija de Conrad…
…Un muchacho que terminó siendo también hijo del líder. Laena observó toda la escena con incredulidad, confusión y desconcierto. Cuando Conrad se lanzó a por Maegor, la joven bruja casi por instinto tras oír a Kevan, alargó una de las manos sujetando al cazador de uno de los brazos— Kevan —Advirtió al hombre. Laena tenía el presentimiento que si no lo detenía, sin duda este se lanzaría como una locomotora sin control, arrollando todo a su paso.
Con la otra mano, mantenía firmemente agarrada la estela. Cautelosa, prefirió pasar inadvertida, para poder atacar de manera sorpresiva con magia de ser necesario.
05/10 • 10 pm • Grupal
Bloody Night
Una entrada demasiado dramática para el gusto de Pollux, mucho más osco, él se habría limitado a atravesar la puerta y punto. Un espectáculo tras otro, un descubrimiento tras otro y, por supuesto, el ambiente no paró de caldearse. Como Jorah, Pollux, estaba más apegado a no pecar de excesivo ego y tampoco provocar. Si bien parecían ser los únicos que querían ir directos al grano sin tanta parafernalia.
— Jugad todo lo que queráis. —Se rindió al fin.
A pesar de las pocas gotas de sangre que su mujer levantó, Pollux no se apartó. Tan solo pasó el pulgar por su mejilla de camino a coger la copa sobre la mesa. Un trago y se la tendió. Daba igual cuanto jugasen, al final, él estaría ahí para protegerles. A su clan y a sus aliados de momento. La Condesa parecía el tipo de mujer peligrosa que podría gustarle, si bien provocar la ira de su mujer solo traería problemas para el clan y para su propia esposa.
El otro hombre, parecía más ruidoso. Del tipo con el que disfrutaría unas copas en un bar mucho más tranquilo que toda aquella fiesta.
— Jugad todo lo que queráis. —Se rindió al fin.
A pesar de las pocas gotas de sangre que su mujer levantó, Pollux no se apartó. Tan solo pasó el pulgar por su mejilla de camino a coger la copa sobre la mesa. Un trago y se la tendió. Daba igual cuanto jugasen, al final, él estaría ahí para protegerles. A su clan y a sus aliados de momento. La Condesa parecía el tipo de mujer peligrosa que podría gustarle, si bien provocar la ira de su mujer solo traería problemas para el clan y para su propia esposa.
El otro hombre, parecía más ruidoso. Del tipo con el que disfrutaría unas copas en un bar mucho más tranquilo que toda aquella fiesta.
05/10 • 10 pm • Grupal
Bloody Night
La efusividad con la que a veces el exorcista del grupo encaraba la situación, chocaba de lleno con la seriedad que Baelon demostraba en momentos complicados. El cazador ladeo apenas la cabeza, observando a Cregan por el rabillo del ojo: Si, era una mirada de advertencia para que guardara silencio.
La hostilidad y siniestra peligrosidad se palpaba en el aire ni bien arribaron al salón. Atento, desplazó la mirada por cada uno de los enemigos, tratando de predecir los posibles movimientos, pero lo que jamás imaginó, fue aquel golpe lo bastante cruel y rastrero directo a Conrad.
Baleon llevaba poco menos de diez años como Maestre, tras la sucesión cuando reemplazó a su padre, tras la muerte de este último, pero recordaba a Maegor de sus épocas como aprendices dentro de la Orden.— ¿Maegor? —Confuso, observó al primogénito Valyrian.
Aquello lo llevó a reaccionar tarde, cuando lo noto, Conrad ya se había lanzado a por Maegor, por lo que Baleon, apresuró el paso para ir hasta el líder de la Orden, para tomarlo por uno de los brazos con respeto y firmeza, como si buscara ser un ancla en un temperamental mar de emociones.— Gran maestre, no… —Se inclinó, susurrando apenas por sobre el hombro de Conrad.
Se irguió, tomando palabra— Fueron ustedes quien atentaron contra nosotros, asesinando sin compasión a… —Fugaz, observó a Maegor— …El hijo y mujer del gran maestre… Y la joven Valyrian, esa noche solo se ha salvado gracias a la rápida reacción de uno de nuestros guardianes —Tratar de razonar con aberraciones despiadadas, era imposible, aun así — …Ustedes han iniciado esta guerra. —
La hostilidad y siniestra peligrosidad se palpaba en el aire ni bien arribaron al salón. Atento, desplazó la mirada por cada uno de los enemigos, tratando de predecir los posibles movimientos, pero lo que jamás imaginó, fue aquel golpe lo bastante cruel y rastrero directo a Conrad.
Baleon llevaba poco menos de diez años como Maestre, tras la sucesión cuando reemplazó a su padre, tras la muerte de este último, pero recordaba a Maegor de sus épocas como aprendices dentro de la Orden.— ¿Maegor? —Confuso, observó al primogénito Valyrian.
Aquello lo llevó a reaccionar tarde, cuando lo noto, Conrad ya se había lanzado a por Maegor, por lo que Baleon, apresuró el paso para ir hasta el líder de la Orden, para tomarlo por uno de los brazos con respeto y firmeza, como si buscara ser un ancla en un temperamental mar de emociones.— Gran maestre, no… —Se inclinó, susurrando apenas por sobre el hombro de Conrad.
Se irguió, tomando palabra— Fueron ustedes quien atentaron contra nosotros, asesinando sin compasión a… —Fugaz, observó a Maegor— …El hijo y mujer del gran maestre… Y la joven Valyrian, esa noche solo se ha salvado gracias a la rápida reacción de uno de nuestros guardianes —Tratar de razonar con aberraciones despiadadas, era imposible, aun así — …Ustedes han iniciado esta guerra. —
05/10 • 10 pm • Grupal
A Lev A. Voigt y a Tyler R. Lockwood les gusta esta publicaciòn
Bloody Night
Sí. Si no se lanzó directamente contra Miklos, fruto de un increíble autocontrol, sí que perdió por completo la razón, en cuanto vio aparecer la figura de Nyra... junto con el supuesto hijo… fallecido de Conrad, y convertido en una auténtica aberración.
Y no necesariamente por su naturaleza vampírica, sino por traicionar a su propia familia, sangre de su sangre, y venderse al enemigo. Vender a su propia hermana.
Su cuerpo se inclinó hacia delante, dispuesto a apartar a todos los vampiros de su camino, para tomar a Nyra, y llevarla junto con su padre. En su cegada y arrepentida mente —que no cesaba de culparse por el imperdonable fallo cometido— simplemente no recapacitó, dejándose llevar por los instintos de protección hacia quién consideraba, incluso su propia hermana.
La misma que nunca tuvo.
Sin embargo… algo, o más bien, alguien —un ángel de la guarda— evitó que cometiera tal suicidio.
Interrogante y confuso, lentamente arrastró su mirar hacia un lado, reposando sus orbes sobre la delicada mano que le aferraba del brazo. Ascendió, siguiendo el camino de la extremidad que le impedía avanzar… hasta detenerse en su rostro; la calma faz de Laena.
Arrepentido, frunció los labios, en lo que asintió repetidas veces con su cabeza. Disimuladamente, reposó su mano encima del dorso ajeno, el mismo que le retenía. — Gracias… — susurró. Una vez más, aquella bruja… consiguió salvarle la vida.
Muy a su pesar, ellos se encontraban en una clara desventaja. Y no sólo física.
Kevan, pretendió observar directamente a Nyra, pero la vergüenza por haberle fallado, evitó que la mantuviera por más de unos simples segundos. — La queremos con vida, Gran Maestre… sé que… todo esto ha sido mi culpa…pero debemos rescatarla. Luego, podremos… — decapitar, a todos y cada uno de los chupasangres.
Y no necesariamente por su naturaleza vampírica, sino por traicionar a su propia familia, sangre de su sangre, y venderse al enemigo. Vender a su propia hermana.
Su cuerpo se inclinó hacia delante, dispuesto a apartar a todos los vampiros de su camino, para tomar a Nyra, y llevarla junto con su padre. En su cegada y arrepentida mente —que no cesaba de culparse por el imperdonable fallo cometido— simplemente no recapacitó, dejándose llevar por los instintos de protección hacia quién consideraba, incluso su propia hermana.
La misma que nunca tuvo.
Sin embargo… algo, o más bien, alguien —un ángel de la guarda— evitó que cometiera tal suicidio.
Interrogante y confuso, lentamente arrastró su mirar hacia un lado, reposando sus orbes sobre la delicada mano que le aferraba del brazo. Ascendió, siguiendo el camino de la extremidad que le impedía avanzar… hasta detenerse en su rostro; la calma faz de Laena.
Arrepentido, frunció los labios, en lo que asintió repetidas veces con su cabeza. Disimuladamente, reposó su mano encima del dorso ajeno, el mismo que le retenía. — Gracias… — susurró. Una vez más, aquella bruja… consiguió salvarle la vida.
Muy a su pesar, ellos se encontraban en una clara desventaja. Y no sólo física.
Kevan, pretendió observar directamente a Nyra, pero la vergüenza por haberle fallado, evitó que la mantuviera por más de unos simples segundos. — La queremos con vida, Gran Maestre… sé que… todo esto ha sido mi culpa…pero debemos rescatarla. Luego, podremos… — decapitar, a todos y cada uno de los chupasangres.
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Bloody Night
«¿Y cuándo va a empezar la parte divertida?»
Erzsebét no puede evitar dejar escapar una hilarante carcajada ante las palabras de Marishka, la mujer de Pollux. Aquel no duda en llamarlas la atención, iniciando un breve desafío entre marido y mujer. Báthory, por su parte, le resta importancia. — Vamos, Auditore. Los aguafiestas están al otro lado de la mesa. —Le anima, justo antes de que Pollux, complaciente, las deje hacer. Erzsebét alza su copa y le da un trago al elixir carmesí mientras contempla cómo se desarrolla la reunión. La tensión es tan palpable, que bien podría haberse cortado con un cuchillo.
Pero la mejor parte del complicado encuentro apenas acaba de comenzar.
«...hoy, todos tus pecados, todos tus secretos, serán expuestos, y créeme… esta purgación… te ayudará a aceptar los términos de la negociación.»
El acceso a la sala por parte de Maegor Valyrian deja al descubierto el as en la manga que Balaur ha tenido en mano todo este tiempo. — Soberbio. —Le felicita, sorprendida.— Y muy bien jugado. —Conrad Valyrian ha perdido toda opción de negociar... o casi toda opción. Con cautela, Erzsebét se levanta de su asiento, aunque no se mueve del mismo.— Controla tu lengua, Valyrian. —Le advierte.— O me aseguraré personalmente de que tu hija sea el suministro a nuestras próximas copas. —Sobra decir que Nyra Valyrian es la prisionera de Balaur, y poco tendría que opinar en tanto a su seguridad o supervivencia.
Pero claro: Conrad no tendría por qué saberlo.
— Esta guerra ridícula acaba aquí. Has perdido. —Sentencia, apoyando las palmas de sendas manos sobre la mesa. Ahora, cada miembro de la Orden Deutscher puede tenerlo claro.— ¿Entregarás a Darvolya? ¿O te atendrás las consecuencias de tus decisiones? —Decisiones que, por supuesto... incumbirán a la rehén.
La mirada de Erzsebét se desvía buscando la de Balaur. El vampiro sabe que no responderá de sus actos si Darvolya se convierte en el daño colateral. Todos quieren lo mismo: recuperar a un ser querido.
Pero aquella cena está a punto de estallar, y sólo hace falta alguien capaz de arriesgarse a prender la mecha.
Erzsebét no puede evitar dejar escapar una hilarante carcajada ante las palabras de Marishka, la mujer de Pollux. Aquel no duda en llamarlas la atención, iniciando un breve desafío entre marido y mujer. Báthory, por su parte, le resta importancia. — Vamos, Auditore. Los aguafiestas están al otro lado de la mesa. —Le anima, justo antes de que Pollux, complaciente, las deje hacer. Erzsebét alza su copa y le da un trago al elixir carmesí mientras contempla cómo se desarrolla la reunión. La tensión es tan palpable, que bien podría haberse cortado con un cuchillo.
Pero la mejor parte del complicado encuentro apenas acaba de comenzar.
«...hoy, todos tus pecados, todos tus secretos, serán expuestos, y créeme… esta purgación… te ayudará a aceptar los términos de la negociación.»
El acceso a la sala por parte de Maegor Valyrian deja al descubierto el as en la manga que Balaur ha tenido en mano todo este tiempo. — Soberbio. —Le felicita, sorprendida.— Y muy bien jugado. —Conrad Valyrian ha perdido toda opción de negociar... o casi toda opción. Con cautela, Erzsebét se levanta de su asiento, aunque no se mueve del mismo.— Controla tu lengua, Valyrian. —Le advierte.— O me aseguraré personalmente de que tu hija sea el suministro a nuestras próximas copas. —Sobra decir que Nyra Valyrian es la prisionera de Balaur, y poco tendría que opinar en tanto a su seguridad o supervivencia.
Pero claro: Conrad no tendría por qué saberlo.
— Esta guerra ridícula acaba aquí. Has perdido. —Sentencia, apoyando las palmas de sendas manos sobre la mesa. Ahora, cada miembro de la Orden Deutscher puede tenerlo claro.— ¿Entregarás a Darvolya? ¿O te atendrás las consecuencias de tus decisiones? —Decisiones que, por supuesto... incumbirán a la rehén.
La mirada de Erzsebét se desvía buscando la de Balaur. El vampiro sabe que no responderá de sus actos si Darvolya se convierte en el daño colateral. Todos quieren lo mismo: recuperar a un ser querido.
Pero aquella cena está a punto de estallar, y sólo hace falta alguien capaz de arriesgarse a prender la mecha.
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Bloody Night
Bueno. Lo esencial, para Cregan, era salir de allí con vida, aunque cada vez que hablaba, sus probabilidades para hacerlo, se reducían… considerablemente. Y no. Nada tenía que ver su temor con el hecho de… hallarse rodeado de vampiros. De hecho, cada vez veía más cercana la posibilidad de ser asesinado por alguien de la propia Orden. Alguien cuyo nombre iniciaba con la B, y finalizaba con -aelon.
La mirada que le dedicó, se clavó directamente en su alma —si es que alguien como él la poseía— heló su cuerpo, y… milagrosamente, consiguió que cerrara la boca. Al menos, por el momento. — Ya… aún así, pienso ponerme detrás de ti… ya sabes, por… cuestiones lógicas de seguridad y… sí, ya me callo. — Como perro exorcista obediente, retiró su mirada hacia un lado, cruzó ambas manos por delante de su cintura, y…
…desgraciadamente, volvió a hablar. Pero no porque él lo deseara, sino… directamente, por culpa de una situación que se convirtió en una verdadera… telenovela.
— Diría que… estoy sorprendido, pero… ¡por los clavos de Cristo, Maegor! ¡Es tu hermana! — ¿De verdad no existían tratamientos de belleza suficientes, como para terminar eligiendo la inmortalidad, y convertirse en un monstruo? Cregan arrugó la nariz, pellizcándose a su vez, el puente de la misma.
Definitivamente, necesitaba una buena copa de alcohol para digerir bien… todo lo que estaba aconteciendo…
…además de calmar un palpitante dolor en su cabeza, fruto de la incesante necesidad del exorcista, para conseguir salir de allí con vida, y con Nyra de una pieza.
— De hecho… — alzó su diestra —, con el riesgo de ganarme, seguramente una buena degradación, con todo mi respeto… — intercambió miradas entre Baelon, y Conrad. — Lo más lógico, es… intentar negociar. El resto, sólo son provocaciones para distraernos… que nos alteremos, y así ellos tener la excusa perfecta para… matarnos. En serio, hacedme caso, soy el rey de las provocaciones… y os puedo asegurar, funcionan muy bien.
La mirada que le dedicó, se clavó directamente en su alma —si es que alguien como él la poseía— heló su cuerpo, y… milagrosamente, consiguió que cerrara la boca. Al menos, por el momento. — Ya… aún así, pienso ponerme detrás de ti… ya sabes, por… cuestiones lógicas de seguridad y… sí, ya me callo. — Como perro exorcista obediente, retiró su mirada hacia un lado, cruzó ambas manos por delante de su cintura, y…
…desgraciadamente, volvió a hablar. Pero no porque él lo deseara, sino… directamente, por culpa de una situación que se convirtió en una verdadera… telenovela.
— Diría que… estoy sorprendido, pero… ¡por los clavos de Cristo, Maegor! ¡Es tu hermana! — ¿De verdad no existían tratamientos de belleza suficientes, como para terminar eligiendo la inmortalidad, y convertirse en un monstruo? Cregan arrugó la nariz, pellizcándose a su vez, el puente de la misma.
Definitivamente, necesitaba una buena copa de alcohol para digerir bien… todo lo que estaba aconteciendo…
…además de calmar un palpitante dolor en su cabeza, fruto de la incesante necesidad del exorcista, para conseguir salir de allí con vida, y con Nyra de una pieza.
— De hecho… — alzó su diestra —, con el riesgo de ganarme, seguramente una buena degradación, con todo mi respeto… — intercambió miradas entre Baelon, y Conrad. — Lo más lógico, es… intentar negociar. El resto, sólo son provocaciones para distraernos… que nos alteremos, y así ellos tener la excusa perfecta para… matarnos. En serio, hacedme caso, soy el rey de las provocaciones… y os puedo asegurar, funcionan muy bien.
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Bloody Night
Ella. La combinación de la perfección y sencillez, picardía junto con inocencia… inteligencia, y una belleza tan celestial, que dolía, cegaba sus orbes, obligándolos a cerrarlos…
…a sumirse en imágenes de un pasado, que jamás creyó volver a revivir…
…a retomar…
…a aferrarse desesperado…
…a vociferar, culpar, mirar a la cara de un cruel destino y preguntarle…
¿Por qué “Ella” no me recuerda? ¿Por qué cada vez que mis dedos rozan su piel, me transportan hacia el doloroso y último recuerdo de su mirada perdida en la frialdad de la muerte?
Balaur entreabrió los labios, permitiendo que un disimulado suspiro escapara de ellos. Sus ojos, deseando torturar al cruel dueño, recorrieron con una frialdad empañada en una acallada añoranza, la figura de Nyra. Ansiaba poseerla, deseaba que todos los allí presentes se largaran para poder explicárselo… todo. Pero, una vez más, la vida decidió ofrecerle una imagen retorcida, cruel, y desalmada de sí mismo.
Una que eligió para mantener las apariencias, para asegurarse, vencer definitivamente el obstáculo de la Orden.
Para, aplastar como simples gusanos, cualquier enemigo que se interponga entre él, y el cumplimiento de sus ambiciones.
El gran actor, Balaur, tomó posesivamente del hombro a Nyra, aferrándola, atrayéndola hacia él, al mismo tiempo que susurró… peligroso, pero atractivamente aterciopelado: — Buena chica.
El tacto, el agarre hacia la joven se fortaleció, incluso el mismo Balaur se adelantó ligeramente, protegiendo a Nyra en cuanto Conrad se acercó peligrosamente hacia Maegor, el supuesto traidor de la Orden.
Una vez más, alardeando de una calma, pero palabras y acciones extremadamente contundentes, Balaur, sin soltar a Nyra del hombro. — Conrad. — Autoritario y depredador, nombró al líder contrario. — Es simple. Olvidaré que has tocado a uno de los miembros de mi clan, y no haré que tu cabeza caiga al suelo, desprendida de tu cuerpo, pero a cambio… admite ante los miembros de la Orden, quién fue aquel que renegó de su hijo por ser un vampiro, y ansió tanto matarlo, que le desprendió un ojo. — Una humillación sublime, aunque aún no había terminado. — Nosotros… sólo le dimos un cobijo, un lugar al que pertenecer, sin ser considerado una aberración. Sin que su propia familia, atente contra él. Bueno, lo que le queda de ella. Para vuestra información, no fuimos nosotros quienes os masacramos. No, al menos en este siglo. — Aunque le hubiera gustado, la verdad.
— Respecto a lo de la negociación… es sencillo, ¿no crees? Tú tienes algo nuestro, y nosotros, algo tuyo. ¿Qué te parece un intercambio? — Sonrió ladino. — Uno, que te apetecerá aceptar de agrado… — volvió su faz hacia Nyra. —Cuéntale lo que te di de beber antes de la reunión.
…a sumirse en imágenes de un pasado, que jamás creyó volver a revivir…
…a retomar…
…a aferrarse desesperado…
…a vociferar, culpar, mirar a la cara de un cruel destino y preguntarle…
¿Por qué “Ella” no me recuerda? ¿Por qué cada vez que mis dedos rozan su piel, me transportan hacia el doloroso y último recuerdo de su mirada perdida en la frialdad de la muerte?
Balaur entreabrió los labios, permitiendo que un disimulado suspiro escapara de ellos. Sus ojos, deseando torturar al cruel dueño, recorrieron con una frialdad empañada en una acallada añoranza, la figura de Nyra. Ansiaba poseerla, deseaba que todos los allí presentes se largaran para poder explicárselo… todo. Pero, una vez más, la vida decidió ofrecerle una imagen retorcida, cruel, y desalmada de sí mismo.
Una que eligió para mantener las apariencias, para asegurarse, vencer definitivamente el obstáculo de la Orden.
Para, aplastar como simples gusanos, cualquier enemigo que se interponga entre él, y el cumplimiento de sus ambiciones.
El gran actor, Balaur, tomó posesivamente del hombro a Nyra, aferrándola, atrayéndola hacia él, al mismo tiempo que susurró… peligroso, pero atractivamente aterciopelado: — Buena chica.
El tacto, el agarre hacia la joven se fortaleció, incluso el mismo Balaur se adelantó ligeramente, protegiendo a Nyra en cuanto Conrad se acercó peligrosamente hacia Maegor, el supuesto traidor de la Orden.
Una vez más, alardeando de una calma, pero palabras y acciones extremadamente contundentes, Balaur, sin soltar a Nyra del hombro. — Conrad. — Autoritario y depredador, nombró al líder contrario. — Es simple. Olvidaré que has tocado a uno de los miembros de mi clan, y no haré que tu cabeza caiga al suelo, desprendida de tu cuerpo, pero a cambio… admite ante los miembros de la Orden, quién fue aquel que renegó de su hijo por ser un vampiro, y ansió tanto matarlo, que le desprendió un ojo. — Una humillación sublime, aunque aún no había terminado. — Nosotros… sólo le dimos un cobijo, un lugar al que pertenecer, sin ser considerado una aberración. Sin que su propia familia, atente contra él. Bueno, lo que le queda de ella. Para vuestra información, no fuimos nosotros quienes os masacramos. No, al menos en este siglo. — Aunque le hubiera gustado, la verdad.
— Respecto a lo de la negociación… es sencillo, ¿no crees? Tú tienes algo nuestro, y nosotros, algo tuyo. ¿Qué te parece un intercambio? — Sonrió ladino. — Uno, que te apetecerá aceptar de agrado… — volvió su faz hacia Nyra. —Cuéntale lo que te di de beber antes de la reunión.
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Bloody Night
Oh, no existía dolor más grande para ella que ser testigo de tan desgarradora escena. Su hermano y padre enfrentados, pero no por falta de amor, sino por una maldita y triste jugada del destino, que celoso de aquella felicidad que la que la familia supo gozar en el pasado, decidió transformar esos días de dicha y unión, en tragedia, resentimiento y desprecio.— ¡Padre! —Al terror que la invadió de solo pensar que ambos pudieran llegar a herirse, la llevaron a querer avanzar hacia ellos…
…Pero le fue imposible.
El sólido agarre de Balaur, la obligó a arrastrar la mirada hasta el imponente vampiro. Tan cristalinos como confundidos, los orbes de la albina perfilaron con insistencia el perfil del líder Strigoi, como si inconscientemente, su mente intentara unir las piezas de un puzzle perdido en el tiempo. Fueron apenas unos fugaces segundos, pero para ella fue una eternidad sumergida en aquel rostro…
…Y aunque sus inquietas células parecían reconocerlo de alguna u otra manera, la mente de la joven Valyrian no cesaba de hacerle saber que ante ella, estaba el monstruo artífice de toda tragedia en su familia— No les hagas daño —Fue una exigencia con sabor a súplica.— …Por favor. —Pero apelar a la compasión o buena voluntad de seres que solo causaban caos y destrucción… era en vano.
Todo era una pesadilla, la manera en la que Balaur intentaba doblegar a Conrad, el peligro que corría la Orden allí. Nyra no tenía el valor ni siquiera de mirarlos… y no lo hizo hasta que Balaur la incitó a responder que era lo que había bebido. ¿Hasta dónde iba a llevar aquel enfermizo juego?. Con una punzada de rabia atravesada en el pecho, alzó el mentón volviendo a cruzar miradas con el vampiro…
…Pero esta vez, la mirada de la fémina reflejaba un profundo resentimiento y enfado. Tenso la mandíbula y murmuró entre dientes— No lo haré —Inquirió— …Puedes matarme si quieres. Pero no te daré esa satisfacción —Sentenció desafiante. De su boca no iba a salir lo que Balaur pretendía, no condenaría a su padre jamás.
Antes prefería morir.
…Pero le fue imposible.
El sólido agarre de Balaur, la obligó a arrastrar la mirada hasta el imponente vampiro. Tan cristalinos como confundidos, los orbes de la albina perfilaron con insistencia el perfil del líder Strigoi, como si inconscientemente, su mente intentara unir las piezas de un puzzle perdido en el tiempo. Fueron apenas unos fugaces segundos, pero para ella fue una eternidad sumergida en aquel rostro…
…Y aunque sus inquietas células parecían reconocerlo de alguna u otra manera, la mente de la joven Valyrian no cesaba de hacerle saber que ante ella, estaba el monstruo artífice de toda tragedia en su familia— No les hagas daño —Fue una exigencia con sabor a súplica.— …Por favor. —Pero apelar a la compasión o buena voluntad de seres que solo causaban caos y destrucción… era en vano.
Todo era una pesadilla, la manera en la que Balaur intentaba doblegar a Conrad, el peligro que corría la Orden allí. Nyra no tenía el valor ni siquiera de mirarlos… y no lo hizo hasta que Balaur la incitó a responder que era lo que había bebido. ¿Hasta dónde iba a llevar aquel enfermizo juego?. Con una punzada de rabia atravesada en el pecho, alzó el mentón volviendo a cruzar miradas con el vampiro…
…Pero esta vez, la mirada de la fémina reflejaba un profundo resentimiento y enfado. Tenso la mandíbula y murmuró entre dientes— No lo haré —Inquirió— …Puedes matarme si quieres. Pero no te daré esa satisfacción —Sentenció desafiante. De su boca no iba a salir lo que Balaur pretendía, no condenaría a su padre jamás.
Antes prefería morir.
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Bloody Night
Maegor salió de su momento de deliquio en el instante que se vio sometido al agarre de su padre. El vaso que sujetaba cayó de sus dedos y, lejos de reaccionar a esa virulencia, sonrió.
—Padre, no me conoces si crees que esto es por una rencilla—replicó con acritud. No hizo ademán de apartarse, sino que permitió que Conrad continuase con su zarandeo: —No vas a conseguir nada conmigo usando estos sentimentalismos...—sonrió con desdén. En el tono de su voz parecía atisbarse un amargo placer en provocar la aversión en él:—Yo en cambio me estoy deleitando en ver tu pundonor mancillado...
No obstante, la voz de Jorah, recordándole la presencia de Nyra, hizo que se separase finalmente de su padre: —Voy—asintiendo ligeramente y colocando los labios en un pálido arco, se marchó hacia el sitio que le indicaba su compañero.
En esa silente nueva posición, se limitó a escuchar a su líder Balaur...atento a cualquier movimiento de los del lado derecho.
—Padre, no me conoces si crees que esto es por una rencilla—replicó con acritud. No hizo ademán de apartarse, sino que permitió que Conrad continuase con su zarandeo: —No vas a conseguir nada conmigo usando estos sentimentalismos...—sonrió con desdén. En el tono de su voz parecía atisbarse un amargo placer en provocar la aversión en él:—Yo en cambio me estoy deleitando en ver tu pundonor mancillado...
No obstante, la voz de Jorah, recordándole la presencia de Nyra, hizo que se separase finalmente de su padre: —Voy—asintiendo ligeramente y colocando los labios en un pálido arco, se marchó hacia el sitio que le indicaba su compañero.
En esa silente nueva posición, se limitó a escuchar a su líder Balaur...atento a cualquier movimiento de los del lado derecho.
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A Erzsebét A. Báthory le gusta esta publicaciòn
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