Síndrome de estrés postraumático. Aquel fue el diagnóstico que @Elena M. Gilbert recibió en el hospital — con un poco de ayuda de sangre vampírica, por supuesto. Después de que @Damon Salvatore la acompañara hasta el lugar, @Stefan Salvatore se encargó de avisar al resto de sus amigos: @Caroline E. Forbes, @Bonnie Bennett, @Jeremy G. Gilbert e incluso la propia @Annabelle R. Zhu, cada vez más cercana al grupo. @Matthew G. Donovan, por su parte, llegaría más tarde; como camarero en el Grill, habría de colaborar con el resto de empleados a cerrar el local tras la fiesta.

Parece que todo haya sido un mal sueño. Las amenazas de Katherine Pierce, una vez más, quedaron en eso: amenazas. Elena ha salido ilesa aunque, por recomendación de los médicos, pasará la noche en el hospital. Por suerte, antes de descansar, le han concedido un rato para poder ver a sus amigos.

Qué irónico que su primera reunión tras los eventos del confinamiento, sea en aquel lugar.


• Para evitar que el tema grupal se estanque, no habrá orden de posteo, bastará con esperar a que dos personajes hayan posteado antes de volver a intervenir.

• Asimismo, para evitar que el tema se nos haga demasiado tedioso (pues sois 8 participantes), evitad las respuestas demasiado largas en vuestros post, y sobre todo, dadle prioridad de respuesta frente a otros temas.

Cuando Stefan se marchó. Cuando él dirigió aquella última mirada, Damon sintió como su corazón se resquebrajaba un poco más. Fue gracias a Alaric, a sus palabras, que el vampiro no salió en aquel momento detrás de su hermano, si no que simplemente se quedo expectante, notando que quizás había demasiada gente en el lugar. Sin embargo, Elena parecía estar cansada, y bien sabían que pronto todos deberían marcharse.

El mayor de lo Salvatore ya había dejado claro cuál era su punto de vista en referencia a dejar a Elena en la casa del Lago nuevamente, pero su palabra por norma general no tenia demasiada validez. Al menos, había personas allí que al igual que el opinaban lo mencionado, y espero que la presión terminarse siendo una solución.

Sacar a Elena del país fue algo que llamo la atención del vampiro. En el pasado, la había llevado con él a la fuerza, o más bien después de un accidente sufrido a casual de quienes los habían empezado a perseguir. Un viaje que no había durado demasiado pero quizás, solo quizás podía ser una buena idea. Pero no con él, y si no era con él, ¿con quién? ¿Con las chicas? Eso quizás les vendría bien a las tres pregunto.

— Con las vacaciones de verano, eso podría ser una buena excusa —dijo tras las palabras de Annabelle. Luego simplemente miro a Caroline y a Bonnie—. A las tres os vendría bien desconectar y salir de Mystic Fall. —Mientras él se ocupaba de recuperar a su hermano. Tras esa última aportación, Damon noto como Elena se dormía profundamente y sabiendo que se quedarían con ella, el vampiro dirigió una mirada a su amigo una vez más—. Te acompaño al parking, ya nos veremos más tarde —añadió finalmente, antes de seguirle.

Era duro encontrarme con mi hermana en estas condiciones, pero más duro era hacerlo en la situación en la que yo me encontraba.
Apenas hablaba, tenía mi mente concentrada en no perder el control y por ello simplemente me aparté para que Matt viese a su amiga y el resto debatieran que hacer con la situación actual.
En mi interior no me parecía bien que se fuera del país, prefería tenerla cerca, pero no se podía decir que no fuera buena idea. Aún así, pudiendo añadir algo a la conversación no lo hice por el simple motivo de que la propuesta estaba dada por Anna, y si había alguien a la que no quería dañar era a ella.

Me aparté un poco del grupo y me apoyé en una pared mientras jugaba con mi anillo y poco a poco sentía esa llamada de cazador y, en un momento dado, giré la vista en busca de algún arma. Por suerte, rápidamente aparté la mirada e hice fuerza para reprimir los instintos generando en mi frente una gota de sudor.
—Yo… Yo también me quedo —añadí con la mirada aún puesta en mis manos al escuchar a Matt y a Caroline —, me saldré si noto algo raro Caroline, no te preocupes. —finalicé con la mirada agachada aún.

Pero en un momento dado alcé la vista y miré a Anna, mantuve la mirada durante unos segundos y después la aparté con fuerza como si hubiese algo invisible que me estuviera obligando a mirarla. Acto seguido, solté una lagrima y me senté en el suelo.

Preferí mantenerme en silencio durante gran parte de la conversación. No estaba de acuerdo con la mayoría de opiniones. De hecho, la mía se inclinaba más hacia la de Annabelle. La última opción de ésta me había gustado, y Damon también tenía razón. Era la excusa perfecta, porque nadie sospecharía de un viaje con amigas, ¿verdad?

Cuando Elena buscó mi mano, no pude evitar sorprenderme. Sin embargo, lejos de asustarme, correspondí a su gesto con otra pequeña sonrisa en mis labios, aunque, esta vez, era sincera. Al dirigir mi mirada hacia ella vi como poco a poco, empezaba a quedarse dormida. Buena señal, sí.

Para ese entonces, Caroline llamó mi atención con su agarre. Y, cabe añadir que su serio rostro me alarmó. —¿Ocurre algo? — pregunté en primera instancia. A los pocos segundos, accedí ante su petición. —Descansa, Elena. Volvemos enseguida — susurré al soltar su mano con suavidad. —Vale, vamos a por ese café. Cuida de ella, Jeremy —. Pedí. En unos instantes, me hallaba fuera de la habitación junto a la vampiresa.

Ante el debate que se formó sobre si Elena debía esconderse o no, Anna prefirió no añadir nada más para no perturbar más a la humana. Ella ya había dado su opinión al respecto con el tema y agradecía que Damon lo viera como una excusa para que se tomaran unas vacaciones. Su mirada se posó sobre Jeremy y sintió como un nudo se hacía en su pecho. Necesitaba ir hacía él, abrazarlo y decirle que todo saldría bien. Necesitaba confortarlo más que cualquier otra cosa y no podía hacerlo por culpa de aquella marca.

Poco a poco, los presentes comenzaron a abandonar la habitación y la vampiresa se empezó a poner nerviosa ante la idea de quedarse a solas con Jeremy. Mientras fuera un cazador de la Hermandad no podía estar del todo segura a su lado y lo que menos quería era seguir torturándolo con su presencia pues sabía que él estaba viviendo una lucha interna para no acabar con su vida. Una vez que Caroline decidió abandonar la sala también, supo que ese era su momento. Quería hablar con su amiga sobre lo que estaba pasando, pero mejor si lo dejaban para otro día en una situación más tranquila — Será mejor que yo también me marche. Que descanses, Elena — se acercó a la cama a despedirse de la chica, pero parecía que ya estaba dormida.

Retrocedió para abandonar la habitación, pero su mirada se cruzó con la de Jeremy una vez más. Se mordió el labio inferior para reprimir el deseo de abrazarlo — Supongo que aun tenemos cosas que hablar… pero en esta habitación no es el lugar — si la cosa se ponía violenta prefería que no fuera en la habitación con una Elena convaleciente — Estaré fuera — quería añadir que la siguiera si quería intentarlo, quería explicarle lo que había averigüado sobre la cura y que estaba dispuesta a tomarsela si con eso podían solucionar el problema, pero una lágrima comenzó a recorrer el rostro de la vampiresa dejando un rastro húmedo por lo que salió de manera apresurada de la habitación secándose con el dorso de la mano.

Era tan frustrante no poder hacer nada por la persona que amas.

Ver que Elena estaba bien hacía que el corazón de Bonnie se tranquilizase, volviendo a latir a un ritmo normal. La presencia de Jeremy allí no la tranquilizaba tanto dados los últimos acontecimientos y la nueva condición a la que tenia que hacer frente el menor de los Gilbert. Pero cuando Stefan dejo claro que no se quedaría mas tiempo del necesario, la bruja supo que tenía que salir detrás de él para no perderle.

Además, al parecer el lugar estaba comenzando a llenarse de demasiado agente quizás. Se acercó a Elena antes de que esta cayese en un sueño profundo y tomo su mano apretando la misma conforme le daba un beso en la frente para que descansase. Su mirada, se dirigió hacia Caroline y posteriormente a Matt. Sabía que más tarde tendrían que verse. Luego se acerco a Annabelle, la “responsable” de que precisamente más tarde, o quizás al día siguiente tuviesen que reunirse.

— Creo que es importante que hables de lo que ha pasado esta noche con la cura, con todo detalle —le pidió la morena, encargándole de esta forma la tarea de acordar cuando se reunía con todo o si prefería contárselo solamente a alguien para que el mensaje fuese siendo traspasado—. Me alegro de ver que estas bien —añadió, pues sabía que por su nerviosismo no había sido fácil estar allí, donde seguramente podrían haberla matado por algo que ni siquiera sabían si era real.

Dicho esto, echo una ultima mirada al interior de la habitación, viendo a Damon y Alaric, que mantenían una conversación entre ellos. Observó a Elena mientras sonreía. Sabía que estaría bien y ella necesitaba hablar con urgencia con el vampiro que la esperaba fuera. Por eso se despidió, cogió su bolso y prometió valer al día siguiente para ayudar a Elena una vez le diesen el alta. Seguidamente, abandonó la habitación buscando a Stefan y esperado que este no se hubiese marchado.

Levanté la vista y miré a Rick, estaba preocupado por mi aunque fuese complicado identificarlo. Era completamente entendible dado mi comportamiento, no era un misterio que estaba intentado evitar mirar a cualquier vampiro después de lo que paso anoche con Anna.
—Vale Rick, pero no te preocupes —dije dedicándole una cara seria, muy cerca de ser una expresión de tristeza —, no es nada grave.

Pero entonces, con la mirada levantada para ver a Rick se desvió hacia Anna y una ola de sentimientos y pensamiento comenzó a desbordar mi mente. Las ganas de levantarme y correr hacia ella eran más grandes ahora mismo que el instinto de matarla, pero era un riesgo que no sabía si quería correr o no.
Sea como fuese, ella decidió abandonar la sala no sin antes hacer patentes las intenciones que tenia de hablar de lo ocurrido. Algo que tenia mis dudas de si iba a pasar o no.
—No sé Anna — solté cambiando el foco de mi vista al suelo y después moviéndolo hasta Bonnie en busca de alguna respuesta sin encontrar ninguna.

Dejé que Anna saliese y pasados unos segundos cerré los ojos, pensé en todo lo vivido y en lo que me estaba haciendo esto de ser cazador, busque fuerzas en donde pude y me erguí para salir tras de ella asumiendo todo el riesgo que esto supone.
—Anna, espera.

Una sombra camina con elegancia por los pasillos del hospital. Fácilmente ha esquivado a médicos y a enfermeras. Tiene un objetivo claro: la habitación de Elena Gilbert, quien ya se encuentra profundamente dormida. La sala permanece con luz tenue y, sobre todo, vacía de visitas indeseadas. La sombra, sonríe.

Es el principio del fin.

AVISO: los últimos dos post del tema serán realizadospor @Katherine S. Pierce, acompañado de la reacción de @Elena M. Gilbert.

Los guardaespaldas de Elena han cometido un error atroz: dejarla sola, a merced de los peligros de la noche. Y es que alguien como Elena, nunca estaría a salvo... ni siquiera, en un lugar público, como el hospital.

Katherine sonríe en silencio, abriendo con sigilo la puerta de la habitación de Elena. Ha logrado esquivar, sin demasiadas dificultades, al personal médico del edificio. Y menos mal que así ha sido: probablemente, más de uno se habría percatado de que Elena estaba levantada, fuera de su cama y en perfectas condiciones.

Pero Katherine ha sido lista, rápida y letal.

La vampiresa cierra la puerta tras de sí. No quisiera llamar la atención más de lo necesario. Acercándose a la cama, su sonrisa de satisfacción se ensancha. Allí está: pequeña, frágil y, sobre todo, vulnerable. La mira desde arriba durante algunos segundos... y, como si se hubiera percatado de que alguien la está observando, Elena abre los ojos poco a poco, aún dormitando.

Katherine entorna la mirada. No piensa darle tiempo de pedir socorro.

—Hola, Elena —sonríe, ladeando el rostro—. Adiós, Elena. —Y, sin darle tiempo para reaccionar, Katherine toma la cabeza de Elena entre sus dos manos, y le parte el cuello con un golpe seco.

Acto seguido, Katherine reposa la cabeza de su víctima sobre la almohada. Parece profundamente dormida. La vampiresa, satisfecha por su trabajo bien hecho, marcha nuevamente hacia la puerta. Por última vez, antes de marcharse, Pierce se vuelve hacia ella. No puede escucharla, pero no perderá la oportunidad de despedirse. —Disfruta de tu inmortalidad.

Y dicho aquello, nuevamente sin ser vista, Katherine desaparece del hospital.

Uno a uno sus amigos salieron de la habitación al encontrarse con una dormida y muy cansada Elena. Y por la hora, el resto también tenía que descansar. En un vago y fugaz pensamiento, antes de sumirse en la total inconsciencia, agradecer por la gente que la rodea. Sus amigos eran la familia que por elección había hecho. ¡Qué suerte tenía!

De un momento a otro las voces se apagan y el silencio reina en la habitación de hospital en dónde la réplica descansa. Vaya noche, al comienzo había pensado que sería muy diferente el desenlace pero no, de nuevo la vida se encarga de demostrarle a la réplica que su vida está en constante riesgo. Su mera existencia lo es mientras Klaus siguiera vivo.

Una presencia interrumpe la repentina paz en sus sueños, ¿Jeremy? Por una fracción de segundo su cerebro despierta recordándole que no estaba sola en la habitación. Abre los ojos, somnolienta y apesadumbrada por el medicamento buscando un rostro familiar pero la habitación habita en penumbra. Está sola.

Sin embargo, una figura familiar sale de las sombras y revela su identidad. La reconoce, es Katherine. Si era una pesadilla, seguramente estaría reviviendo el trauma experimentado horas antes a las afueras del Grill. Incluso en sueños la vampiresa no le da paz.

Pero parece tan real.

La escucha y el latido de su corazón pega la carrera, entreabre los labios para decir algo, incluso sus ojos se agrandan pero lo siguiente que siente es el tronar de su cuello y la vida yéndose de su frágil y mortal cuerpo. No hay nada...

Y entonces ahí está. Parada frente a su cuerpo. Mirando a la vampiresa acomodar su cuerpo inerte y perdiendo calidez con el paso de los segundos mientras ella sale como si nada de la habitación. Nadie la vio así que no estuvo ahí. Quiere gritar, pero en su actual estado nadie la escuchará. Por lo que sabe por sus amigos es que está varada en el Otro Lado.

«¿Inmortalidad?»

El pensamiento hace eco dentro de su mente, ¿o lo ha dicho en voz alta? Ha muerto con la sangre de la vampiresa y de Damon en su sistema. Si despertaba y aquello no era un sueño... Volvería como lo que más temía.

Un vampiro.

@Elena M. Gilbert ya puede realizar el registro de transformación para cambiar de color y rango. ¡Gracias a todos por participar!