Recuerdo del primer mensaje :
Bird cage
12/06
03:00 AM
Nick Vause
Warning
Este tema contiene:
- Depresión.
- Desnudos parciales.
- Sexo explícito.
Bird cage
Dejé la colilla del cigarrillo en el cenicero y lo cerré.
Quedaba poco camino para llegar a mi hogar y de momento no me habían seguido, de todas formas había dado más vueltas sólo por si acaso y luego me metí a un callejón donde apagué las luces y el motor del auto. Me apoyé en silencio en el asiento, luego bajé del auto llevando la llave conmigo, la cual usé para abrir el maletero. Allí tenía un bolso con algo de ropa, así que tomé una camisa negra y un abrigo. Luego tomé un jeans y una camiseta con el logo de una banda y un suéter. Me fui con ellas hasta el asiento del copiloto y abrí la puerta.
Me incliné por encima del menor para sacarle el cinturón de seguridad y sobre lo que llevaba de pijama, le puse la camiseta y el abrigo, en cuanto al pantalón, no iba a poder ponérselo por encima del que llevaba, así que se lo dejé nada más. Cerré la puerta de nuevo y volví a mi asiento, tiré el pantalón al asiento trasero, donde antes había arrojado mi camisa manchada de sangre y me revisé un poco en el retrovisor para ver que no estuviese tan manchado, aunque iba a necesitar una ducha al llegar de todas formas.
Salí del callejón y me metí al estacionamiento subterráneo de mi edificio. Desde ahí sería todo más fácil, especialmente porque el conserje nocturno estaba bien sobornado para hacer vista gorda a lo que viera y borrar las grabaciones si hacía falta. Tras estacionarme, le hice una seña y la cámara se movió de la posición en la que estaba y apuntó hacía un punto en el que no nos verían llegar hasta el ascensor.
Abrí la puerta del copiloto nuevamente y pasé el brazo del menor por encima de mi hombro y lo llevé caminando hacía el ascensor, había cerrado ambas puertas antes de irnos y activado la alarma, aunque me importaba bien poco si robaban ese auto, yo mismo lo había hecho a una victima hace meses.
Entré al ascensor y marqué el piso cuatro, era uno que quedaba por la penúltima planta, un departamento que el resto de residentes evitaba, debido a los rumores de estar maldito, y que quienes vivían ahí acababan suicidándose. Por lo mismo me salía barato y no tenía vecinos.
Caminé por el pasillo oscuro de alfombra manchada y pestilente hasta mi puerta y abrí con la llave correspondiente. Llevé al joven hasta mi cama, donde le dejé descansar mientras yo volví a la puerta y cerraba con llave, luego me fui al baño.
Mi reflejo me devolvió la mirada, me veía mucho más saludable que cuando salí, era un aspecto agradable, ignorando las manchas que tenía aún por el cuello.
Quedaba poco camino para llegar a mi hogar y de momento no me habían seguido, de todas formas había dado más vueltas sólo por si acaso y luego me metí a un callejón donde apagué las luces y el motor del auto. Me apoyé en silencio en el asiento, luego bajé del auto llevando la llave conmigo, la cual usé para abrir el maletero. Allí tenía un bolso con algo de ropa, así que tomé una camisa negra y un abrigo. Luego tomé un jeans y una camiseta con el logo de una banda y un suéter. Me fui con ellas hasta el asiento del copiloto y abrí la puerta.
Me incliné por encima del menor para sacarle el cinturón de seguridad y sobre lo que llevaba de pijama, le puse la camiseta y el abrigo, en cuanto al pantalón, no iba a poder ponérselo por encima del que llevaba, así que se lo dejé nada más. Cerré la puerta de nuevo y volví a mi asiento, tiré el pantalón al asiento trasero, donde antes había arrojado mi camisa manchada de sangre y me revisé un poco en el retrovisor para ver que no estuviese tan manchado, aunque iba a necesitar una ducha al llegar de todas formas.
Salí del callejón y me metí al estacionamiento subterráneo de mi edificio. Desde ahí sería todo más fácil, especialmente porque el conserje nocturno estaba bien sobornado para hacer vista gorda a lo que viera y borrar las grabaciones si hacía falta. Tras estacionarme, le hice una seña y la cámara se movió de la posición en la que estaba y apuntó hacía un punto en el que no nos verían llegar hasta el ascensor.
Abrí la puerta del copiloto nuevamente y pasé el brazo del menor por encima de mi hombro y lo llevé caminando hacía el ascensor, había cerrado ambas puertas antes de irnos y activado la alarma, aunque me importaba bien poco si robaban ese auto, yo mismo lo había hecho a una victima hace meses.
Entré al ascensor y marqué el piso cuatro, era uno que quedaba por la penúltima planta, un departamento que el resto de residentes evitaba, debido a los rumores de estar maldito, y que quienes vivían ahí acababan suicidándose. Por lo mismo me salía barato y no tenía vecinos.
Caminé por el pasillo oscuro de alfombra manchada y pestilente hasta mi puerta y abrí con la llave correspondiente. Llevé al joven hasta mi cama, donde le dejé descansar mientras yo volví a la puerta y cerraba con llave, luego me fui al baño.
Mi reflejo me devolvió la mirada, me veía mucho más saludable que cuando salí, era un aspecto agradable, ignorando las manchas que tenía aún por el cuello.
12/06
03:00 AM
Nick Vause
Bird cage
No conocía a Nick demasiado, y aquella sería como mucho la tercera o cuarta noche que pasaba con él, pero si es que podía asegurar algo, era que el vampiro no sonreía demasiado. Aun así, aquella noche que había salido por un rato de fiesta, el inmortal estaba más amable que nunca, y a pesar de haber sentido que le disgustó que tratara de tocar sus rizos, esta actitud no cambió demasiado, incluso si es que estaba tardando más de la cuenta en dar el paso que él esperaba de mi parte.
Al contrario de otras veces, no sentí su broma pesada, o con la intención de burlarse, sino que a pesar de sentir vergüenza, al mismo tiempo fue como si aquello aligerara un poco el ambiente. Quizá podría haberle respondido, replicarle que no era lo mismo tratar con él sin una orden de por medio, pero ya no me sentía de tan mal humor como antes, y además, dejarme llevar por él hasta el sofá después de terminar mi copa era mucho más cómodo.
Si es que no me senté a su lado en el preciso instante en el que Nick me lo indicó, fue porque me gustaba verlo, porque era bonito y admirarlo me parecía casi tan disfrutable como tocarlo, así que me tomé unos segundos para observar como se relajaba antes de hacer lo mismo y dejar que su brazo me rodeara, al mismo tiempo que apoyaba mi cabeza y parte del cuerpo en su torso. Su ropa era fría, al igual que el resto de su cuerpo, que carecía de calidez, pero aun así, con su voz la sensación era agradable y reconfortante, y el movimiento de sus dedos en el hombro conseguía que en cierto modo me relajara un poco más.
Poco a poco fui agarrando más confianza y la valentía dejó de ser un problema a tener en cuenta. Me sentía bien, mejor de lo que había podido sentirme con cualquier otro adulto, sin temor a que una acción errónea desencadenara algún tipo de regaño o golpe. Me permitía subir un poco la camiseta de Nick y acariciar su torso y su vientre a gusto, y luego, cuando lo creí oportuno, bajé la mano con delicadeza para liberar la cerradura del pantalón y bajar la cremallera, pues eso era lo que me había dificultado un poco explorar antes. Entonces ahí pude observar bien su bulto debajo de la tela de los boxers, que era más elástica y menos opresiva, lo que me permitía poder acariciar bien la figura sobre ella, hasta que al fin me ganó la curiosidad y la retiré para poder acariciar el largo de la carne con calma, apreciando su forma tanto con el tacto como con los ojos, bajando mis dedos hasta los testículos y luego subiéndolos de nuevo. Me daba cuenta en ese instante, de que la noche anterior había sido tan frenética que apenas me había dado tiempo a detectar los detalles de la circuncisión o de su cuerpo en general. Me lo estaba tomando con calma, pero a su vez no me detenía en ningún momento.
Lentamente comencé a masturbarlo y en algún momento lo miré al rostro, solo para comprobar si seguía con los parpados cerrados o podía encontrarme con sus ojos de nuevo.
Al contrario de otras veces, no sentí su broma pesada, o con la intención de burlarse, sino que a pesar de sentir vergüenza, al mismo tiempo fue como si aquello aligerara un poco el ambiente. Quizá podría haberle respondido, replicarle que no era lo mismo tratar con él sin una orden de por medio, pero ya no me sentía de tan mal humor como antes, y además, dejarme llevar por él hasta el sofá después de terminar mi copa era mucho más cómodo.
Si es que no me senté a su lado en el preciso instante en el que Nick me lo indicó, fue porque me gustaba verlo, porque era bonito y admirarlo me parecía casi tan disfrutable como tocarlo, así que me tomé unos segundos para observar como se relajaba antes de hacer lo mismo y dejar que su brazo me rodeara, al mismo tiempo que apoyaba mi cabeza y parte del cuerpo en su torso. Su ropa era fría, al igual que el resto de su cuerpo, que carecía de calidez, pero aun así, con su voz la sensación era agradable y reconfortante, y el movimiento de sus dedos en el hombro conseguía que en cierto modo me relajara un poco más.
Poco a poco fui agarrando más confianza y la valentía dejó de ser un problema a tener en cuenta. Me sentía bien, mejor de lo que había podido sentirme con cualquier otro adulto, sin temor a que una acción errónea desencadenara algún tipo de regaño o golpe. Me permitía subir un poco la camiseta de Nick y acariciar su torso y su vientre a gusto, y luego, cuando lo creí oportuno, bajé la mano con delicadeza para liberar la cerradura del pantalón y bajar la cremallera, pues eso era lo que me había dificultado un poco explorar antes. Entonces ahí pude observar bien su bulto debajo de la tela de los boxers, que era más elástica y menos opresiva, lo que me permitía poder acariciar bien la figura sobre ella, hasta que al fin me ganó la curiosidad y la retiré para poder acariciar el largo de la carne con calma, apreciando su forma tanto con el tacto como con los ojos, bajando mis dedos hasta los testículos y luego subiéndolos de nuevo. Me daba cuenta en ese instante, de que la noche anterior había sido tan frenética que apenas me había dado tiempo a detectar los detalles de la circuncisión o de su cuerpo en general. Me lo estaba tomando con calma, pero a su vez no me detenía en ningún momento.
Lentamente comencé a masturbarlo y en algún momento lo miré al rostro, solo para comprobar si seguía con los parpados cerrados o podía encontrarme con sus ojos de nuevo.
14/06
De madrugada
Nick Vause
Bird cage
Me pareció extraño que no se acercara de inmediato y la forma en que se me quedó mirando me hizo sentir demasiado visible para lo que acostumbro. Le alcé una ceja y le iba a preguntar que pasaba, pero la forma en que me estaba mirando parecía tan absorta que capaz ni me escuchaba, así que ladeé la cabeza y apoyé un brazo sobre el respaldo del sillón, sólo esperándolo.
El momento que siguió, cuando estuvo bajo mi brazo, fue de lo más relajado, al punto que calmó la euforia que me invadía con el licor y empecé a sentir sus otros efectos, los de una modorra despierta, con los ojos pesados, pero sin intenciones de dejarme arrastrar el por sueño.
Lo dejé explorar, que satisficiese su curiosidad con toda calma mientras yo movía los labios siguiendo la letra de la canción que sonaba, pero sin sacar la voz. Para eso momento mi miembro había perdido algo de rigidez, había quedado acomodado hacía arriba, pero con menos cuerpo que lo que estuvo hace un rato. Me dejé bajar la ropa, impasible, como si fuese un ajeno a la escena ante mis ojos y al mismo tiempo un espectador de ésta. Me relamí cuando agarró con su mano y comenzó a masajear arriba-abajo y terminé arqueando el cuello hasta apoyar la cabeza atrás. La sangre volvía a circular hacía abajo, vaciando mi mente de pensamientos y focalizando las sensaciones en mi centro. Solté un jadeo grave que interrumpió la canción y apreté el hombro de Blanc suavemente.
Cuando se giró para mirarme, alcé la cabeza y lo atraje hacía mi para besarlo mientras alzaba un poco la pelvis, para que no olvidara seguir lo que hacía.
El momento que siguió, cuando estuvo bajo mi brazo, fue de lo más relajado, al punto que calmó la euforia que me invadía con el licor y empecé a sentir sus otros efectos, los de una modorra despierta, con los ojos pesados, pero sin intenciones de dejarme arrastrar el por sueño.
Lo dejé explorar, que satisficiese su curiosidad con toda calma mientras yo movía los labios siguiendo la letra de la canción que sonaba, pero sin sacar la voz. Para eso momento mi miembro había perdido algo de rigidez, había quedado acomodado hacía arriba, pero con menos cuerpo que lo que estuvo hace un rato. Me dejé bajar la ropa, impasible, como si fuese un ajeno a la escena ante mis ojos y al mismo tiempo un espectador de ésta. Me relamí cuando agarró con su mano y comenzó a masajear arriba-abajo y terminé arqueando el cuello hasta apoyar la cabeza atrás. La sangre volvía a circular hacía abajo, vaciando mi mente de pensamientos y focalizando las sensaciones en mi centro. Solté un jadeo grave que interrumpió la canción y apreté el hombro de Blanc suavemente.
Cuando se giró para mirarme, alcé la cabeza y lo atraje hacía mi para besarlo mientras alzaba un poco la pelvis, para que no olvidara seguir lo que hacía.
14/06
De madrugada
Blanc Bonnet
Bird cage
No sabía si era efecto de la copa que me había dado Nick, pero de repente, la vida parecía un videoclip de un canal que emitía contenido explícito de madrugada. Cada tacto, cada olor y cada sensación en general era embriagadora, hasta el punto de que con solo notar la dureza en mi mano y la suavidad de la piel de Nick, ya no era capaz de desviar la atención en algo más que no fuera él. Entre nosotros, además, no existía comunicación verbal en ese momento, no era realmente necesaria, la música era todo lo que necesitaba para seguir masajeándolo, marcado por el ritmo lento, y el escucharlo jadear fue todo lo que necesité para saber que eso era todo lo que estaba bien.
Que apretara mi hombro con algo más de fuerza mientras lo miraba hizo que tragara saliva, y sentir su lengua invadiéndome mientras me besaba provocó que apretara algo más mi cuerpo contra el suyo, haciéndome notar en mi entrepierna que incluso yo estaba bajo los efectos de una excitación evidente. Además, sentir como me recordaba con su pelvis que no debía descuidar lo que estaba haciendo, me hizo entregarme con más ganas en su boca mientras el movimiento de mi mano se hacía más intenso.
Apreté mi bulto en su muslo por un instante, dejando salir un pequeño jadeo por el roce que me hizo tener que separarme un segundo para tomar aire y volví a mirar a su sexo, continuando aquel vaivén sin detenerlo antes de volver a encontrarme con sus ojos de nuevo.
No era capaz de romper el delicado silencio que nos rodeaba en forma canciones que sonaban en el fondo, pero sabía que me estaba haciendo entender cuando pretendí hacerle saber que aquello, de repente, no se me hacía suficiente. Dudé un poco antes de deslizarme un poco para saber si me permitía bajar.
Que apretara mi hombro con algo más de fuerza mientras lo miraba hizo que tragara saliva, y sentir su lengua invadiéndome mientras me besaba provocó que apretara algo más mi cuerpo contra el suyo, haciéndome notar en mi entrepierna que incluso yo estaba bajo los efectos de una excitación evidente. Además, sentir como me recordaba con su pelvis que no debía descuidar lo que estaba haciendo, me hizo entregarme con más ganas en su boca mientras el movimiento de mi mano se hacía más intenso.
Apreté mi bulto en su muslo por un instante, dejando salir un pequeño jadeo por el roce que me hizo tener que separarme un segundo para tomar aire y volví a mirar a su sexo, continuando aquel vaivén sin detenerlo antes de volver a encontrarme con sus ojos de nuevo.
No era capaz de romper el delicado silencio que nos rodeaba en forma canciones que sonaban en el fondo, pero sabía que me estaba haciendo entender cuando pretendí hacerle saber que aquello, de repente, no se me hacía suficiente. Dudé un poco antes de deslizarme un poco para saber si me permitía bajar.
14/06
De madrugada
Nick Vause
Bird cage
Mantenía los ojos cerrados mientras lo besaba lento, pero, al sentir contra mi piel la evidencia de su excitación, abrí los ojos un poco para mirarlo y encontrarme de cerca con su rostro aniñado, sus mejillas sonrojadas y sus parpados traslucidos cerrados mientras se entregaba a mí. Cerré los ojos nuevamente y llevé la mano hasta su trasero, apretándolo más contra mi muslo cuando él lo hizo y agarré firme, metiendo los dedos entre sus nalgas y empujando los dedos.
Lo miré con ojos adormilados cuando se separó de mis labios y me quedé con la boca entreabierta y dejando escapar lento un jadeo grave. Me mordí el labio involuntariamente al disfrutar de la vista que se presentaba ante mí.
—No. Quédate acá.— le dije cuando empezó a deslizarse hacía abajo. Segundos antes no hubiese dudado en dejarlo atenderme y perderlo así de mi vista. Pero ahora sólo quería seguir mirando su cara de placer. Le comencé a desnudar de la cintura hacía abajo y luego llevé los dedo hasta su boca, buscando que los embadurnara con su saliva, mucho más caliente y viscosa que la mía, que además tenía la boca seca, incluso para deglutir. Me daba placer el solo hecho de verlo con mis dedos en la boca, pero no me dejé llevar por la locura de la lujuria, estaba disfrutando demasiado de cada segundo como para apurarlos, ni siquiera ante la amenaza de que llegara el día en cualquier momento.
14/06
De madrugada
Blanc Bonnet
Bird cage
Estaba perdido en él, hundiéndome en sus ojos y disfrutando del jadeo que escapaba de su boca, cuando su voz rompió esa comunicación muda que teníamos entre ambos para impedir que bajara a complacerlo de la manera en la que lo tenía previsto. Sin embargo, aunque mi mente estuviera nublada por el roce en su pierna y estuviera deseando que mi boca probara una carne más allá de la de sus labios, escucharlo decirme que me quedara donde estaba no me molestó en absoluto, sino que, por el contrario, estuve feliz de que me pidiera que me mantuviera en mi sitio.
Moví mi cuerpo ligeramente, lo justo para facilitarle la tarea de deshacerse de mi ropa, que, al ser básicamente suya, estaba algo más suelta y resultaba algo más sencilla de quitar, y con las prendas fuera, mi piel fue capaz de sentir y experimentar un poco más lo que era estar pegado a su cuerpo aún semi vestido.
Recibí sus dedos en mi boca con obediencia, humedeciéndolos y calentándolos dentro de ella, realizando con mi lengua el torpe trabajo que hubiera desempeñado de haberme permitido arrodillarme en el suelo frente a él. El movimiento de mi mano se había ralentizado inevitablemente, realizando un masaje mucho más lento y algo cuidadoso, pero, por el contrario, el vaivén que realizaba con las caderas mientras me dejaba llevar por el placer de estar contra su cuerpo se había hecho más intenso.
De vez en cuando abría mi boca un poco para jadear, tratando de recomponer un poco mi respiración y mostrándole como sus dedos podían mantenerme dócil solo permaneciendo ahí mientras sentía su tacto.
Mientras que la noche anterior había permanecido quieto y seguido sus directrices en una interacción basada en una mezcla entre la confianza y el miedo, en la velada actual, era mi parte más animal la que estaba rogando por ser domada.
Moví mi cuerpo ligeramente, lo justo para facilitarle la tarea de deshacerse de mi ropa, que, al ser básicamente suya, estaba algo más suelta y resultaba algo más sencilla de quitar, y con las prendas fuera, mi piel fue capaz de sentir y experimentar un poco más lo que era estar pegado a su cuerpo aún semi vestido.
Recibí sus dedos en mi boca con obediencia, humedeciéndolos y calentándolos dentro de ella, realizando con mi lengua el torpe trabajo que hubiera desempeñado de haberme permitido arrodillarme en el suelo frente a él. El movimiento de mi mano se había ralentizado inevitablemente, realizando un masaje mucho más lento y algo cuidadoso, pero, por el contrario, el vaivén que realizaba con las caderas mientras me dejaba llevar por el placer de estar contra su cuerpo se había hecho más intenso.
De vez en cuando abría mi boca un poco para jadear, tratando de recomponer un poco mi respiración y mostrándole como sus dedos podían mantenerme dócil solo permaneciendo ahí mientras sentía su tacto.
Mientras que la noche anterior había permanecido quieto y seguido sus directrices en una interacción basada en una mezcla entre la confianza y el miedo, en la velada actual, era mi parte más animal la que estaba rogando por ser domada.
14/06
De madrugada
Nick Vause
Bird cage
Una vez dejó mis dedos listos, los llevé entre sus nalgas y comencé a introducirlos delicadamente, mientras pasaban las uñas y una vez estas estuvieron dentro, donde no harían tanto daño, empujé un poco más, hasta poder explorar su interior con la yema de los dedos, buscando entre la carne estrecha aquella "nuez" para comenzar a acariciarla. Cerré los ojos y me eché hacía atrás, con una calma que contrastaba con la forma en que Blanc se retorcía. Sentía, incluso, el olor de su fluido preseminal que seguro iba dejando rastros en mí. Estaba disfrutando de como le hacía sentir, sin embargo, mi fuerza iba en descenso, a la vez que me sentía más pesado.
Me comenzaba a sentir aletargado, aturdido incluso. Primero pensé que se debía a la cantidad de alcohol que había bebido, luego a la excitación cautelosa, pero finalmente, cuando sentí algo en mi pie, como un mordisco, supe que el letargo se debía a la hora. Mi piel hizo un sonido cuando sentí ese leve dolor, un sonido similar al que hace un bistec que se tira en aceite caliente y retraje la pierna de inmediato.
—Calma.— le dije, calmado, acariciándole la mejilla y lo cargué sujetándolo por la espalda con una mano y con la otra, donde mismo la tenía. Caminé lento con él agarrado a mí hasta la habitación y allí le recosté en la cama y continué usando mis dedos para penetrarlo.
—No tienes idea lo bello que eres. Lo bello que te vez ruborizado de placer.— le dije lánguidamente y me dejé caer lento sobre su pecho, lo besé un par de veces mientras movía mis dedos, pero luego dejé de mover tanto la mano, como mis labios. Seguía sintiéndolo, especialmente su calor, pero las fuerzas me abandonaban, así como un poderoso sueño se apoderaba de mí.
Me comenzaba a sentir aletargado, aturdido incluso. Primero pensé que se debía a la cantidad de alcohol que había bebido, luego a la excitación cautelosa, pero finalmente, cuando sentí algo en mi pie, como un mordisco, supe que el letargo se debía a la hora. Mi piel hizo un sonido cuando sentí ese leve dolor, un sonido similar al que hace un bistec que se tira en aceite caliente y retraje la pierna de inmediato.
—Calma.— le dije, calmado, acariciándole la mejilla y lo cargué sujetándolo por la espalda con una mano y con la otra, donde mismo la tenía. Caminé lento con él agarrado a mí hasta la habitación y allí le recosté en la cama y continué usando mis dedos para penetrarlo.
—No tienes idea lo bello que eres. Lo bello que te vez ruborizado de placer.— le dije lánguidamente y me dejé caer lento sobre su pecho, lo besé un par de veces mientras movía mis dedos, pero luego dejé de mover tanto la mano, como mis labios. Seguía sintiéndolo, especialmente su calor, pero las fuerzas me abandonaban, así como un poderoso sueño se apoderaba de mí.
14/06
Amanecer
Blanc Bonnet
Bird cage
Aquella noche me sentía como alguien que se había subido por primera vez a una montaña rusa. Al inicio, me había rehusado ligeramente a colaborar, un poco por resentimiento, un poco porque no sabía a que atenerme, y luego, cuando las cosas comenzaban a subir de intensidad, entonces ya no deseaba parar. Podría bien haber sido efecto de la bebida o podría ser cosa de la esencia que el propio Nick emanaba, puede que un poco de ambas junto con la música y el resto de ambiente que se había ido creando con el paso de la noche, pero el caso es que llegados a ese punto yo ya no medía mis acciones, mucho menos el paso del tiempo. Quizá por eso no me daba cuenta hasta que punto Nick iba disminuyendo el ritmo, y guiado por el instinto que me buscaba satisfacer la necesidad de adrenalina justo antes de que todo llegara a su final, solo me retorcía y me entregaba al movimiento de sus dedos en mi recto mientras yo mismo buscaba llegar al clímax ayudándome de un poco de autosatisfacción que obtenía mediante el roce con su pierna.
Únicamente el chasquido chisporroteante y sonoramente doloroso que vino desde el suelo me hizo darme cuenta de la luz que se colaba tímida pero mortal por la ventana, recuperando escasos instantes una pequeña noción de realidad antes de que el vampiro me indicara mantenerme en calma, experimentando, aun así, una pequeña punzada de placer provocada por el sentimiento de terminar con urgencia antes de que aquello pasara a mayores.
Cerré los ojos ante el tacto de su caricia en mi mejilla y le regalé otro jadeo cuando, al llevarme de camino a la cama, sentí sus dedos hundiéndose inevitablemente en la zona donde estaban, muy a pesar del agarre con el que mantenía mi espalda. Luego, una vez sobre el colchón, la marcha se reanudó, pero lo hizo de tal manera en que lo sentí como una máquina de masaje a la que poco a poco se le habían ido agotando las pilas.
Por unos instantes, llevado por la sensación cercana al éxtasis, creí en sus palabras, sintiéndome hermoso y deseable incluso en esos momentos en los que respiraba y expulsaba aire a bocanadas y mi cuerpo transpiraba debido a la temperatura que alcanzaba. Con los parpados cerrados y la presión de sus dedos presionando sobre aquella zona sensible, lo besé sin darme cuenta de que se había detenido hasta dejarme llevar y ofrecerle unos quejidos de placer que en ningún momento llegaron a penetrar por sus oídos.
Bajo su peso, la sensación de opresión que me había ayudado a alcanzar el clímax de repente se convirtió en una cárcel, y no fue hasta sentir que había quedado atrapado en esa posición que me percaté de todo el desastre que había dejado. Después de la inyección de serotonina momentánea, la humedad y viscosidad resultante ya no se sentía tan agradable, sentirlo dentro ya no era tan cómodo, y sobretodo, quedar sepultado sin tener la fuerza necesaria para moverlo me dio la sensación de que me faltaba aire para respirar.
Intenté llamarlo, varias veces, pero por las horas que eran me di cuenta que todo esfuerzo sería en vano, y que lo único que me quedaba era esperar a que volviera a despertar con el anochecer, que en verano era más tardío, o rezar para que con suerte se moviera de su posición, algo que honestamente, no esperaba que pasara después de lo experimentado tras dormir con él un par de noches.
Con dificultad, mi único logro al final fue conseguir que salieran sus dedos de mi cavidad, pero en cuanto al resto, me fue simplemente imposible hacer más. Finalmente, solo me quedó cerrar los ojos y rendirme a la situación, producto del cansancio, y si es que era afortunado, mi sueño sería lo suficientemente pesado como para no despertar hasta que él lo hiciera. De lo contrario, solo me quedaría esperar.
Únicamente el chasquido chisporroteante y sonoramente doloroso que vino desde el suelo me hizo darme cuenta de la luz que se colaba tímida pero mortal por la ventana, recuperando escasos instantes una pequeña noción de realidad antes de que el vampiro me indicara mantenerme en calma, experimentando, aun así, una pequeña punzada de placer provocada por el sentimiento de terminar con urgencia antes de que aquello pasara a mayores.
Cerré los ojos ante el tacto de su caricia en mi mejilla y le regalé otro jadeo cuando, al llevarme de camino a la cama, sentí sus dedos hundiéndose inevitablemente en la zona donde estaban, muy a pesar del agarre con el que mantenía mi espalda. Luego, una vez sobre el colchón, la marcha se reanudó, pero lo hizo de tal manera en que lo sentí como una máquina de masaje a la que poco a poco se le habían ido agotando las pilas.
Por unos instantes, llevado por la sensación cercana al éxtasis, creí en sus palabras, sintiéndome hermoso y deseable incluso en esos momentos en los que respiraba y expulsaba aire a bocanadas y mi cuerpo transpiraba debido a la temperatura que alcanzaba. Con los parpados cerrados y la presión de sus dedos presionando sobre aquella zona sensible, lo besé sin darme cuenta de que se había detenido hasta dejarme llevar y ofrecerle unos quejidos de placer que en ningún momento llegaron a penetrar por sus oídos.
Bajo su peso, la sensación de opresión que me había ayudado a alcanzar el clímax de repente se convirtió en una cárcel, y no fue hasta sentir que había quedado atrapado en esa posición que me percaté de todo el desastre que había dejado. Después de la inyección de serotonina momentánea, la humedad y viscosidad resultante ya no se sentía tan agradable, sentirlo dentro ya no era tan cómodo, y sobretodo, quedar sepultado sin tener la fuerza necesaria para moverlo me dio la sensación de que me faltaba aire para respirar.
Intenté llamarlo, varias veces, pero por las horas que eran me di cuenta que todo esfuerzo sería en vano, y que lo único que me quedaba era esperar a que volviera a despertar con el anochecer, que en verano era más tardío, o rezar para que con suerte se moviera de su posición, algo que honestamente, no esperaba que pasara después de lo experimentado tras dormir con él un par de noches.
Con dificultad, mi único logro al final fue conseguir que salieran sus dedos de mi cavidad, pero en cuanto al resto, me fue simplemente imposible hacer más. Finalmente, solo me quedó cerrar los ojos y rendirme a la situación, producto del cansancio, y si es que era afortunado, mi sueño sería lo suficientemente pesado como para no despertar hasta que él lo hiciera. De lo contrario, solo me quedaría esperar.
14/06
De madrugada
Nick Vause
Bird cage
Cuando comenzó a atardecer pude sentir una leve conciencia, lo suficiente como para moverme en la cama y acomodarme a un costado, pasando de ser una estatua de mi mismo, fija por el rigor mortis a parecer un durmiente ordinario.
Moví los ojos bajo mis parpados y la lengua contra el paladar, sentía la boca seca, amarga, pero traté de ignorar todo eso para aferrarme al sueño, pero cuando ya no fui capaz de esto, bostecé con la boca abierta, dejando que el gesto relajara los tensos músculos de mi cara. Mi aliento era fatal a esas horas, parecía que el olor surgía directo del estómago, uno que desde hace décadas era albergue sólo de sangre y alcohol.
Abrí los ojos finalmente viendo que aún estaba más o menos luminoso. No me decidí a salir de la cama, esperaba, de nuevo, estar solo, como era la costumbre, aún no me habituaba mucho a la compañía de mi prisionero. Uno que le había dado las suficientes herramientas para escapar, pero se había quedado por la amenaza inicial, una que proferí sin pensar, realmente, en cumplirla.
Repasé la habitación con la vista, siendo cada vez más consciente de mi entorno.
Moví los ojos bajo mis parpados y la lengua contra el paladar, sentía la boca seca, amarga, pero traté de ignorar todo eso para aferrarme al sueño, pero cuando ya no fui capaz de esto, bostecé con la boca abierta, dejando que el gesto relajara los tensos músculos de mi cara. Mi aliento era fatal a esas horas, parecía que el olor surgía directo del estómago, uno que desde hace décadas era albergue sólo de sangre y alcohol.
Abrí los ojos finalmente viendo que aún estaba más o menos luminoso. No me decidí a salir de la cama, esperaba, de nuevo, estar solo, como era la costumbre, aún no me habituaba mucho a la compañía de mi prisionero. Uno que le había dado las suficientes herramientas para escapar, pero se había quedado por la amenaza inicial, una que proferí sin pensar, realmente, en cumplirla.
Repasé la habitación con la vista, siendo cada vez más consciente de mi entorno.
14/06
Atardecer.
Blanc Bonnet
Bird cage
Las horas pasaron y en algún punto desperté, abriendo los ojos al escuchar el el bostezo producido por el inmortal que tenía ahora a un lado, lo que me permitía respirar mejor, y abría la boca dejando salir su aliento como un gato que acababa de comer jurel, solo que el olor que salía de sus fauces, era uno diferente. Aun así y desde esa perspectiva, seguía siendo atractivo.
Al ver que movía algo los ojos, tosí un poco para tomar algo de aire y llamar su atención. Sentía la garganta seca.-Nick… -Lo llamé, claramente agotado a pesar de tanto dormir y con la voz algo ronca. Presioné ligeramente con las manos su torso, para hacerle saber en que punto me encontraba. -No me he podido mover desde anoche. -Murmuré, mirándolo desde cerca. -Hasta hace poco estaba aplastado. -O al menos, eso creía recordar.
Me sentí tentado a acercarme a por un beso, pero la duda de como se comportaría después del efecto del alcohol me detuvo. Preferí esperar.
14/06
Atardecer
Nick Vause
No puedes responder a temas en este foro.
|
|